
Polenta no, derechos
Aquella mujer despreció a la riqueza. A las oligarcas, que estaban acostumbradas a dejar caer unas pocas migajas para los pobres, a regarlos con polenta, las obligó a pagar impuestos y a realizar aportes a la Fundación que luego llevaría su nombre. En recuerdo de Eva Perón, al cumplirse 64 años de su desaparición física. por Sebastián Giménez