Puerto Rico: “Vivimos algo muy similar a la Primavera Árabe”
Las protestas en la isla caribeñaestán lejos de detenerse luego de la renuncia la semana pasada del gobernador Ricardo Rosselló.
Por Lucio Garriga y Gerardo Szalkowicz para Nodal
Inesperadamente, la isla de Puerto Rico -semicolonia de los Estados Unidos- ocupa el centro de la prensa mundial. Un inédito levantamiento popular logró expulsar a Ricardo Rosselló, en la primera vez en la historia de Puerto Rico que un gobernador renuncia. Fueron más de diez días de constantes y masivas movilizaciones, disparadas por la indignación luego de que el 13 de julio se difundieran más de 10.000 mensajes entre Rosselló y sus funcionarios, plagados de comentarios misóginos, machistas, homofóbicos.
La sucesora será la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez Garced, envuelta también en denuncias de corrupción, por lo cual las protestas ahora apuntan a su renuncia. Pero quien tome las riendas de la nación no la tendrá fácil: la isla tiene una deuda pública que no puede pagar, ya que supera los 70 mil millones de dólares -una situación que ha llevado a la creación de una Junta de Control Fiscal creada por los Estados Unidos-, una pobreza del 40 por ciento y las consecuencias económicas y sociales, todavía sin resolver, generadas por el huracán María en 2017.
En esta entrevista, Francisco Santiago, vicepresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), comenta que ante la renuncia de Rosselló “las calles explotaron de alegría”, y destaca el rol fundamental de los artistas como Ricky Martin y Residente (ex Calle 13), pero también “de las mujeres, la juventud, la clase trabajadora y la comunidad LGBT+”. De cara al futuro de Puerto Rico, augura: “No me cabe la menor duda de que van a haber más movilizaciones”.
—¿Cómo se vivió en las calles de Puerto Rico la renuncia de Rosselló?
—Con mucho júbilo. Las calles explotaron de alegría. El día que renunció Rosselló fue el día del natalicio de Simón Bolívar, y el jueves 25 de julio se conmemoró, tristemente, la invasión de Estados Unidos a Puerto Rico, el enmascaramiento de la colonia a través del Estado Libre Asociado y, también, se conmemoró el asesinato de dos muchachos independentistas en 1978, en lo que se conoce como la Masacre del Cerro Maravilla. Que Puerto Rico se levante un 25 de julio, que ha significado tantas penas para nosotros, es bien importante.
Yo creo que los sentimientos se dividen en dos elementos: el primero es el empoderamiento del pueblo, y el segundo un mandato popular para seguir luchando y limpiar la casa. Quien entra ahora como gobernadora, Wanda Vázquez, es una mujer que está siendo citada en los tribunales por delitos de corrupción y de encubrimiento.
—¿En qué contexto se da este proceso de movilización social?
—Desde 2006 se han profundizado las medidas neoliberales en el país, lo cual ha llevado a más de 500 mil ciudadanos a exiliarse, al desempleo masivo y otras cosas, que han llevado a que la gente aguantara en silencio mucho sufrimiento. Creo que cuando se filtra el chat, que logra insultar a casi todos los sectores de la población, la gente dijo “basta” y se tiró a la calle a protestar. Esto abrumó a cualquier organización política o social. Lo que vivimos fue algo muy similar a la Primavera Árabe, en el sentido de que se llevaban a cabo convocatorias anónimas amplias por las plataformas digitales.
No hay una profundización ideológica tan grande, pero sí una radicalización de las personas. Uno de los factores claves de esta movilización fue la participación de las mujeres, de la juventud que se lanzó a la calle y fue protagonista de los enfrentamientos con la policía, la clase trabajadora de este país y, por último, la comunidad LGBTTTQI.
Esto puede seguir en la medida en que haya una profundización organizativa del pueblo en todas sus esferas. Creo que una de las razones por la cual hubo tanta movilización es que ningún sector ostentó la capacidad organizativa entera. Eso hizo que el blanco sea difícil de definir por parte de los medios. De nuestra parte, desde la izquierda, tenemos el gran reto de poder vernos a las caras y, a partir de un proceso de análisis en conjunto, continuar haciendo los trabajos que llevábamos haciendo. En este proceso llevamos a cabo un papel clave, principalmente desde el aspecto organizativo de las protestas. Ahora nos toca que eso se traduzca no solamente en un fortalecimiento de todos los sectores de izquierda sino, también, en victorias electorales para aquellas izquierdas que crean en el proceso electoral.
—¿Crees que las movilizaciones pueden continuar?
—No me cabe la menor duda de que van a haber más movilizaciones. Muchos de los actores que se están disputando el poder luego de la renuncia del gobernador, son actores que también han aportado a la debacle que vive el país. Una de las consignas que retumbaba era: “Ricky renuncia y llévate a la Junta”. Actualmente, según las encuestas, la Junta de Control Fiscal goza de menos de un 30 por ciento de apoyo de la población. Lo que tenemos de frente es una junta imponiendo medidas neoliberales sin disfrutar del apoyo de la gran mayoría del país. Si a esto le sumamos a otros dirigentes del PNP que no solamente dilataron el proceso de su renuncia sino que también muchos están sufriendo acusaciones de corrupción con evidencias concretas que dejan en claro que Rosselló, y la manada que lo rodeó, no son la excepción, sino que es parte de la cultura política de este país representado por el PND y PDM.
—¿Cómo jugó el rol protagónico que tuvieron artistas como Ricky Martín, Residente o Bad Bunny?
—Creo que el fenómeno de movilización a partir de las figuras artísticas tiene que ver directamente con el fenómeno de la profundización del neoliberalismo en este país y en la desmovilización de lo que es la política. Ha habido una campaña constante de que lo bonito de este proceso es que no era un proceso político sino un proceso de pueblo. O sea, constantemente se hace un llamado, por parte de los medios, de que las personas se alejen de la política. Eso va con la idea neoliberal de que quienes deben llevar a cabo lo público y la organización del Estado deben ser tecnócratas y, a partir de ese orden neoliberal, gobiernen a expensas de las grandes mayorías. Creo que ese bombardeo mediático ha llevado a que mucha gente vea a la política como algo malo, algo ajeno y a caracterizar a este movimiento como un movimiento no político sino de pueblo. Es parte de las narrativas que, como izquierda, debemos combatir y reformular para generar una narrativa de que esto es un movimiento político. Ante esta realidad las personas buscan o ven con desconfianza a los partidos políticos y buscan otros modelos y otros ídolos con los cuales relacionarse, y en ese proceso, en un país como el nuestro, los artistas musicales, en unión a muchos influencers de internet, llevó a cabo a un llamado independiente.
Esto es bien importante establecerlo: personas como Residente y Bad Bunny entran luego de las movilizaciones. Es decir, las primeras grandes movilizaciones fueron convocadas por grupos de izquierda. El miércoles pasado se llevó a cabo la gran movilización convocada por los artistas y ahí es cuando se da esa gran masividad. Es importante destacar que el movimiento comienza el lunes de la semana pasada, cuando la gente comienza a llegar de la nada a La Fortaleza y donde comienzan los primeros enfrentamientos donde, por lo menos por primera vez en mi vida, se confrontaron con la policía.
*Por Lucio Garriga y Gerardo Szalkowicz para Nodal / Entrevista realizada en el programa “Al sur del Río Bravo” que se trasmite por Radionauta FM 106.3