«El FMI es al Estado lo que la Sociedad Anónima Deportiva a un club»
Finalmente, la Asamblea de AFA para aprobar la inclusión de las Sociedades Anónimas Deportivas no se realizará: la votación fue retirada del temario gracias a los dirigentes, hinchas y socias que visibilizaron el significado de privatizar los clubes. Antes de esta batalla ganada, La tinta habló con cuatro representantes de la Coordinadora de Hinchas, organización que se hace cada día más fuerte en los estadios y en las instituciones.
Por Sebastián Tafuro para La tinta
El viejo anhelo del ingeniero Mauricio Macri se aprestaba a tener concreción -al menos en el aspecto del debate- en una fecha demasiado simbólica para él y su fuerza política: el 22 de noviembre de 2015, el ex presidente de Boca cosechó más del 51% de los votos y le ganó el ballotage a Daniel Scioli para arribar al máximo cargo ejecutivo de nuestro país. Tres años después y con tanto daño realizado en el plano socio-económico, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) -ese territorio que el poder político disputa permanentemente- se iba a disponer a votar la modificación o no del Estatuto de cara a abrirle las puertas a las tristemente célebres Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).
Otras discusiones, esencialmente la de si se iba a votar a mano alzada o en secreto vía el voto electrónico, postergaron la discusión principal hasta el 29 de noviembre. Pero la obsesión que persigue a Macri desde que ingresó al mundo del fútbol y, sobre todo, desde aquel 38 a 1 en contra en 1999 –cuando Julio Grondona habilitó también este debate y sólo Macri votó a favor– tendrá que esperar más allá del 22 o del 29 del próximo mes. Los y las hinchas batallaron y ganaron: no habrá Asamblea para tratar este tema. Aquí exponemos algunas voces, firmes, contundentes y a la altura de las circunstancias. Fueron dichas antes de este logro, pero tienen la misma importancia.
Matías Lammens, el presidente de San Lorenzo, se ha erigido por peso específico en el principal referente del #NoALasSAD entre la dirigencia del fútbol argentino. El domingo, escribió un interesante hilo marcando su postura. Entre otras cosas, señaló lo siguiente: “En un país con la fragilidad social que tiene Argentina, donde 4 de cada 10 chicos son pobres, el Estado debería apostar a los clubes. En vez de asfixiarlos con tarifas impagables o de convertirlos en negocios, hay que protegerlos para que sigan cumpliendo su rol social”. Y aportó la mirada de una “sociabilidad más humana” para describir el papel histórico y actual de estas asociaciones civiles sin fines de lucro, tan impregnado en el corazón de cada barrio, de cada ciudad.
De la mano de Fernando Marín, el ex gerenciador de Racing con Blanquiceleste S.A., y de Daniel Angelici, el actual presidente xeneize, el gobierno piensa en clave de negocio. Y aunque los números no le dieron, ya volverá a intentarlo por alguna vía. Recursos no le faltan.
La Coordinadora de Hinchas es un espacio de hinchas, socios y socias de distintos clubes de nuestro país. Su surgimiento se da a fines de 2016 como un intento de organizarse en unidad más allá de los colores y rivalidades, y defenderse de lo que ya se veía venir. “Los clubes sociales y deportivos son el corazón de la historia argentina. No son sólo fútbol ni una marca, son asociaciones civiles sin fines de lucro, funcionando con actividades recreativas, formativas y de inclusión social. El patrimonio es parte de nuestra identidad”, nos graficó Florencia Duarte, hincha y socia de Banfield, un club que ya anticipó su posición en contra del proyecto a través de la postura de su presidenta Lucía Barbuto en la reciente Asamblea General de la institución. “Por convicción, por coherencia e historia, no estamos a favor de las SAD. Vamos a ratificar este voto en la Asamblea de AFA del 29 de noviembre”, señaló la mujer de 33 años que, hace apenas un par de semanas, asumió el máximo cargo en el Taladro.
