Macri se fue. Las resistencias que pasamos y las encrucijadas que vendrán

Macri se fue. Las resistencias que pasamos y las encrucijadas que vendrán
28 octubre, 2019 por Redacción La tinta

Por Redacción La tinta

Durante estos últimos años, bancamos los espacios que el macrismo quiso destruir. Nos sostuvimos. Sostuvimos el pañuelo verde. Salimos a la calle. Resistimos en las calles. Denunciamos. Aguantamos en nuestras casas. Nos embroncamos. Nos quedamos sin trabajo. Reinventamos nuestro cotidiano. Sumamos miles de horas para poder llegar a fin de mes. Dejamos de hacer algunas actividades, en algunos casos, restringimos todo lo que podíamos para hacerle frente a la inflación. Escuchamos muchas barbaridades. Convivimos en un clima con tensión.

Quedarnos en casa nos incomodaba, porque las crisis también nos ponen en un lugar tan individual que nos hace perder de vista lo comunitario. Con algunxs, logramos afianzar los vínculos, potenciar los trabajos cooperativos y sin patrón. Otrxs no pudimos sostener, aunque quisiéramos, nuestra apuesta colectiva. La lucha fue cotidiana. Nos enfrentamos a un sistema devastador. Lidiamos con nuestrxs vecinxs, con ciertos discursos, con ideas que creíamos superadas.

Desde el gobierno, se puso en duda la cantidad de desaparecidxs durante la última dictadura militar. Vimos cómo mataron a Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Cómo intentaron acallar la lucha de los pueblos originarios. Se esfumaron ministerios troncales. Se desbastó el sistema educativo, la salud, las políticas de viviendas. Se apoyó de manera incondicional a las fuerzas de (in)seguridad. La política del miedo y la mano dura fue una de las más contundentes de estos cuatro años. 

Sin embargo, salimos a decir basta. A decir que no podemos sostener este modelo de saqueo y de muerte, que atenta contra nuestra dignidad y nuestras condiciones de vida mínimas. Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) fueron una primera demostración de esto que ayer se volvió a reafirmar en las urnas: que ya no hay forma de aguantar este gobierno y las políticas que implementaron. Posiblemente, el mensaje sea claro para cualquiera que venga.


La derrota de ellxs es una victoria nuestra. Sin embargo, las luchas no se detienen ni se acaban con las elecciones, el voto es una forma más de participación. Que se vaya Macri no lxs detendrá. Y, a nosotrxs, tampoco. El camino es largo y queda mucho por recorrer colectivamente.


Desandar las políticas adoptadas no será fácil, que se suman a la devaluación y al endeudamiento: la crisis seguirá galopando en nuestras vidas.

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(Imágenes: Colectivo Manifiesto)

Seguiremos caminando

El periodo que está por arrancar es un gran reto. El resultado de las urnas genera muchas expectativas en algunxs, ciertas esperanzas en otrxs y, para muchxs, sólo implica un nuevo gobierno que ojalá no sea tan cruel como el anterior. Un desafío que también nos interpela como medio de comunicación surgido al calor del macrismo: el nuevo panorama nos pone en encrucijadas, en cuestionamientos internos, en posicionamientos que nos hacen pensarnos y repensarnos.

Pero no hay dudas de que será necesario seguir presionando para que se hagan efectivos los reclamos de luchas impulsadas durante tantos años por organizaciones sociales, movimientos, asambleas, grupos de vecinxs, instituciones. Luchas que, sin duda, son muchas.

Intentaremos enumerar solo algunas: trabajo en condiciones dignas; reconocimiento de la economía popular, social y solidaria; política de viviendas y regularización de las tierras para quienes las habitan y trabajan; defensa de los derechos humanos frente a la represión y la criminalización en los barrios populares y las organizaciones sociales; acceso de todxs a la salud y la educación pública; fomento a modelos de producción que no impliquen la destrucción de nuestros bienes comunes; el fortalecimiento de la agricultura familiar y campesina, y su trabajo por la soberanía alimentaria para enfrentar el hambre; la defensa de la comunicación como un derecho humano y el apoyo a los medios populares, alternativos y autogestionados.

Una gran deuda pendiente es avanzar en las demandas del movimiento feminista, uno de los movimientos sociales que más ha crecido en estos años de macrismo en nuestro país. Desde el 2015, el gobierno del PRO destinó 40 pesos por día para el acompañamiento en centro integrales a las víctimas de violencia de género. Hubo recortes en áreas de salud que afectaron a muchas personas. Los centros de salud no tenían reactivos para medir la carga viral de personas con VIH, faltaron medicamentos, preservativos y pastillas de anticoncepción de emergencia, faltaron hormonas para las personas trans. El personal médico nos sigue poniendo trabas para el acceso al aborto no punible, a las ligaduras de trompas, a los derechos sexuales y (no) reproductivos.

Queremos disfrutar en libertad. Queremos decidir sobre nuestros cuerpos. Por eso, seguiremos apoyando la Campaña por la legalización del aborto. Seguiremos organizadas en las calles demandando que el presupuesto estatal para políticas públicas con perspectiva de género sean jerarquizadas, para avanzar contra la violencia de género y la inclusión laboral y reconocimiento de derechos del colectivo LGTTTBIQ+.

(Imagen: Colectivo Manifiesto)

La lucha feminista ha demostrado que todo tiene que cambiar. Somos nosotrxs, las trabajadoras sexuales, las de la economía popular, de los pueblos originarios, las travestis, trans, lesbianas y mujeres las que tenemos mayor conocimiento de qué y cómo lo necesitamos. Por eso, no queremos más varones cis en el poder decidiendo por nosotres. Seguiremos alzando nuestras voces diversas y desde abajo, nuestras apuestas por otras formas de encontrarnos y de politizar la vida, nuestras luchas cotidianas por una sociedad antipatriarcal, descolonizada y anticapitalista.


Al mismo tiempo, las revueltas que se repiten en los últimos días en América Latina para decir basta al neoliberalismo y al fascismo que se esconde detrás de nuestras democracias vociferan que no son épocas de descansar en las urnas.


Las miles de personas que hoy están ocupando las calles de Chile a pesar de la represión, la reacción del pueblo ecuatoriano ante el ajuste, las manifestaciones de las últimas semanas en Honduras, Haití, Costa Rica, señalan un hastío que resuena desde abajo y desde el sur global ante las desigualdades e injusticias que hoy nos atraviesan. Una respuesta colectiva que también se escucha en otros rincones, como Catalunya o Hong Kong, que, a pesar de los kilómetros y las diferencias, también subrayan que, en esta época del mundo, los desafíos y las luchas son locales, pero también globales, que, más allá y más arriba de quien ocupe los sillones presidenciales, hay poderes internacionales que intentan crecer a costa de nuestras vidas, nuestras tierras, nuestras comunidades.

En este escenario, nuestras construcciones populares y feministas se vuelven más importantes que nunca: para interpelar al nuevo gobierno, para recuperar los derechos perdidos, para frenar al poder financiero y corporativo. Para caminar con otrxs y seguir preguntándonos cómo avanzar hacia la salida colectiva.

* Por Redacción La tinta / Imágenes: Colectivo Manifiesto.

Palabras claves: Alberto Fernández, elecciones 2019, Mauricio Macri

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