Trabajar por amor al arte: ¿Quién dijo que el amor no tiene precio?

Trabajar por amor al arte: ¿Quién dijo que el amor no tiene precio?
8 mayo, 2020 por Julieta Pollo

Más que un trabajo final, un punto de fuga. Mila Cabral Montejano alborota toda solemnidad artística y reformula la pregunta en plural: nos posicionamos como trabajadorxs del arte y la cultura, ¿qué estrategias nos damos frente a la precarización laboral? Esta tarde, seis artistas y gestoras culturales debaten acerca de la romantización del trabajo en el campo del arte y trazan estrategias para su regulación. Se transmitirá en vivo a las 18:30 horas. 

Por Julieta Pollo para La tinta

La pandemia hace más evidente la falta de regulación del trabajo artístico, pero no es algo nuevo. Tomando como punto de partida dos hipótesis –la precarización ​del trabajo artístico en los jóvenes y la romantización sobre el trabajo que se realiza sin pago de honorarios-, Mila Cabral Montejano indagó en su tesis de la Lic. en Escultura las problemáticas de inserción y constancia laboral de jóvenes artistas y trabajadores culturales.

¿Quién dijo que el amor no tiene precio? es, a la vez, producción artística y proyecto de investigación. La artista, productora y gestora cultural comenzó por preguntar a algunxs colegas qué pensaban de la célebre frase «Trabajar por amor al arte». Tirando de ese hilo, se problematizan amor y trabajo, placer y remuneración, arte y dinero, además de repensar el rol de las universidades, la necesidad de regulaciones para el sector y las dinámicas laborales extenuantes producto del multitrabajo y las jornadas interminables. 

Este trabajo final es, más bien, un punto de fuga, ola expansiva que alborota toda solemnidad artística y reformula la pregunta en plural: nos posicionamos como trabajadorxs del arte y la cultura, ¿qué estrategias nos damos frente a la precarización laboral? Luego de rendir el examen de su tesis de grado en la Facultad de Artes de la UNC, Mila decidió transformar la instancia de presentación en una charla debate para reflexionar sobre precarización y romantización laboral en el campo de las artes visuales, y para avanzar colectivamente sobre estrategias y posibilidades para la regulación del trabajo artístico. Cinco artistas y gestoras culturales compartirán junto a ella sus ideas y experiencias: Soledad Sánchez Goldar, Julia Levstein, Sofía Torres Kosiba, Valeria López y Jimena Bueno. La invitación es extensiva a todxs lxs que se sumen a la transmisión en vivo por youtube.

«Más allá de ser un trabajo individual de autoría, ha participado muchísima gente y así será también la charla: una especie de debate lúdico con quienes se sumen a participar. Me interesa la deconstrucción colectiva, nada se hace solxs y todo el tiempo es en intercambio con otrxs», sostuvo la egresada con quien La tinta conversó antes de la presentación, que será esta tarde. 

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(Imágenes: Milagros Cabral Montejano)

—¿Qué particularidad encontrás en la precarización del trabajo, en este caso, artístico?

En artes visuales, no hay sindicatos, no hay tarifas y el propio sistema te articula para estar compitiendo todo el tiempo: hay salones de pintura donde se eligen obras individuales, que arrastra una idea muy antigua del artista como creador solitario que no se termina de desarmar. Mi investigación tiene una perspectiva local, pero esto es algo que se repite en toda Latinoamérica. Y desde lo universitario, es una crítica a la falta de perspectiva laboral de la currícula. Me parece importante que sea algo que se problematice esta precarización absoluta que hay donde todo el tiempo es trabajar gratis. De esto habla un poco Remedios Zafra, la autora de cabecera de esta tesis: cómo en el ámbito académico lxs becarixs tienen que estar todo el tiempo compitiendo para ganar becas, en vez de que te paguen un sueldo por tu trabajo. 

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(Imagen: Milagros Cabral Montejano)

—En tu tesis, analizás las nociones de trabajo y amor intentando problematizar el clásico «trabajar por amor al arte»: ¿Cómo comenzar a deconstruir y disputar sentidos para desromantizar esta idea del trabajo artístico? 

Creo que el feminismo nos ha enseñado mucho: darte cuenta de que lo personal es político, que no es que te pasa a vos porque no sabés manejarte o administrarte, o no conseguís buenos laburos, sino que es algo propio del campo. Entonces, es empezar a pensar desde lo discursivo, desde la valoración de nuestro trabajo y desde el autodenominarnos trabajadoras.

