La ESI es digna educación
El miércoles 6 de febrero, salimos a la calle por una Digna Educación. Dentro de los reclamos, levantamos nuestra voz para que la Ley de Educación Sexual Integral (ESI, N° 26.150) sea una realidad en todos los ámbitos educativos. Esta ley la conseguimos al calor de la lucha feminista, mientras construimos en nuestros territorios la educación que nos hace libres.
Por Promotoras de Casa Comunidad para La tinta
“Sabemos que no alcanza con la implementación de la ESI y, por eso, generamos nuestros propios espacios. Sabemos los límites de las leyes aprobadas por los gobiernos, pero no somos ingenuas, entendemos lo importante de pelear porque se cumpla una ley que nos costó tanto conseguir y que tiene un alcance que hoy nosotras no tenemos”.
Promotora de Casa Comunidad
La Campaña por la Digna Educación es una lucha impulsada por el Encuentro de Organizaciones junto con otras organizaciones de la provincia de Córdoba. La movilización, si bien es muy importante, es sólo uno de los momentos de esta lucha. Desde octubre, la asamblea de delegadas de los territorios se reúne y discute la situación de la educación, definiendo las exigencias y las acciones a desarrollar. Por segundo año, de la mano del grupo de Promotoras Territoriales Contra la Violencia de Géneros, de Casa Comunidad, se sumó el reclamo por la plena implementación de la Ley ESI.
Desde el 2018, fue una de las banderas en la movilización y las mesas de negociación con funcionarios provinciales. Esta vez, también toma fuerza como campaña de contrainformación por los embates de sectores conservadores que, en 2018, rechazaron la interrupción voluntaria del embarazo y reclamaron la aplicación de esta normativa, pero ahora se oponen, con una campaña plagada de mentiras contra el abordaje integral de la sexualidad. Esta ley resulta fundamental, hoy, para erradicar las violencias de género.
ESI: mitos y realidades
Creemos importante hacer un repaso que ponga blanco sobre negro en relación a qué es y qué no es la ESI. Mucho se ha dicho desde las campañas anti derechos y creemos que debemos volver a las fuentes para comprender y no dar lugar a mitos o falsos argumentos que no hacen más que coartar la libertad.
La Ley 26.150: Programa de Educación Sexual Integral cumplió ya 12 años desde su sanción. Es una Ley Nacional conquistada por el movimiento feminista, que permite llevar a la práctica, en todas las escuelas del país, la consigna que tantas veces cantamos: educación sexual para decidir (y para conocer).
La Ley ESI, como le llamamos, determina que esta Educación Sexual debe ser obligatoria en todos los niveles educativos, en escuelas públicas de gestión estatal o privadas, y en todas las modalidades; que sus contenidos deben ser transversales a todas las materias; que debe ser integral, desde una concepción amplia, teniendo en cuenta aspectos biológicos, pero también aspectos culturales, sociales, políticos y éticos. La continuidad de la ESI, desde el nivel inicial hasta el nivel superior de formación docente y de educación técnica no universitaria, es fundamental, reconociendo que somos seres sexuados desde el nacimiento y que nuestra sexualidad está en permanente cambio durante toda la vida.
Otro aspecto fundamental es la selección adecuada de los contenidos, según la edad, el sexo, las condiciones socioeconómicas, culturales y étnicas, cumpliendo el derecho de les niñes y jóvenes de recibir información progresiva sobre sexualidad que acompañe sus procesos individuales y colectivos.
Es importante detenernos en los contenidos de la ESI para ayudar a desmontar mitos. Los mismos están divididos en cinco ejes conceptuales: por un lado, la incorporación de la perspectiva de género que permita reflexionar, problematizar y deconstruir las ideas rígidas socialmente construidas sobre cómo debemos ser y qué debemos hacer según hayamos nacido con genitales de varón o de mujer. El segundo eje es el respeto a la diversidad, a las elecciones de identidad de género y orientación sexual de todas las personas, rechazando la violencia y la estigmatización. Se incluyen, además, contenidos sobre el cuidado del cuerpo y la salud, reconociendo sus cambios como parte de la identidad de las personas, relacionado a la autoestima y la autonomía, para poder decidir sobre la salud en general y la salud sexual y reproductiva en particular, viviendo una sexualidad sin coacción, violencia, discriminación, enfermedad o dolencia. Deben desarrollarse, además, contenidos tendientes a valorar la afectividad, incluyendo aspectos relacionados con los sentimientos, los valores y las emociones en el marco de los vínculos y las relaciones sociales. Todos los contenidos de la ESI se apoyan en las normativas nacionales e internacionales de derechos, entendiendo a les niñes y adolescentes como sujetos de derecho.
Ahora bien, después de este repaso, nos preguntamos: ¿de verdad estamos contra esta ley? ¿qué les asusta a las organizaciones contrarias a la ESI? ¿acaso eso de “decidir y conocer”, la libertad que podría permitirnos, va contra sus intereses? Lo cierto es que la implementación de la normativa significó un nuevo paradigma. Su esencia radica en la concepción del cuerpo como una construcción social y cultural, más allá de la biología, contemplando la sexualidad en forma transversal, desde aspectos psicológicos, sociales, afectivos y jurídicos, y no meramente desde la enseñanza del aparato reproductor. De esta forma, implica una deconstrucción de la cultura patriarcal desde la primera infancia, esencial para erradicar múltiples violencias.
