Avanza imparable la subversión sexual
Por Redacción La tinta
En América Latina, se vive una atmósfera fascista, mientras las políticas públicas retroceden, las posturas de derecha cobran visibilidad. En Brasil, el triunfo de Jair Bolsonaro se enmarca en una creciente presencia del poder religioso en la sociedad y el espacio público. En Argentina, la disputa de sentido que dieron los antiderechos por el aborto legal, el movimiento #ConMisHijosNoTeMetas en el debate sobre la ESI, la violencia machista que sigue avanzando sobre los cuerpos femenizados, entre otros condimentos, intentan atacar a los movimientos feministas y disidentes que, contrario a lo que el enemigo espera, no solo siguen en crecimiento constante, sino que se fortalecen en su organización y resistencia. En este contexto, llega a Córdoba la 10° Marcha del orgullo disidente.
Este sábado 10 de noviembre, la comunidad LGBTQI+ tomará las calles nuevamente. Desde las 15 hs, concentrarán en la Plaza de los presidentes Argentinos Cordobeses (Av. General Paz 600) para comenzar a marchar cerca de las 17 hs hasta el Paseo del Buen Pastor, donde será el festival de cierre. El lema, este año, será: “Frente al avance de tu gobierno neoliberal, nuestra imparable subversión sexual”.
La tinta dialogó con Virna, lesbiana, militante de La Bisagra y consejera estudiantil de la Facultad de Comunicación (FCC). Ella, integrante de la Mesa Coordinadora de la Marcha del Orgullo Disidente, nos contó cómo se palpita la marcha y cuáles son las particularidades de este año.
“Todos los años, tenemos un lema y consignas distintas, cosas que exigimos en relación al contexto. Las disidencias, los sectores más vulnerados, somos, justamente, los que más sufrimos este tipo de gobiernos. Nos discriminan, nos excluyen, nos llevan en cana porque nos estamos besando con nuestrx compañerx en la calle, no dejan laburar a las compañerxs trans”, explicó Virna en relación a la coyuntura actual. Los conservadores, en un número bastante significativo, “salen a la calle porque tienen la legitimidad de un gobierno que los ampara”, eso, que preocupa al colectivo disidente, influye directamente en el espíritu de la movilización que se viene.
Virna dejó en claro, desde el principio, que “todo lo que está pasando en América Latina, y con nuestro gobierno neoliberal, este año nos agarra más en pie de lucha que nunca porque nos encontramos en un contexto en el que necesitamos también buscar la unidad en ese sentido. Tratar de derrotar al neoliberalismo desde la unidad, desde todos los derechos que conquistamos. No podemos retroceder en leyes que fueron conquistadas en las calles”.
La Mesa coordinadora es un espacio conformado por muchas organizaciones de mujeres, diversidades, algunos partidos políticos y sindicatos. La Bisagra, Devenir Diverse, Putos y Tortas Peronistas, Mala Junta, son algunas de las organizaciones que, desde hace años, vienen garantizando la marcha y su sentido político. Comienzan a reunirse seis meses antes cada quince días y, a medida que se acerca la fecha, una vez por semana.
Si no avanzamos, morimos
“Han habido muchos avances, creo que cada año es más grande el espíritu feminista, pero todavía falta mucho para saber cómo comunicar, nombrar y visibilizar a las disidencias”, definió Virna. Por ejemplo, este año, durante el debate por la legalización del aborto, la fuerza de ciertos sectores estuvo puesta en que todxs entendiéramos que el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos no es solo para las mujeres, sino para todas las personas con capacidad de gestar. “Creo que es una lucha simbólica mucho más grande, tenemos que seguir avanzando”, advierte y agrega: “entiendo que hay mucha disputa de sentido y cambios en la sociedad, con respecto al aborto, a la ESI, a nuestro colectivo y al movimiento de mujeres, pero no tenemos que quedarnos en lo chiquito”.
Virna remarca la necesidad de seguir visibilizando, por ejemplo, a las identidades trans. Son numerosos los frentes de esta lucha y “no quedan sólo en la opresión hacia la mujer”. Ejemplificó con claridad, “vos te sentís oprimida y sos mujer, imaginate cómo te sentirías si fueses mujer y lesbiana, o mujer, lesbiana y negra, o mujer, lesbiana, negra y trans”. Y puso el acento nuevamente ahí: “Eso trato yo de plantear cuando se pone en discusión el feminismo y todos los avances que hemos tenido. Hemos avanzado un montón y este año fue histórico a nivel de conquista de derechos, pero no nos podemos quedar atrás y tenemos que seguir, porque la coyuntura y la comunidad disidente lo demandan”.
Este sábado, las exigencias principales de la marcha serán tres: “Inclusión laboral trans y travesti, derechos laborales para les trabajadorxs sexuales, basta de violencia y exclusión en la salud y en la educación a nuestro colectivo”. Virna explicó que el orden de aparición de las consignas tiene que ver con el orden de importancia que se les da cada año. “Nosotrxs ponemos tres o cuatro en el flyer y en los spots, por cuestiones de diseño y comunicación. Pero son muchísimas y, el día de la marcha, vamos a leer un documento donde están todas las cosas que reivindicamos y que seguimos exigiendo”.
La primera consigna ocupa ese lugar porque definieron que era “urgente, que lxs compañerxs tengan trabajo formal, una jubilación, que su única opción no sea el trabajo sexual, que puedan tener un abanico de posibilidades y herramientas para poder sobrevivir”.
Incomodando y provocando, venimos a romper
A partir del año pasado, al nombre de la marcha se le agregó el término “disidente”. Virna contó que ese cambio para ella significó un antes y un después, y que “desde que decidimos dar la discusión, avanzamos un montón”. Es importante que no se pase por alto esa modificación, porque funciona como complemento fundamental, como cara de la misma moneda, de los colores, la música y el glitter que hay en las calles ese día.
Bien sabemos que es una fiesta, porque celebramos nuestras corporalidades y diferencias. Bailamos pisoteando la heteronorma asesina. Pero no es sólo eso, tampoco es sólo diversidad y orgullo. “Desde la mesa, creemos que nosotrxs estamos compuestos por diversidad, pero también somos disidencias, porque le encontramos un sentido más político a nuestra sexualidad, a nuestro devenir y a nuestro día a día. Es una forma de politizar nuestros cuerpos y nuestras identidades”.
Ahora, en este contexto de avanzada neoliberal, fascista y patriarcal, tenemos una certeza, que no es poco, la salida es colectiva. Encontrarnos en la lucha, reforzar nuestros vínculos y cuidarnos entre nosotrxs. Tomar las calles con alegre resistencia, porque al clóset no volvemos más.
*Por Redacción La tinta / Imágenes: Colectivo Manifiesto.