Bolivia: elecciones y pandemia en el Estado Plurinacional

Bolivia: elecciones y pandemia en el Estado Plurinacional
16 junio, 2020 por Gonzalo Fiore Viani

La incertidumbre en Bolivia crece día a día. A un gobierno de facto que reprime sin parar, se suman las incógnitas de un proceso electoral en marcha, pero totalmente inestable.

Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta

El próximo 6 de septiembre, finalmente, se realizarán elecciones para renovar los poderes Ejecutivo y Legislativo en el Estado Plurinacional de Bolivia. Los comicios debían celebrarse, originalmente, en mayo pasado, pero fueron suspendidos a causa de la pandemia del coronavirus. El clima se encuentra enrarecido debido no sólo a la situación provocada por la COVID-19, sino también por la propia ilegitimidad de origen de la presidenta interina Jeanine Añez.

En la última encuesta realizada por la firma boliviana Ciesmori, el candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS), Luis Arce, tiene el primer lugar con un 33,3 por ciento de intención de voto, seguido por Carlos Mesa con el 18,3 y Áñez en un tercer lugar con 16,9. Estos números, desfavorables para la presidenta de facto, son un indicador de por qué el gobierno se encuentra tan dubitativo a la hora de celebrar las elecciones.

El parlamento boliviano aprobó la convocatoria, pero el partido de Añez se abstuvo de votar y ahora deberá ser ratificada por el Poder Ejecutivo. En caso contrario, puede hacerlo la presidenta de la Cámara Alta, Eva Copa, integrante del MAS. El 1 de mayo, Copa había promulgado el llamado a elecciones en el plazo de 90 días, pero, luego de un acuerdo político, se dio marcha atrás con la decisión.

Bolivia presidenta de facto la-tinta

A pesar de que, en noviembre, Añez había asegurado que no se presentaría a la presidencia, finalmente, definió su candidatura. Al igual que Luis Fernando Camacho, dirigente santacruceño que obtuvo notoriedad a partir de las protestas contra Evo Morales. Ambos oriundos de Santa Cruz de la Sierra, mantuvieron una alianza durante las jornadas que llevaron al golpe de Estado contra el MAS, pero rompieron políticamente tras conocerse las intenciones presidenciales de Añez. Por otro lado, el ex mandatario boliviano había nombrado a Luis Arce para competir por la presidencia. El ex ministro de Economía de la administración de Morales es considerado como el artífice del milagro económico boliviano. Con esta elección, se trató de dar un guiño hacia las clases medias, prefiriendo a Arce por sobre otros candidatos más radicalizados del MAS, como el joven dirigente cocalero Andrónico Rodriguez. Pero todo esto se vio truncado con la llegada de la pandemia, que paralizó por completo las actividades proselitistas.


La principal figura política de la historia reciente boliviana, Evo Morales, todavía se encuentra en el exilio en Argentina y en una posición incómoda. La fuerza de su movimiento político consistía especialmente en las movilizaciones y en la inserción que aún mantiene en los sectores populares de la sociedad. No obstante, debido al confinamiento ha pasado a ser prácticamente un dirigente más, con poco margen de maniobra. Inclusive sus declaraciones a través de sus redes sociales ya no provocan los mismos titulares que lograban en las primeras semanas o meses de su exilio forzado. Algunos ex ministros del MAS han convocado a sucesivos cacerolazos para pedir elecciones. Si bien no tuvieron la masividad deseada, tampoco fueron un fracaso absoluto. Los últimos tres domingos se produjeron protestas de distinta índole en diversas ciudades del país. Además, se produjeron escaramuzas políticas en el parlamento debido al ascenso de militares. El jefe de las Fuerzas Armadas bolivianas, Sergio Orellana, ingresó al Senado para avisar de que, si este no se pronuncia sobre unos ascensos, los militares avanzarían por su cuenta. Orellana cuenta con el apoyo de Añez, pero con el rechazo del MAS.


Aunque se llegaron a repartir tapabocas con las caras de los candidatos, esto duró poco debido a las críticas que acusaban a los partidos políticos de oportunistas. Mientras que el pueblo boliviano se encuentra, al igual que el resto del planeta, preocupado por una pandemia mundial y un futuro extremadamente incierto, las cuestiones electorales, por ahora, han pasado a ocupar un lugar muy marginal de la agenda pública del país.

Añez se enfrenta a un doble juego tan complicado como peligroso. Deberá encargarse de llevar las riendas en un escenario tan complejo como este, de la misma manera que no puede dejar de tejer alianzas y continuar cimentando su figura política.

Tanto Arce como Choquehuanca son figuras moderadas dentro del MAS. Morales apuesta muchas de sus fichas a cosechar votos a partir del éxito económico sin precedentes que tuvo durante su gobierno, con Arce al frente de la gestión de la economía. Con esto, sumado a los tarifazos y ajustes que viene efectuando el gobierno de Añez, puede apelar a un sector importante de la nueva clase media boliviana que no votó por el MAS en las elecciones de 2019. Pero que sí podría hacerlo ahora, ya que vieron mermado su poder adquisitivo en los últimos meses. Morales prefirió a un dirigente amable hacia la clase media como Arce por sobre Rodríguez, el joven cocalero, de 30 años, que también tenía pretensiones presidenciales. La lectura del ex presidente fue que, para lograr ganar en primera vuelta, necesitaba reconstruir consensos con un importante sector de los bolivianos que dejaron de apoyarlo en los últimos años. Pidiendo que la juventud lo “entienda”, Morales admitió que debió priorizar las encuestas y la construcción de consensos a la hora de elegir el candidato.

Argentina Evo Morales conferencia la-tinta

Al mismo tiempo, la derecha tiene sus propias complicaciones internas. Dividida en siete frentes electorales, no logra ponerse de acuerdo respecto a quién debería encabezar la Bolivia pos Morales. Tras la decisión de Añez de ser formalmente candidata, hubo renuncias masivas en su gabinete. Muchos dirigentes estaban convencidos de que su mandato sería simplemente una transición. El ultraderechista Camacho decidió enfrentarla con su propio frente, Creemos, acompañado por el dirigente sindical Marco Pumari. El líder cruceño se encontraba enfrentado a Añez en su distrito natal, no obstante, decidió respaldarla al momento de la usurpación del poder. Sus viejas diferencias volvieron cuando la actual presidenta de facto se desdijo respecto de sus supuestas nulas intenciones de ser candidata en las elecciones. A su vez, el pastor evangélico de origen coreano, Chi Hyun Chung, volverá a presentarse. En los últimos comicios, obtuvo cerca del 9 por ciento de los votos, quedando tercero. Por ello, su candidatura es seguida bien de cerca por la derecha, ya que podría aportar un porcentaje clave a la hora de un probable ballotage.

Al igual que el resto de América Latina, Bolivia atraviesa una situación extremadamente delicada debido al avance de la pandemia. Sin embargo, las particularidades son aún mayores a causa del escenario político, de un gobierno ilegitimo surgido de un golpe de Estado reciente y con el líder más importante del país exiliado y sin posibilidad de presentarse ni de participar activamente en la campaña. Estará por verse si Morales es capaz de trasladarle sus votos a su candidato y si este puede aprovechar la fragmentación del espacio de la derecha. Por ahora, el horizonte electoral permanece abierto.

*Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta / Foto de portada: La Época

Palabras claves: Bolivia, elecciones, golpe de Estado

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