La ESI hoy
Resulta lamentable, a más de 12 años de sancionada la ley y 10 de su implementación, asistir a un progresivo desfinanciamiento y a la falta de un cumplimiento efectivo.
Durante el debate por la Interrupción Voluntaria del Embarazo en Argentina, parecía haber un acuerdo general sobre la ESI como una herramienta fundamental. Sin embargo, y como pasó en el 2016, aparecieron grupos contrarios, que se combinan con el actual desfinanciamiento de todos sus programas. Según el Observatorio de Derechos Humanos, en 2016, el presupuesto nacional destinado a la ESI disminuyó un 50,38%. Esta reducción drástica se revirtió parcialmente en 2017, aunque sigue existiendo una reducción de un 22,5 por ciento respecto al 2015.
Una parte de este presupuesto se destina a la capacitación docente, fundamental para la efectivización de la normativa. Cuando se pregunta a les docentes cuáles son las mayores dificultades para la implementación, se menciona, en general, el desconocimiento de la ley, de los lineamientos conceptuales y de herramientas didácticas. De acuerdo a los datos obtenidos por el Observatorio, las capacitaciones a los docentes disminuyeron abruptamente: pasaron de ser 55 mil en 2015 a 1050 en 2017. La cantidad de escuelas involucradas y los cursos online de la ESI se redujeron abruptamente y, aunque la tendencia es en suba progresiva desde 2017, lo cierto es que todavía corresponde a un cuarto de lo realizado en 2015.
Situación en Córdoba
La investigación realizada por el Equipo Técnico del Programa Provincial de ESI en 2017, a través de encuestas realizadas a directives y docentes de establecimientos de la provincia, públicos y privados, arroja datos que no distan demasiado de los números a nivel nacional. Entre los resultados, destacamos que el porcentaje de escuelas que realizan actividades de manera sistemática no supera el 60% (60% en nivel inicial, 57% en primarias, 59% en secundarias).
Además, en el estudio, se indaga sobre los contenidos y, en este punto, es importante destacar que el enfoque moralista predomina en más del 42% de las escuelas, situación que se agrava en las instituciones privadas debido al supuesto del «ideario institucional y a las convicciones de sus miembros»; contrario al enfoque integral establecido en la ley.
Este estudio, elaborado desde el Ministerio de Educación con datos oficiales, no hace más que confirmar lo que conocemos quienes estamos en contacto con niñes y jóvenes, tanto de nuestras familias como de los espacios educativos de la organización. Vemos que, día a día, distintas situaciones se nos presentan como problemas (violencia de género, abusos, malos tratos) y, desde las escuelas, no pueden, no quieren o no saben cómo trabajarlo.
El reclamo y la construcción
Por todo esto, desde la Campaña de la Digna Educación de 2018, venimos planteando la necesidad de que las organizaciones y espacios vinculados a las tareas pedagógicas debemos conocer de qué se trata la ESI, para defenderla, empuñarla como herramienta y hacerla nuestra.
Además del reclamo al gobierno provincial y nacional para la real aplicación de la Ley, este año, nos enfocamos fuertemente en crear una campaña de contrainformación. Desde el comienzo de su implementación, pero, particularmente, durante el último año, hemos recibido un bombardeo de ideas falsas, o mejor dicho, mentiras sobre la Educación Sexual Integral y su abordaje en las escuelas.
Creemos que es necesario saber que no se obliga a niñes y jóvenes a realizar ningún tipo de práctica. Por el contrario, se educa para que puedan reconocer situaciones de violencia y abuso desde pequeñes, y a saber cómo defenderse. Tampoco se obliga a optar por ninguna orientación sexual (heterosexual, homosexual, bisexual, etc.) ni identidad de género (mujer cis, mujer trans, hombre trans, etc.), por el contrario, se trabaja en el respeto y el reconocimiento de la diversidad, y en la autoestima.
Estas mentiras tienen un propósito bien definido, que consiste en generar confusión y rechazo a una propuesta que apunta a la autonomía de las personas, a partir del respeto y del autoconocimiento. A través de diversos materiales y juegos, promovemos información sobre la ESI incentivando y ayudando para que, en cada espacio educativo no formal, se desarrollen transversalmente estos contenidos, prestando especial atención también a la temática, porque les niñes y adolescentes son quienes viven estas transiciones.
ESI es digna educación
La Ley de Educación Sexual Integral nos permite discutir de forma crítica las relaciones de poder, además de dar información esencial para vivir una sexualidad no determinada por el enfoque biologicista. Creemos que la mejor forma de resistir y construir frente a la arremetida de los sectores conservadores es con la difusión y lucha por una ley que, con sus posibles límites, nos permite avanzar en un derecho clave desde la primera infancia, siendo una herramienta poderosa para erradicar las violencias de género y deconstruir el orden machista que oprime y se multiplica desde todos los ámbitos.
*Por Promotoras de Casa Comunidad (EO) para La tinta / Imagen de portada: Colectivo Manifiesto.