Por Gabriel Stekolschik para Nex Ciencia
Cuando los padres de un niño y una niña llevan a sus dos vástagos a un museo de ciencia, es probable que dediquen más tiempo a responder las preguntas de su hijo varón que las de la nena. Cuando, en el aula, los alumnos y las alumnas hacen preguntas, los “profes” de ciencia probablemente dedicarán más tiempo a responder las dudas de los niños que las de las niñas.
Estos son algunos resultados de los numerosos y variados estudios científicos que ponen en evidencia la presencia de un estereotipo prevalente desde tiempos inmemoriales: la creencia en que los varones poseen mayores habilidades cognitivas que las mujeres.
Algunos efectos de este prejuicio parecen ser claros: un artículo publicado recientemente en la revista Science muestra que, cuando se compara la opinión de nenes y nenas de seis años de edad, es menos probable que las niñas crean que alguien de su propio sexo es una persona “brillante”. El mismo trabajo revela que, a esa edad, las nenas empiezan a esquivar la realización de actividades que son consideradas aptas “para los verdaderamente inteligentes”.
Se sabe que la cultura es una fuente significativa de valores y conductas individuales, y que los productos culturales (películas, libros, etc.) contribuyen a la perpetuación de esos modelos de comportamiento.
De hecho, existe consenso científico en que el estereotipo que relaciona al varón con la genialidad tiene fuertes raíces de carácter cultural y, sin embargo, los estudios a gran escala que identifican y cuantifican la presencia de dicho estereotipo en productos culturales de consumo popular son raros.
Ahora, un artículo publicado en la Social Science Research Network, da cuenta de esta carencia: “Analizamos 11.550 películas que fueron estrenadas entre 1967 y 2016, es decir, a lo largo de cincuenta años, y que tuvieron alta taquilla”, informa Edgar Altszyler, integrante del Laboratorio de Inteligencia Artificial Aplicada de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. “Buscamos identificar y cuantificar la presencia del estereotipo de género que asigna al varón la cualidad de ‘genial’, en películas cuyo idioma original es el inglés”.
Inteligencia artificial
Para el estudio utilizaron lo que se denomina “ciencia de datos”, una técnica de inteligencia artificial que, mediante un algoritmo (un programa de computación), permite analizar grandes volúmenes de información. En este caso, usaron una gigantesca base de datos que contiene los subtítulos en inglés de 11.550 películas, que fueron las más taquilleras en los últimos cincuenta años.
A su vez, a partir de estudios previos, elaboraron una lista de 16 palabras que denotan una elevada habilidad cognitiva (brilliant, genius, intelligent, etcétera).
También, diseñaron un algoritmo que permite determinar si esas palabras están “más cerca” de un pronombre femenino o de uno masculino. De esta manera, cuando en una escena de una película se utiliza, por ejemplo, la palabra “genio”, se puede inferir si se están refiriendo a una mujer o a un varón.
Para testear si el algoritmo funcionaba, previamente lo probaron con una lista de profesiones: “Comprobamos que nuestro algoritmo ponía en evidencia los estereotipos de roles. Por ejemplo, en esa base de datos de subtítulos de películas la palabra bombero aparece asociada significativamente a los pronombres masculinos y la palabra enfermera a los femeninos”, ilustra Ramiro Gálvez, otro de los autores del trabajo.
Presencia artificial
Con el algoritmo puesto a punto, lo primero que hicieron fue contabilizar cuántos pronombres masculinos y femeninos había en la base de datos de subtítulos, y cómo variaron esas cantidades a lo largo del tiempo: “En todas las décadas analizadas encontramos que hay más cantidad de pronombres masculinos, lo que significaría que siempre se mostró más a los hombres que a las mujeres”, comenta Altszyler. “Hace cincuenta años había dos veces y media más pronombres masculinos que femeninos y actualmente hay dos veces más”, detalla. “El cambio es bastante pequeño en relación con los cambios sociales que se produjeron”, opina.
Cuando los investigadores decidieron separar a las películas por categoría, se encontraron con un resultado que los sorprendió particularmente: “En las películas infantiles, la diferencia entre pronombres masculinos y femeninos aumenta notablemente. Para todos los años analizados, hay mayor proporción de presencia masculina en los films infantiles que en el resto de las categorías”.
Genialidad artificial
Finalmente, aplicaron el algoritmo para “medir” la distancia entre las palabras que semánticamente describen una habilidad cognitiva elevada y los pronombres de ambos géneros. “Lo que encontramos es que estas palabras que refieren a inteligencia suelen estar rodeadas por los pronombres masculinos, en una relación claramente desproporcionada respecto de los pronombres femeninos”, revela Gálvez. “Lo vemos en las películas en general y, más notoriamente, en las películas infantiles”, completa.
Los autores del trabajo, que también firma Valeria Tiffenberg -“es la impulsora de este estudio”, resaltan Altszyler y Gálvez- señalan que “hasta donde sabemos no hay análisis previos de esta magnitud”.
En este sentido, aclaran: “Nuestros resultados no son novedosos. Lo novedoso es la herramienta que estamos utilizando, que nos permitió cuantificar la frecuencia de algunas palabras y de ciertas asociaciones de palabras en los subtítulos de más de once mil películas”. Y subrayan: “A diferencia de los estudios tradicionales, que son manuales y que toman una muestra de diez o veinte películas, esto posibilita sacar conclusiones menos sesgadas por la selección de la muestra”.
Entusiasmados por las posibilidades que brinda esta herramienta informática, los investigadores ya están pensando en aprovechar la base de datos de subtítulos para evidenciar otros estereotipos: “Queremos analizar de qué manera las películas nos muestran a los latinos, con qué se nos asocia y cómo fueron variando esas asociaciones a lo largo del tiempo”.
*Por Gabriel Stekolschik para Nex Ciencia.