Un juicio que es condena
La Fiscal Mercedes Balestrini a cargo de la Fiscalía de Violencia Familiar de primer turno, intenta elevar a juicio la causa donde se investiga a Dahyana Gorosito y su ex pareja Luis Oroná.
Dahyana Gorosito dio a luz a su hija en un baldío, bajo amenaza y coaccionada por su ex pareja, quien luego del parto se llevó a la niña. La Justicia la acusa de haber consentido pasivamente el proceder del imputado Luis Oroná y omitido deliberadamente intervenir para impedir lo que terminó con la muerte del bebé. Durante ese episodio, Dahyana se encontraba aún con trabajo de parto en un sitio baldío, en estado puerperal y con un cuadro de hemorragia profundo.
La fiscalía dice que ellos eran cómplices, que fueron juntos y que ella le entregó la bebé a sabiendas de que lo iba a matar.
Un juicio que es condena
La defensa de Dahyana se opone a la elevación a juicio porque sostienen que lejos de ser victimaria, ella es una de las principales víctimas de esta historia. En diálogo exclusivo con La Tinta, sus defensores e integrantes del equipo de abogados del Espacio Jurídico Deodoro Roca afirman que la Fiscalía de Violencia familiar sigue victimizando y criminalizando a Dahyana por no ver las condiciones que como mujer, estaba viviendo.
“Toda su vida ha estado puesta en lugares en los que ha sido víctima y no ha tenido contención: su entorno en primer lugar, la dependencia económica de su ex pareja, y cómo la determinaba culturalmente la familia Oroná -el incesto como manera de relacionarse-”, explican los abogados.
La Fiscalía sigue reproduciendo lógicas machistas, “como si parir no fuera nada, como si el estado puerperal no fuera nada”. Y determina que como “ella va a ser madre tiene que proteger a su hijo a toda costa, cuando también estaba en riesgo su propia vida. Estereotipando a las mujeres y a las madres”, apelando a la ausencia del instinto materno. Además la defensa se pregunta: “¿Si ella fue obligada a dar a luz en un sitio baldío, como es que pudo consentir el accionar de su ex pareja si ni siquiera podía consentir su propios actos?”.
“Si se eleva a juicio la causa avanza el proceso y se sigue revictimizando y criminalizando a Dahyana cuando no hay elementos probatorios. Hace cinco meses que está detenida por algo que ella no hizo” plantean los abogados. La fiscalía cree que la etapa de investigación terminó y que tienen los elementos suficientes como para pasar a la siguiente, el juicio.
El hecho
Dahyana estaba embarazada de nueve meses y había empezado con trabajo de parto por la noche. Allí comenzó a insistirle a su ex pareja -Luis Oroná- para que la lleve al hospital y él se negaba.
A las 6:30 de la mañana del día 20 de mayo ella no aguantó más, le dijo que si no la llevaba se iba sola. Se levantó, Oroná también y mientras se cambiaba le dijo que no podía llevarla porque se tenía que ir a trabajar. Cuando él se fue al baño, ella agarró un bolso y salió, camino al dispensario -que está a tres cuadras de la casa- apareció Oroná en su auto y le dijo que la va a llevar, que subiera. Una vez adentro, él se desvió hacia un campito, la bajó del brazo y le dijo que iba a parir ahí y no en el hospital.
Dahyana contó que dio a luz una nena, con una remera le limpió la cara, cabeza y la envolvió para abrigarla. Los abogados recalcan esta información porque cuando encontraron el cuerpo estaba envuelto en esa remera, “si querés hablar del instinto materno, el instinto fue abrigarla, protegerla”. Sin embargo creen que el “instinto materno” es una construcción social y cultural, que no responde a una cuestión biológica y que sigue reproduciendo los estereotipos machistas que existen sobre la maternidad
Después, Luis Oroná le arrebató la bebé recién nacida a Dahyana –quien se encontraba tirada en el piso y con contracciones aún- y la insultó, recriminándole que no era de él por el color de piel que tenía. Oroná sospechaba que era de su hermano Jesús y la amenazó con apuñalarla a ella y al hermano. Dahyana le pidió que la lleve al hospital porque “se estaba yendo en sangre”. Él se negó porque se tenía que ir a trabajar.
Dahyana se quedó sola, tirada en ese baldío y volvió como a las dos horas y media a su casa. Seguía con hemorragia y dolores. Se encerró en la habitación y no habló con nadie. A la tarde volvió Oroná y ella le preguntó dónde estaba la niña, él le respondió: “Callate hija de puta, ya la vas a ver si yo quiero, ahora vamos a tener que decir que te la robaron en el hospital”. Ese fue el relato que la familia Oroná trató de difundir.
