Reapoderarse del Campo (crónica del Primer Foro Agrario, Soberano y Popular)
Por Iván Fernández para La tinta
Seis de Mayo, 22 hs, Plaza Agustín Tosco, Córdoba Capital. Hace una semana que llueve con diferentes intensidades pero constantemente, humedad por todos lados, barro por todos lados. Al ritmo de la garúa y con la cadencia de las que vivimos en ciudades, pueblos y parajes rurales, vamos llegando compañeras que habitamos las diferentes y diversas regiones rurales de nuestra provincia; regiones bien diferentes, topográfica, económica, social y productivamente. Nos vamos encontrando en la plaza y como metáfora, cada una de nosotras tuvo que, para poder llegar a la capital, sortear por un lado el lodazal de las calles y picadas de los caminos para no quedar empantanadas en el intento y por el otro, el amague de paro de la burocracia sindical de AOITA que hizo dudar a muchas compañeras si podían llegar.
En la Plaza estábamos presentes el grueso de las organizaciones campesinas y rurales de Córdoba: el Movimiento Campesino de Córdoba (MCC-CTEP), el Movimiento de Trabajadores Excluidos-Rama Rural (MTE-Rama Rural-CTEP), la Unión de Trabajadorxs Rurales (UTR Corriente Rural-CTEP), y un puñado de individualidades en representación de ferias, cooperativas y otros espacios. En el camino hacia Bs As, fuimos recogiendo a otras cumpas, de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT-CTEP) y representaciones de la Federación Agraria de Córdoba. ¡Más de 100 compañeras que habíamos desafiado al empantanamiento y a la quietud que el poder del clima (¿político? ¿económico? ) nos quería imponer!
Mientras sucedían los encuentros, circulaba el mate y debatíamos; compañeros naranjitas (los trapitos en Bs As) nos ayudaban a tapar el ventanal roto de uno de los colectivos, dando cuenta en la práctica que al pueblo solo lo ayuda el mismo pueblo sin distinción de si somos chuncanos o capitalinos.
Muchos de los que viajábamos no conocíamos la enorme ciudad porteña, muchas desconocíamos incluso la plaza que estábamos pisando, pero todas estábamos bien al tanto a que íbamos: al Primer Foro Agrario, Soberano y Popular donde durante dos días íbamos a debatir, reflexionar y poner en común el diagnóstico que hacíamos de nuestra realidad, como sector en particular, y de la sociedad en general para poder, terminado el encuentro, volver a nuestros hogares, a nuestro terruño, con un puñado de propuestas políticas que por un lado, profundicen y consoliden nuestras experiencias vital-productivas y por el otro, convidar al pueblo en general un programa político para una vida soberana, digna y hermosa.
Siete de Mayo, 9 hs, Buenos Aires, Capital Federal, Caballito, Club Ferrocarril Oeste. Llegamos a la ciudad portuaria, luego de un viaje de 11 horas. El cielo gris emplomado nos hacía presuponer una jornada complicada pero la voluntad y las ganas de encontrarnos con el otro, con la otra, nos empujó a bajar nuestros bártulos del colectivo y abrirnos paso hasta encontrar un lugarcito donde concentrar. Esa misma voluntad, al ratito nomás, abrió el cielo para dar paso al sol, que poco a poco comenzó a secar nuestras esperanzas mojadas.
Todo era verde, el pasto y el color de las instalaciones del club, pero como bien sabemos quienes habitamos, labramos y amamos la tierra y al monte, ese bloque monolíticamente verde, mirándolo bien, esta lleno de colores y así, empezaron a vislumbrarse las identidades de las más de 100 organizaciones que nos estábamos llamando a debatir y a encontrarnos fraternalmente. Lxs más de 3.500 compañerxs que realizan tareas rurales y agrarias cotidianamente: campesinxs, indígenas, trabajadorxs rurales, trabajadorxs y trabajadorxs despedidxs del Estado, productorxs, agricultorxs familiares, agroquinterxs, comerciantxs, consumidores y comensales, redes de comercialización pequeñxs y medianxs empresarixs, cooperativas, tècnicxs, docentes rurales, académicxs, científicxs, universidades, afectadxs por las fumigaciones, medios de comunicación populares, militancia social y política del sector y muchísimos más identidades de nuestro sector y de otros sectores de la economía popular. Todas llamadas a construir una gran plenaria federal y nacional para definir una política antagónica al modelo agroindustrial concentrado, extranjerizado y expulsivo que solo sabe de sembrar muerte y miseria con el afán de generar mayor rentabilidad y no mejores condiciones de vida.
