La voz que condena
El Gran Inquisidor de la radiofonía cordobesa
el propalador serial de los prejuicios sociales
el gritón a sueldo del poder oficial.
La voz que condena
la voz que miente
la voz que desde hace 34 años infecta con su venérea fascista
quedó desnuda, afónica, rabiosa
cuando le tocó entrevistar al candidato Fernandez.
Mario es para Córdoba la continuidad del legado reaccionario
no podríamos entender el devenir de esta provincia
sin las tareas de exterminio que ejecutó Menendez
sin la complicidad encubridora de Primatesta
sin el oportunismo económico de Roggio
sin la doctrina negadora de la sagrada familia judicial
sin la secta mediática que impuso su agenda mezquina
sin la construcción cotidiana de los estereotipos cordobesistas.
Cada mañana cada día
una caterva de gusanos parlanchines
fue infectando miles de oídos
entre cuartetos, chivos, chistes, noticias.
El odio se propagó hasta naturalizarse
misóginos, racistas, conservadores
los comentarios, las opiniones, los juicios
fueron moldeando el sentido común.
La voz que decía representar lo popular
era la voz que sometía lo popular al gusto del mercado
lo reducía a la repetición que impone la costumbre.
Nos fuimos acostumbrando a la cucaracha en la oreja
al emporio de sus acólitos socios
al imperio de sus oscuros sentidos.
Transó con todos los poderosos
recibió beneficios de todos
licencias, pautas, subsidios, auspicios, legitimidad.
Mario se va dicen todos los años
pero su tarea ya dió frutos amargos
sembró huevos de serpientes por todos los medios
inventó una fórmula que ahora es patrón de éxito.
Muchos se pelean con Mario porque quieren ser como Mario
subvertir su nefasta herencia
no es construir otros nuevos Marios
no es sin Mario
es contra todo lo que representa
democratizar la radio
multiplicar las voces
deconstruir los estigmas
desarmar el odio
liberar el diálogo
para romper la cadena
con que nos ató Mario.
Por Pablo Ramos. Editorial de Subversiones.