Hay mucha discusión en torno a si me considero o no artista -discursos muy intelectuales y del mundo de las ideas-, pero muy poca de lo concreto: ¿nos consideramos o no trabajadoras? Muchos colegas hablan de “la entrega”, “el alma”, “no importa lo que vendrá”, que tiene mucho que ver con el amor romántico, ¿no? 

Si no nos problematizamos en relación al trabajo, este campo no se va a democratizar jamás. Como sociedad, necesitamos cultura, entonces, necesitamos también regularizar nuestro trabajo y tener un marco legal que nos ampare. Una de las invitadas de la charla debate, Sofía Torres Kosiva, del Frente de Artistas Autoconvocades, me contaba que hay compañeres que son artistas que están en una situación muy difícil, de no saber si vas a tener para comer. 

¿Por qué decidiste difundir este proyecto a través de memes? 

Creo que este tipo de estrategias sirven para bajar un poco más al lenguaje que estamos acostumbrados a usar todos los días. La imagen es mucho más fuerte que la palabra adornada, como puede ser la de la investigación, y me costaba mucho llegar a mis colegas para que participaran. Y cuando hice la cuenta de Instagram y los memes, fue como “Claro, ahora entendí de lo que estás hablando, a mí también me pasa”. 

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(Imagen: Milagros Cabral Montejano)

Como en todos los ámbitos, el aislamiento y la pandemia agudizaron problemáticas estructurales invisibilizadas, emparchadas o sostenidas en frágil equilibrio. En materia laboral, por un lado, se evidenció la desprotección que sufre el sector informal -nada menos que once millones de personas-. Por otro lado, entre lxs que pudieron seguir trabajando desde casa, muchxs cuentan que los horarios laborales tienen límites cada vez más difusos: el trabajo insiste y penetra a toda hora a través de una multiplicidad de dispositivos electrónicos, incluso, los destinados al ocio.

—En el laburo informal, específicamente en el freelance o autónomo, ¿sigue existiendo ese límite que separa el horario laboral del resto de la vida?

Una de las invitadas de la charla habla de cómo se ha difuminado el momento de trabajo y el de ocio, sobre todo, en nuestros trabajos que implican que también seas quien produce, quien gestiona, quien difunde, quien mueve las redes… en nuestros trabajos, no existe más ese límite. Creo que ahora, con la pandemia, salieron a la luz muchos números: cuando salió lo del Ingreso Familiar de Emergencia, se esperaban tres millones y se anotaron 11 millones. Es mucha la gente que trabaja de manera informal y freelance. Uno de los chicos en los videos habla de que hay cosas que se ensayan en el arte y, después, se aplican a otros lugares, y esta idea del freelance se ha entrenado mucho desde el arte y, hoy, se vende como una idea fabulosa cuando, en realidad, estás trabajando para el capitalismo básicamente: vos pagás los equipos, los servicios, el alquiler, etc. 

¿Dónde te parece que puede empezar a gestarse una transformación de la situación laboral de lxs artistxs y gestorxs?

De todos lados un poco. El de las artes visuales es un sector donde hay mucho ego y mucho individualismo, pero creo que también hay nuevas generaciones que tienen otras visiones, otros recorridos. Creo que tiene que venir de nosotrxs mismxs, ningún derecho se ha conquistado porque el Estado o el sector privado deciden un día dártelo. Hay ideas muy interesantes como la de la renta básica de Varoufakis, que fue mencionado por uno de los chicos en el video. Pero, a la vez, muy pocas veces ha habido una marcha de artistas en la calle, por ejemplo. Entonces, creo que es un camino para largo… por eso, la idea de la charla-debate es discutir, pero también dar un espacio a otras voces y escuchar otras formas.

►Charla-debate ¿Quién dijo que el amor no tiene precio? Milagros Cabral Montejano junto a Soledad Sánchez Goldar, Julia Levstein, Sofía Torres Kosiba, Valeria López y Jimena Bueno. Viernes 8 de mayo a las 18:30 h vía Youtube Live: ingresá a la charla acá.

*Por Julieta Pollo para La tinta.

Palabras claves: Artes visuales, artistas, Milagros Cabral Montejano, precarización laboral, trabajo

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