La sintonía entre hinchas y dirigencia es fina en San Lorenzo y tiene una distancia gigantesca en Boca. Leandro Gamallo, referente de La Soriano en el club de Boedo, se expresó como si fuera un reflejo de Lammens dentro de la hinchada. “Hay una disputa ideológica, nosotros creemos y queremos que los clubes sigan teniendo el rol social que tienen, conteniendo deportes que no dan ganancias, pero permiten que miles de pibas y pibes practiquen actividades. Hoy, que nos enorgullecemos de las medallas en los JJOO de la Juventud, hay que recordar que muchos de esos atletas hacen deporte en estos clubes sociales. Si fueran empresas, no habría lugar para ellos”, señaló uno de los integrantes de una agrupación que viene cobrando peso en el club y que, además, tiene un alto nivel de intervención en redes sociales.
El fin de semana, explicitaron una serie de casos desastrosos tras el paso de las SAD: Málaga, Colo Colo, Deportivo Alavés y, sobre todo, varios empresarios juzgados por una infinidad de irregularidades en sus gestiones. Y como contraparte, el siguiente tuit: “Decimos #NoALasSAD porque en el supuesto ‘modelo’ español, a intentar copiar en Argentina, los únicos clubes competitivos son precisamente aquellos que no son Sociedades Anónimas Deportivas: Barcelona (25 Ligas, 30 Copas del Rey) y Real Madrid (33 Ligas, 19 Copas del Rey)». Finalmente, la hinchada azulgrana cantó en el duelo frente a San Martín de San Juan “San Lorenzo no se vende” y recordó el famoso hit del verano MMLPQTP.
Para Hernán Aisenberg, de Boca es Pueblo: “El fútbol como lo conocemos está en riesgo si el club pasa a ser empresa. Principalmente, porque perderíamos nuestra autonomía y nuestro poder de decisión como socios y socias. Los dueños del club ahora serían socios anónimos que podrían vender instalaciones, mudar el club, cambiar los colores y hasta cambiar el nombre sin consultar a nadie. Pero, además, harían negocios con algo que no les pertenece porque no lo pueden comprar”. En la institución de la Ribera, el negocio viene siendo una realidad a partir de ese “proceso de elitización” que tan bien describen los y las integrantes de una agrupación que intenta dar la batalla de cara a cambiar la orientación en la que está inmersa hace más de 20 años la institución de sus amores.
“¿Qué me van a hablar de amor?”, pueden decir los y las hinchas de Temperley. ¿Qué hubiera pasado si la quiebra que un juez decretó en 1991 hubiera sido en el marco de una SAD? ¿Qué hubiera pasado si esa situación era aprovechada por una SAD para “salvar” al Celeste? Nada de eso pasó, hubo dolor, sufrimiento y unidad de los socios, los únicos capaces de tanta pasión para recuperar el club. De a poco, iría resurgiendo de las cenizas tras tener que cerrar sus puertas y, por ejemplo, recién volver al fútbol en la Primera C el 24 de Julio de 1993. “Los clubes son nuestros y la coordinadora lo que quiere demostrar es que la unidad de todos/as es crear esa conciencia social de que no nos quiten lo nuestro, lograremos que las Sociedades Anónimas no desembarquen en la Argentina”, nos comentó Gabriela Siri, representante del club del sur bonaerense al interior de la Coordinadora.
Las cartas quedaron echadas. Los argumentos de quienes están a favor se cayeron, pero siguen intentado contraponer una imagen de gestión transparente y exitosa frente a múltiples administraciones que han sido sumamente deficientes. Más allá de que entre los clubes como asociaciones civiles ha habido desastres, la respuesta no son las SAD como la realidad ha demostrado. Son mejores gestiones para profundizar los aspectos más interesantes de los clubes.
El cierre se lo dejamos a Aisenberg y una comparación tan verdadera como trágica: “Esta discusión es bastante parecida a la que tenemos como sociedad frente al FMI. Algunos creen que esa es una solución financiera y la posibilidad de la lluvia de inversiones. Para nosotros y nosotras, estamos hablando en ambos casos de una extorsión que solo nos endeuda más, nos condiciona y nos hace perder autonomía y capacidad de decisión. El FMI es al Estado lo mismo que la SAD a un club”. No al FMI, #NoALasSAD.
*Por Sebastián Tafuro para La tinta