Carta a Patricia Bullrich
Che Bullrich, acá esta pequeña trava,
pequeñisima en su gigante angustia,
desde este sur, que pelea contra
Plantas Nucleares y olvidos, este sur
mapuche, de aguerridxs mapuches, de
lastimadxs mapuches… esta trava que
les abraza, mientras sueña recuperar
tierras y cosmovisiones no binarias,
para hacer en serio y bien definitivo
ese lazo solidario a donde entremos
todas nosotras también, para decir
juntxs y bien fuerte, que no nos gustás,
nos caés mal, nos hacés estruendoso
ruido en nuestro estómago y en
el alma, porque sos lo peor de una
especie que vino a aniquilarlo todo,
despojarnos de todo, mientras hace
pantomima de cumplir con el deber. Y
vos que tenés tiempo para dar las
notas necesarias, en los medios gigantes
necesarios, para justificar lo innecesario,
sé que nunca leerás esta carta,
escrita por esta pequeña polilla, que a
cada renglón que avanza, intenta tirar
de la cebolla de la bronca para que no
me falte la poesía, ¡ay! esa amiga que
cada vez que escucha tus formas y tus
palabras se apichona y se me escapa,
¿y sabés Bullrich, qué pasa?, que esa es
la trampa que nos hacen ustedes, los
de tu clase y tu estampa, que la bilis
sea solo la tinta que mande, solo la
rosca desde donde se mire, solo la
forma a donde pensar las luchas, y
entonces seas vos la que siempre gane
y gane. Por eso Bullrich, reescribo esta
carta, le pongo deleite a cada insulto
que puse, para que sea otra la altura
de mis palabras, porque falta Santiago,
y es verdad que eso no tiene metáfora,
eso solo tiene responsables, pero eso
es en sí, la gran antipoesía que ustedes
arrastran y con la que nos quieren
acobardar nuestras mas brillosas
aventuras. Sabélo, con las polillas no
podrán.
Pd: a no olvidarse, como dice mi amiga
Marlene, las polillas son otras de las
tantas formas de las mariposas.
Por Susy Shock para Mu la vaca / Imagen: Colectivo Manifiesto.