Tanto es así, que toda la familia Oroná la llevó al hospital José Miguel Urrutia y reclamaron por la bebé, ella no habló nada. “El médico del nosocomnio le dijo a Dahyana que debía ser el mismo estado puerperal, el que la estaba desorientado porque no había ido a esa institución a parir”. Entonces la familia Oroná la llevó a hacer la denuncia, ella contó que en ese momento quiso decir la verdad, pero ellos no se lo permitieron. “No entró sola a hacer la denuncia, ella hablaba y la familia Oroná iba completando el relato”.
Después la policía llevó a Dahyana al hospital para corroborar si había dado a luz y como su estado de salud era grave la trasladaron al Rawson. Tenía una infección debido a la presencia de restos placentarios en su útero. Una vez que comprobaron que había parido, la detuvieron y esposaron en el hospital. “Ahí Luis le seguía diciendo que ya iba a ver a la niña –seguía generando expectativas en Dahyana de que su hija estaba viva-, cuando en realidad había muerto media hora después de nacer, por la falta de cuidados del imputado Oroná”, según señalan los abogados.
Mientras tanto en Unquillo se organizaron vecinos y vecinas, para reclamar la aparición de la hija de Dahyana. Algunos dieron testimonios falsos para que no quedaran dudas que la responsabilidad era del hospital de la localidad. Sin embargo, luego se supo que estas personas recibieron dinero por esto.
El infierno no tiene fin
Ocho días después de ese hecho Dahyana se escapó del hospital porque quería ver a sus hijos. “La agarraron en un colectivo llegando a Unquillo. La bajaron, la subieron a una ambulancia y ahí manifestó que quería ver a su hija recién nacida, lo cual prueba que Dahyana creía que su hija estaba viva”.
Según los letrados “al cuerpo de la beba lo encontraron dos semanas después, ya habían hecho cinco allanamientos en la casa de los Oroná, no estaba y lo encontraron en esa misma casa el 6 de junio. Por eso creemos que había connivencia de la familia”.
La defensa
Los abogados y abogadas defensoras de Dahyana explican que “la fiscalía quiere elevar la causa a juicio porque entiende que el hecho sucedió y Dahyana participó de manera omisiva. O sea, no impidiendo que el marido se llevara a la niña. Plantea que no actuó como cualquier madre lo habría hecho, sin tener en cuenta el cuadro de situación: estaba siendo coaccionada y amenazada, acababa de dar a luz sin atención médica y sufría una hemorragia.
La fiscalía dice que ellos eran cómplices, que fueron juntos y que ella le entregó la bebé a sabiendas de que lo iba a matar. “No pueden probar las motivaciones, los presumen en base a que Dahyana anteriormente no manifestaba que estaba embarazada, o que el embarazo le había traído un problema porque el marido sospechaba que era de su hermano” cuentan los abogados.
También explican que lo que está probado es que ella parió en un terreno baldío, que era la hija de ambos -Luis Oroná y Dahyana -, que al momento del hecho estaba atravesando el puerperio y que tenía una hemorragia. El planteo sería: “Nuestra defendida dice que pasó esto, si ustedes dicen que pasó otra cosa, pruébenlo. La Fiscalía ha logrado probar la existencia de un hecho, pero no cómo sucedió ni quiénes fueron partícipes y quienes víctimas”.
Sumado a eso agregan, “legalmente el homicidio agravado por el vínculo no incluye la omisión. Los delitos en el Código Penal tienen verbos específicos: el que matare, el que lesionare, el que robare; vos tenes que generar la acción, en este sentido se pena a quien genera una acción. Los delitos de omisión no entran dentro del tipo penal homicida, vos no podes matar por omisión”.
Qué se omite
Dahyana vivía con los Oroná desde los 15 años, había salido de su casa por violencia y terminó en esta familia por una amiga. Los Oroná son una familia peculiar en cuanto a sus hábitos culturales, “la Fiscalía en vez de analizar cuál es la situación de ella y la familia, y cuáles son los intereses de cada parte, toma como si fueran cómplices todos, que hicieron todo juntos y de común acuerdo”. La fiscal tampoco toma en cuenta el hecho de que ella estaba coaccionada y bajo amenaza.
La Fiscalía culpa a Dahyana por supuestas inacciones de las que no tienen pruebas, pasando por alto situaciones puntuales y condiciones de contexto determinantes que sí fueron probadas. Entonces la pregunta fundamental es: ¿quién omitió qué?