Nunca más sin nosotras
Entrevista a Thelma Cabrera, mujer maya mam, ama de casa, trabajadora del campo y ex candidata presidencial en Guatemala.
Por Claudia Korol para Página/12
Ella se presenta así: “Mi nombre es Thelma Cabrera Pérez. Soy defensora de los derechos de los pueblos y de la Madre Tierra. Fui electa en asamblea de las comunidades para candidata a presidenta por el Movimiento para la Liberación de los Pueblos”. La referencia de este presente da señales sobre aquel 2016, cuando el Comité de Desarrollo Campesino (Codeca), decidió crear un instrumento político para luchar por la refundación de Guatemala y por una Asamblea Constituyente: el Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP).
Finalizada la primera etapa de la contienda electoral, y bajo el fuego cruzado de las acusaciones de fraude que se extienden en Guatemala, hablamos sobre la decisión de presentarse en las elecciones, en las que -cuando siguen las impugnaciones y los recuentos de votos- se ubica en un cuarto lugar. “¿Por qué el MLP y para qué? Nace de un movimiento social, el Codeca. Desde 1992 surge Codeca como un movimiento social, pero en el trayecto del camino se fue expandiendo la lucha.”
En 1992, cuando nacía el Codeca, se cumplían quinientos años de resistencia indígena, negra y popular. Los pueblos originarios se organizaron para lo que consideraron un nuevo momento de su lucha. En 1993 en Honduras se fundaba el Copinh (Consejo Cívico de Organizaciones Populares de Indígenas de Honduras), y en 1994 se produjo el levantamiento zapatista (que el año pasado impulsó la presentación de la candidatura de una mujer indígena a la presidencia de México, Marichuy).
“Nuestras raíces para fundar Codeca fueron la lucha por la tierra y el salario digno en el campo –relata-. Pero se fue extendiendo. La defensa del territorio, el derecho al agua. Después de más de quinientos años de despojo de nuestros bienes y riquezas, en Guatemala nace este movimiento social. En el camino vimos la negativa respuesta de gobierno tras gobierno a nuestras demandas. Aquí en Guatemala hubo solo diez años de primavera. Pasó gobierno tras gobierno y en lugar de responder a las demandas aumentó la criminalización, la persecución, el asesinato de los luchadores, los presos políticos. Entonces los movimientos sociales en Guatemala, no sólo Codeca, decidimos crear un brazo político. Planteamos un proceso de Asamblea Constituyente, Popular y Plurinacional, para que se conviertan en leyes los derechos de los pueblos mayas, garífunas, xinkas y mestizos. Esta propuesta se convirtió en catorce ejes temáticos sobre el modelo de Estado, bienes comunes, derechos humanos, principios éticos, derechos colectivos de los pueblos, el tema de seguridad, justicia, comunicación, y así. Ese programa, a la vez, se desglosó en veinticinco puntos para los lectores en redes sociales. Nuestra agenda principal es impulsar ese proceso de Asamblea Constituyente. No queremos parches. Para nosotros hay un Estado fallido, corrompido y podrido, y frente a eso decimos: Estado plurinacional. Asambleariamente se llegó al consenso de que me delegaran como candidata a presidente. Yo no pedí puestos. Es el pueblo que me eligió para cumplir una misión. Yo nunca le he dicho que no al pueblo. A las mujeres siempre nos han dicho que no podemos asumir responsabilidades. Esta vez dijeron las mujeres: hoy también queremos que una mujer nos represente, porque desde ahí vamos a aprender mucho. Decimos: nunca más sin nosotras”.
Thelma sufrió presiones, agravios, amenazas, descalificaciones, en un país en el que cotidianamente son asesinados los defensores y defensoras de territorios y cuerpos, y donde todavía siguen abiertas las llagas de un genocidio que reconoce alrededor de 45.000 desaparecidos/as, 200.000 muertos/as, y donde los juicios a los responsables del genocidio atraviesan la deriva de tribunales que -salvo raras excepciones- trabajan para la impunidad.
“En Guatemala se vive una gran impunidad sobre muchos casos de masacres, de asesinatos –dice Cabrera-. El gobierno ha puesto a Guatemala en una vergüenza mundial. El tema de la impunidad lo planteamos dentro del eje de derechos humanos y en el eje de la justicia. En todos estos años seguimos sufriendo crímenes, asesinatos. Por eso decidimos plantear propuestas para el pueblo, hechas por el pueblo. Por ejemplo, que la elección del fiscal general, la elección de magistrados en la Corte Suprema de Justicia, sean por voto popular. Además, el gobierno hoy está manejado desde las empresas transnacionales, que se cobijan en esta relación para no pagar impuestos, para saquear la riqueza del país, y empobrecer a nosotros como pueblos originarios en Guatemala. Nos afecta bastante la privatización de todos los servicios públicos. El agua está llena de contaminación por la construcción de hidroeléctricas, por empresas privadas que están contaminando los ríos. También sufrimos por la expansión de monocultivos como caña de azúcar, palma africana, banano, ganadería. A los pueblos indígenas nos han arrinconado como animalitos en un corral, donde no tenemos un espacio donde trabajar. Por eso pensamos la propuesta de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional”.
—¿Qué significa la demanda de un Estado plurinacional para ustedes?
—Significa la participación de los pueblos mayas, garífunas, xinkas y mestizos, para escribir una Constitución política. Porque en la Constitución política hoy no existimos los pueblos. Para que los pueblos tengamos derechos legítimos, y planteemos derechos colectivos e individuales, debemos estar reconocidos. Nosotros como pueblo ya no aguantamos esa discriminación, esa explotación, esa exclusión que vivimos. No hay un salario digno, mucho menos para las mujeres. Nuestros hospitales están sin medicinas. El presupuesto de la nación se destina sobre todo al ministerio de gobernación, y eso sirve para reprimir al pueblo. Nosotras las mujeres, somos las que vivimos con más fuerza esta situación de extrema pobreza, de desnutrición, a raíz del saqueo que han hecho. Nuestra propuesta es nacionalizar los bienes y recursos que hay en el país: la energía eléctrica, la salud, la educación.
—¿Qué evaluación hacen de las elecciones?
—La evaluación es que tenemos un Estado fallido. Sí hubo fraude. Desde la inscripción de candidaturas ilegales, al MLP le entregaron la credencial tardíamente. No avalaban en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) las afiliaciones que presentaba el MLP. Hay un TSE copado por el sistema. La Ley Electoral prohíbe el acarreo de personas para llevar a los centros de votación. Prohíbe que personas de un municipio vayan a votar a otros municipios. Sin embargo, sucedieron, y el TSE no hizo nada. A esas anomalías las llamamos fraude y corrupción.
—¿Cómo continúa su lucha?
—Terminadas las elecciones, seguimos impulsando el proceso de Asamblea Constituyente. Valoramos que las personas que votaron por el MLP hicieron un voto digno. No importa todas las agresiones que nos hacen, desde el racismo, el machismo. Los pueblos seguiremos fortaleciendo nuestras luchas desde donde estemos. Vamos a crear un Estado plurinacional, a nacionalizar las empresas y servicios que han privatizado. Vamos a hacer una Asamblea Constituyente, donde nuestros pueblos existan, y se defiendan nuestros derechos.
*Por Claudia Korol para Página/12