El agua, la tierra y la vida se defienden en las calles de Cosquín
Este sábado se realizó una vez más la marcha que desde hace una década busca visibilizar las problemáticas ambientales de Córdoba en el marco del Festival Nacional de Folclore. Con la participación de asambleas y vecinxs llegados de toda la provincia y la adhesión de más de 150 organizaciones, se hicieron escuchar los reclamos de distintas regiones ante las consecuencias de la megaminería, las fumigaciones con agrotóxicos, los emprendimientos inmobiliarios sin control, el desmonte y la contaminación.
Por Lucía Maina para La tinta
Este sábado 2 de febrero se realizó en Cosquín la 11° Marcha por el Agua, la Tierra y la Vida. Una vez más, diversas asambleas de vecinxs, organizaciones sociales, partidos políticos y personas de toda la provincia se encontraron frente a la Plaza de Folclore para hacer escuchar sus reclamos ante las problemáticas ambientales que sufren diversas regiones cordobesas. La movilización empezó a las 17.30 hs. convocada por las Asambleas de Punilla y la Asamblea en Defensa del Ambiente de Córdoba Capital y contó con la adhesión de más de 150 organizaciones. Las consecuencias de la minería y las fumigaciones, las urbanizaciones sin control, el desmonte del escaso bosque nativo que queda en Córdoba, la contaminación de fuentes de agua y del aire son algunos de los conflictos que se hicieron escuchar entre banderas de colores, marionetas de árboles y pájaros, batucadas e intervenciones artísticas.
Desde hace una década, en cada edición de uno de los festivales musicales más concurridos del país, se realiza esta movilización que busca visibilizar la crítica situación ambiental que se vive en Córdoba y se agrava año a año. Durante un día, la música y la poesía que resuena en la plaza, con artistas que evocan en gran parte de sus canciones temas como la tierra propia, el monte nativo y la cultura campesina, se vuelven realidad en las calles de Cosquín con esta caminata en la que cientos de personas salen a defender el agua, la tierra y la vida en sus territorios. Una marcha que además suele terminar, como en este 2019, en un festival abierto y gratuito en el que participan diversxs músicxs, muchxs de lxs cuales también se presentan en el escenario de la plaza Prospero Molina y aprovechan para manifestar allí su apoyo a la defensa del ambiente.
El objetivo, explicaron desde la organización de esta nueva edición de la marcha, es “visibilizar el ecocidio que se vive en Córdoba”. “Los recursos naturales de nuestro país son utilizados como garantía y medios de pagos de deudas contraídas por los gobiernos y para enriquecer a pocos. Incluso, para entregar nuestra soberanía. Por eso, desde las últimas décadas, el interior del país viene sufriendo devastaciones que perjudican irreversiblemente la calidad de vida de sus habitantes”, expresaron.
La gran participación y la unidad de las luchas ambientales que se vio en la marcha de este 2019 estuvo marcada por el proceso de organización y resistencia que despertó en todo el valle de Punilla el proyecto de autovía de montaña impulsado por la Provincia, que finalmente tuvo que dar marcha atrás. “Hace cuatro años que vivo en San Roque y mi participación en esta marcha empezó el año pasado con la problemática de la autovía”, contó Eugenia, vecina que integra la Asamblea de San Roque. En este sentido Juan Nicastro, de la Asamblea de Villa Giardino, contó: “El año pasado surgieron asambleas que no existían como San Roque, La Falda, Casa Grande, Valle Hermoso, además de otras que existían pero crecieron. Entonces después de un año de lucha se llegó a organizar una marcha en conjunto con la claridad que tenemos en el valle de que haya más salud relacionada con el ambiente”.
De cualquier manera, la movilización nucleó reclamos de toda la provincia, con la llegada de asambleas y vecinxs de Córdoba capital, Sierras Chicas, Traslasierras y otras regiones que hicieron escuchar las problemáticas que viven en sus comunidades.
Una emergencia que crece
Año a año, la Marcha por el Agua, la Tierra y la Vida ha ido creciendo al ritmo de los conflictos socio-ambientales que se fueron multiplicando en la provincia. En sus principios, contó Juan de la Asamblea de Giardino, los reclamos de la marcha eran muchos menos, pero en los últimos años las problemáticas ambientales han crecido en el valle de la mano del desmonte, las urbanizaciones descontroladas, las fumigaciones, la contaminación de los ríos y del lago San Roque, los basurales a cielo abierto y los incendios.
A la situación de Punilla se suman, por ejemplo, las comunidades que se acercaron a Cosquín para expresar la problemática que sufren a causa de las fumigaciones con agrotóxicos, como Dique Chico, así como vecinxs de la zona Sur de la ciudad de Córdoba que reclaman las consecuencias y riesgos que implica la presencia en su barrio de la planta de Porta Hnos. También participaron asambleas de Traslasierras alzando sus voces contra las consecuencias de la minería de litio y uranio, así como habitantes de Sierras Chicas para expresar su oposición a las canteras ilegales en esa zona.
A su vez, estuvieron presentes los reclamos ante conflictos que atraviesan a todo el territorio provincial, como el desmonte y la necesidad de un Ordenamiento Territorial vinculado a la lucha contra la Ley de Bosques que pretendió aprobarse en 2017, o incluso de problemáticas que afectan a todo el país, como la Ley de Semillas que se busca aprobar actualmente en el Congreso bajo la presión de los grandes sectores del agronegocio.
“Consideramos que hay una emergencia ambiental tremenda: todo Córdoba está estallando en una problemática ambiental. Y en esta marcha no solo se sumaron adhesiones de la provincia sino de otras provincias y del país. La problemática ambiental va más allá del Valle de Punilla, de la provincia completa, llega al país, y a toda Latinoamérica”, expresó Eugenia de San Roque.
La voz de las comunidades
“Las comunidades conscientes y organizadas recordamos a los gobernantes que no son más que nuestros representantes y por lo tanto les reclamamos nuestro derecho a decidir cómo queremos vivir y que legado le queremos dejar a las generaciones futuras. La Tierra no nos pertenece, somos parte de ella…”, declararon asambleas y organizaciones en el comunicado leído al finalizar la marcha. Después, comenzó el festival en el que participaron diversxs artistas así como asambleas de la provincia que fueron exponiendo sus reclamos desde el escenario.
En relación al proyecto de Autovía de montaña impulsado por el gobierno de Juan Schiaretti, desde las Asambleas de Punilla expresaron que la marcha fue también una manera de festejar que se logró frenar la alternativa que pretendía avanzar por las sierras, pero también visibilizar las consecuencias que ha generado la obra ya realizada en San Roque, tanto en el ambiente como en la población. Además, expresaron: “Estamos en alerta frente al nuevo proyecto, y a comprobar que efectivamente se elija una nueva traza porque el gobierno no firmó nada, hasta ahora fueron solo declaraciones”.
En el marco del festival, se realizó además un homenaje a Sebastián Avendaño, un integrante de la asamblea de Giardino, que sufrió un accidente cerebro vascular días atrás y que no fue atendido a tiempo. “Su muerte está relacionada con lo que reclamamos en Punilla: se hacen obras enormes como el puente de San Roque y la autovía y tenemos muchísimas falencias en cuestiones básicas. Este compañero necesitaba una asistencia rápida y hay solo una ambulancia para todo el valle”, expresaron lxs vecinxs.
*Por Lucía Maina para La tinta / Imagen: Juan Nicastro.