8 de Mayo, 19 hs, puesta del sol, buenos Aires, Capital federal, Calle Avellaneda. Dos días intensos de discusiones acaloradas, dos días donde funcionaron 23 comisiones de trabajo guiadas por el faro de la Soberanía Alimentaria, La tierra como Territorio y Hábitat y la Construcción de un Modelo Productivo no Extractivista: Modelo Productivo, Tierra como territorio y hábitat, Mar y Pesca, Semillas, Rol del Estado, Agua, Forestal, Lechería, Carnes, Horticultura y Fruticultura, Emergencia de las Economías Regionales, Gestión Local y Participativa, Comercio Interior, Comercio exterior, Cereales y Oleaginosas, Trabajo rural, Educación Ciencia y Técnica, Salud, Rol de Lxs Trabajadorxs del Estado, Logística de la Distribución, Género, Pueblo Originarios, Juventud.
También fueron dos días de circulación de la poesía, de habitar diferentes místicas, de guitarras y bailes que nos entramaron en complicidades, de compartir colchones y frazadas, de haber hecho del club un enorme hogar para nuestras humanidades.
Mientras esperábamos el colectivo que nos llevaría de vuelta a nuestros hogares, en diferentes rondas y grupos hablábamos de lo que nos dejó y lo que nos llevábamos como tarea cada una de las que en estos históricos días estuvimos presentes con voz y cuerpo:
Que lo que llegamos a construir, es un programa en constante construcción, que es un punto de partida para compartir y discutir con todas las organizaciones sociales, gremiales, tanto urbanas como rurales y con toda persona que nos encontremos en nuestros territorios y en los otros; y pensar en conjunto cuál es el mejor modo de asegurar una alimentación soberana, sana, y segura para nuestro pueblo.
Que los ejes principales que emergieron de las diferentes comisiones fueron:
1. Ley de reparación histórica de la agricultura familiar: reglamentación y aplicación de la ley con participación de organizaciones de productores/as familiares, campesinos e indígenas con asignación presupuestaria suficiente. Adhesión de las provincias a la Ley de RHdeAF.
2. Democratización de las estructuras del sector público agropecuario con integración de las organizaciones y toma de decisiones vinculantes en sus intervenciones. Participación de las organizaciones del pueblo en el diseño, implementación y control de las políticas públicas agropecuarias.
3. Realización de foros en las 24 provincias para impulsar una ley nacional de presupuestos mínimos de aplicación de agrotóxicos.
4. Convocatoria a Foros Federales de discusión, análisis e implementación de una Reforma Agraria Integral.
5. Regulaciones que impidan prácticas monopólicas en todas las cadenas agroalimentarias. (Leyes como observatorio de precios, ley antimonopólica y ley de góndolas)
6. Mejoramiento de la infraestructura rural: caminos, servicios, comunicación.
7. Acceso a la tierra: Tierra para quien la trabaja, Tierra como hábitat.
8. Fomento a la agroecología como política de Estado.
9. Compra pública: un Estado que privilegie los productos del sector y de PyMEs, proveyéndose de la producción de la agricultura familiar, y de las diferentes expresiones asociativas
10. Fomento del Arraigo Rural
11. Fomento de las cadenas cortas de comercialización para todas las cadenas productivas agropecuarias como política de Estado.
Ya subidas al bondi y con el cansancio placentero de saber que no estamos solxs, que somos muchas y que después de mucho tiempo y de forma democrática hemos puesto en pie una propuesta de vida y política que se contrapone al modelo de muerte de lxs de arriba, el colectivo comienza a rodar; y mientras se suceden seminarios y encuentros agrarios donde la voz del pueblo organizado más de las veces no está presente o está mediada por el paternalismo que el Estado nos tiene acostumbrados, nos vamos volviendo a las casas no ya empoderados, porque siempre lo estuvimos, sino apoderados de la fuerza política que da la organización popular y comunitaria. Nos vamos volviendo a nuestros ranchos con la firme convicción de que la esperanza de vivir dignamente está en la fuerza mancomunada de nuestro pueblo cuando grita ¡Reforma Agraria Integral, por la Agroecología y la Soberanía Alimentaria! ¡Tierra Para La Vida Digna!
* Por Iván Fernández para La tinta. Integrante de la Cooperativa Agraria Macollando, Militante del Encuentro de Organizaciones en UTR Corriente Rural. Secretario Adjunto de CTEP Córdoba.
**Imagen de tapa: ANCAP.
