Angela Davis: “El feminismo es el arma más potente para luchar contra el racismo y el fascismo”
La activista feminista norteamericana afirma que los problemas de nuestro tiempo “emanan de la lucha de migrantes y refugiados”.
Por Público
“El feminismo no es sólo una estrategia para superar la opresión basada en el género, sino también contra el racismo, el fascismo, el materialismo o la opresión económica”, ha afirmado el miércoles pasado Angela Davis, activista y filósofa norteamericana, y un símbolo de la lucha antirracial y por los derechos humanos.
Davis, de vista en España para participar en el ciclo de conferencias Mujeres contra la impunidad que organiza La Casa Encendida de Madrid, abogó por un feminismo lo más abierto e inclusivo posible, y recalcó que debe ser además interseccional, porque “no hay una categoría de mujer unitaria”, sino que está atravesada por múltiples factores como la raza, el poder económico o la orientación sexual, entre otros.
Davis recordó que son las mujeres y su movilización una de las fuerzas de cambio más potentes que hay hoy en día en el mundo. “La principal respuesta a la administración Trump ha venido de las mujeres”, que organizaron nada más producirse su elección la mayor movilización de las últimas décadas en Estados Unidos y en el resto del mundo.
Sin embargo, criticó la utilización política del feminismo de unas pocas privilegiadas que en poco o nada ayudan al avance en lo derechos del conjunto de las mujeres y de la sociedad, especialmente de las racializadas y de aquellas más pobres y con menos derechos. Para ejemplificarlo, explicó el uso que Hillary Clinton hizo del feminismo durante la campaña electoral que la enfrentó a Trump en los últimos comicios de Estados Unidos. “Clinton intentó usar el feminismo como un arma movilizadora y no tuvo éxito”, porque apelaba a un feminismo blanco que dejó fuera a un gran número de mujeres, afirmó.
“Un feminismo que afecta sólo a aquellas que ya han llegado al final de la escalera económica y política, a aquellas que tocan con los dedos el llamado techo de cristal, es un feminismo que no ayuda a quienes están en la parte baja de la jerarquía”, y que no representan al conjunto de las mujeres y de la población.
La activista, que perteneció al Partido Comunista de Estados Unidos, se ha mostrado preocupada por el crecimiento del fascismo tanto en Estados Unidos como en otros lugares del mundo, como en Brasil, Europa y en países como Filipinas, aunque lanzó un mensaje optimista. Si bien es cierto que la elección de Trump o la posibilidad de que en Brasil gane el ultraderechista Bolsonaro, reconoció que esto ha tenido una respuesta contundente por la izquierda.
“Sin duda, la presencia de alguien como Trump ha sido un estímulo” para que haya dirigentes que defiendan el fascismo, la homofobia, el racismo y los ataques a las mujeres, pero “al mismo tiempo está generando una mayor conciencia sobre el racismo, probablemente la mayor de toda la historia”.
Muy crítica con un capitalismo global, “herencia del colonialismo”, Davis está convencida de que los principales problemas de los derechos civiles de nuestro tiempo “emanan de la lucha de migrantes y refugiados”.
“No podemos asumir que las decisiones de los migrantes sean individuales, son el resultado del capitalismo y el colonialismo, por eso es tan importante que generemos apoyo en todo el mundo para todos aquellos que son expulsados de sus tierras natales”, afirmó.
*Por Público