Challenges, fake news, contenidos gratuitos, juegos online… ¿qué reflejan de sus usuarios?
Cuando internet irrumpió en el ámbito doméstico, hace ya un par de décadas, muchos lo consideraban una amenaza. El miedo a lo desconocido es natural y no todo el mundo era capaz de comprender ese modo de acceder a la información o de comunicarse con otras personas en cualquier parte del mundo. Sin embargo, poco a poco internet empezó a empapar nuestro día a día, no sólo en el ordenador, sino que con el tiempo, también en los smartphones, y actualmente se encuentra en muchos de los dispositivos que utilizamos en nuestras rutinas. Sin ir más lejos, Alexa y similares se han convertido en nuestras amas de llaves, en nuestros asistentes dotados de inteligencia artificial.
Por norma general, hace tiempo que hemos comenzado a relacionarnos más a través de internet que de manera presencial. En unos momentos hacemos un uso mucho más exhaustivo que en otros. Se nos ocurre incluso que no hay otra opción viable, y olvidamos las llamadas, los juegos de mesa o las revistas de papel cuché. Si bien en internet todo deja huella, y en teoría si sufrimos algún tipo de agravio es muy fácil seguir el rastro hasta el autor de ello, nos hemos acostumbrado a pensar que todo es o debe ser como lo vemos en entornos online.
Así, leemos noticias, y antes siquiera de contrastarlas las estamos compartiendo para ser los primeros en comunicarlo a nuestros conocidos. Muchas veces estas son bulos o fake news, y consiguen que cunda el pánico frente amenazas inexistentes. Redes sociales como Facebook están tratando de poner freno a esto, pero por mucho que se identifique al autor original, cuando se trate de poner el parche será demasiado tarde. De una parte, encontraremos aquellos que creerán a ojos cerrados todo lo que leen, y de otro, aquellos que ya generen un estado de paranoia en el que no crean absolutamente nada e imaginen conspiraciones por todas partes. Por supuesto, siempre hay términos medios, personas en equilibrio, más analíticas.
Realmente se puede aprender mucho del estado evolutivo de la humanidad en base a sus comportamientos en entornos online. Hemos descubierto que cada vez más importa la cantidad de elementos que podamos acaudalar, independientemente de su calidad o de si los necesitamos o no. Así, vemos cómo en el momento presente nos registramos en todo aquello que prometa un periodo de prueba gratuito, nos interese más o menos, por el mero hecho de ser gratis. En ocasiones ni siquiera llegamos a estrenarlo. Si lleva la palabra “gratis”, no hay duda de que millones de personas lo adquirirán, sea un ebook que no nos interese pero pensemos que tal vez a un amigo, sea un curso interactivo de inglés, sea un servicio de video en streaming o una aplicación de retoque fotográfico para el que finalmente no sacaremos tiempo.
En cuanto al mundo de los juegos, también pueden decir mucho de nosotros. Aquellos que son online y gratuitos están siendo usados cada vez más por los adultos que buscan evadirse de la rutina, se trata de juegos normalmente sin final, en los que cada día debe dedicarse un rato. Lo cierto es que los que cuentan con un componente social-competitivo tienen cada vez más éxito, sobre todo los que permiten recoger recompensas diarias.
Además, hay un alto porcentaje de adultos a los que cada vez les interesan más los poker games. En el poker la concentración es esencial por lo que es inevitable desconectar de lo que se tiene alrededor y dedicarle toda la atención. A diferencia de otros juegos catalogados como de casino, es pura estrategia, e intervienen factores como la memoria, la planificación a corto, medio y largo plazo, el autocontrol y el cálculo mental. Aparte, se trabajan las habilidades sociales y de comunicación verbal y no verbal. Incluso en el poker online se trabajan estas habilidades, ya que el tipo de jugada puede decir u ocultar mucho del jugador, puede ser muy útil para ganar una partida o un torneo.
Por otra parte, aunque se trata de un juego que puede ser interpretado como uno más, sabemos que cuenta con la opción de jugar con dinero real. Para algunos, esto es no sólo un aliciente de obtener algo más que entretenimiento, sino un auténtico desafío, un reto de colocarse primero en una clasificación, lo mismo que en los deportes tradicionales alzar un trofeo o lucir una medalla. Los aficionados al poker suelen ser personas muy inteligentes y ambiciosas, y aplicarán lo que aprendan jugando a su vida personal y profesional.
En cuanto a los más jóvenes, suelen decantarse por juegos de precios elevados que les proporcionan una experiencia muy inmersiva, casi como una película a medida en la que el jugador es el protagonista. Se trata de juegos que narran una historia y que requieren un número muy alto de horas jugadas, pero que tendrán un principio y un final. Cuando terminen un juego adquirirán otro de manera casi compulsiva. Este comportamiento lo estamos viendo también, más en jóvenes y adultos de mediana edad, a la hora de consumir contenidos audiovisuales y más concretamente series. Al final del año, sin duda pocos permanecerán en su memoria. No se saborean igual, no se recrean en los detalles. Tratamos de absorber, nuevamente, cuanto más mejor.
No podemos desestimar los virales, los challenges o las stories. Tan de moda en los últimos años, pretenden implicar a cuantos más usuarios mejor, y reflejan dos aspectos muy importantes de hacia dónde vamos en el momento presente. De una parte, la necesidad de encajar y de sentirse integrado. Si no se entra en esa dinámica o no conocemos el contenido que todos comparten, seremos parias sociales. El aislamiento social es cada vez más temido. El ser humano es social por naturaleza, pero al mismo tiempo, el tratar de ser como todos los demás, sacrificamos parte de nuestra individualidad, aquello que nos hace únicos. Sin embargo, paradójicamente es a través de stories, challenges y demás herramientas como el famoso TikTok que tratamos de destacar y elevarnos sobre otros potenciando lo que nos hace diferentes. Lo que está claro es que internet se ha convertido en una herramienta indispensable para comunicar y definir quiénes somos, y esto es a la vez una herramienta para el usuario y para quienes deseen conocer más sobre un grupo en concreto.