Qué dice de Macri el informe del Congreso por el ARA San Juan
La responsabilidad del Gobierno en la tragedia y el «bajo nivel de involucramiento» de Macri con las víctimas están en el centro del Informe Final de la Comisión Investigadora Bicameral.
Por Martín Granovsky para Página 12
En la semana que remató en el Día del Amigo, el Presidente hizo todo lo posible por rellenar un vacío que surge de los focus groups oficialistas: su empatía ausente o insuficiente, según el sector que sea consultado. “Falta de empatía” es justo la expresión que la comisión bicameral investigadora utilizó en su informe final para definir la actitud de Mauricio Macri hacia los familiares de las 44 víctimas del submarino “ARA San Juan”. Un problema de Estado porque se trata del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Y una debilidad electoral porque afecta al candidato que busca su reelección en un escenario polarizado.
La Real Academia Española define “empatía” como “capacidad para identificarse con alguien y compartir sus sentimientos”. Después de 16 meses de trabajo, 55 reuniones, 80 medidas probatorias y 47 declaraciones testimoniales, el resultado de la bicameral fue un informe de 6.900 fojas que dijo textualmente: “El Presidente de la Nación, como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, exhibió un bajo nivel de involucramiento con todo lo relacionado a la tragedia. Sostuvo en el cargo al ministro luego de los hechos y de su cuestionable desempeño. Las escasas oportunidades en las que apareció vinculado con la temática lo hizo en forma superficial, sin ejercer nunca su mando ni comando sobre la fuerza y muchas veces demostrando falta de empatía con los familiares de los tripulantes”.
Esa actitud contrastó, según el informe, con la receptividad a los familiares en el Congreso después del hundimiento del 15 de noviembre de 2017. Ya en aquel diciembre fueron recibidos “por integrantes de casi todos los bloques legislativos”. De esos contactos surgió la iniciativa de formar la comisión investigadora que impulsó el peronista mendocino Guillermo Carmona.
Los cuatro legisladores oficialistas, como se sabe, firmaron en disidencia los capítulos sobre responsabilidades políticas, empezando por la del Presidente. Pero las diferencias en algunos casos fueron más allá. Según el relato de miembros de la comisión a Página/12, el papel más duro lo jugó el senador y ex ministro de Educación Esteban Bullrich. “¡Y ustedes se robaron todo!”, llegó a decir como toda argumentación en contra. El problema del “ustedes” es que Carmona puede ser considerado kirchnerista pero no sucede lo mismo, por ejemplo, con el presidente de la comisión José Anatolio Ojeda. Tampoco era simpatizante de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner otra integrante de la bicameral, Magdalena Odarda. Entonces revistaba en la Coalición Cívica de Elisa Carrió.
Dentro de Cambiemos el diputado PRO y ex juez Guillermo Montenegro firmó en disidencia junto con Esteban Bullrich. En los debates finales por la redacción defendió a su gobierno pero no confrontó con ataques. Legisladores de la oposición admitieron que al principio la buena disposición de Montenegro fue clave para que la bicameral pudiera formarse.
En defensa de Macri, el informe de los disidentes sostiene que “el empleo de los medios militares en tiempos de paz, como ha ocurrido con el submarino ‘ARA San Juan’, constituye una responsabilidad exclusiva y excluyente del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas”. El Presidente solo “participa en las actividades logísticas de las Fuerzas Armadas” mediante la elaboración del presupuesto.
La discusión pública sobre estos argumentos puede tener dos puntos interesantes:
➡ El primero es el papel del jefe del Estado Mayor Conjunto, Bari del Valle Sosa. El Presidente y el ministro de Defensa Oscar Aguad siempre lo protegieron al estilo de lo que hace Juntos por el Cambio con María Eugenia Vidal: que su nombre jamás quede pegado a las tragedias. A tal punto fue así que los funcionarios consultados se abstuvieron de aportar datos o informaciones después de una nota publicada por este diario el 27 de noviembre de 2017. Se titulaba “El hombre mejor informado del país” y contaba que el jefe del Estado Mayor Conjunto conoce con exactitud todos los detalles de la inteligencia y la logística de las tres fuerzas armadas. Por eso, con una orden presidencial podría impulsar una investigación a fondo sobre el submarino o, de acuerdo con áreas sensibles del Ministerio de Defensa, torpedear la pesquisa. Igual que Aguad, Del Valle Sosa continúa en el cargo. El Presidente no los hizo renunciar ni siquiera para deslindar su propia responsabilidad.
➡ El segundo punto a discutir es si la Constitución Nacional da pie para dudar o es taxativa. El inciso 12 del artículo 99 señala que el Presidente “es comandante en jefe de todas las fuerzas armadas de la Nación”. El inciso 14 indica que el Presidente “dispone de las fuerzas armadas, y corre con su organización y distribución según las necesidades de la Nación”. El 9 de julio último Macri fue la presencia más importante en el desfile militar por la Independencia. Fue entonces cuando resultaron homenajeados oficiales carapintadas. Aguad los describió como protagonistas de “un hecho menor”. Pero sus rebeliones de 1987 a 1991 buscaban la impunidad para oficiales que se habían encargado de interrogar y torturar. El más notorio fue Ernesto “El Nabo” Barreiro en el campo de concentración cordobés La Perla.
La empatía del Poder Ejecutivo parece tan selectiva como la interpretación de la Constitución Nacional.
* Por Martín Granovsky para Página 12