Movimiento Social Patriota: la nueva extrema derecha chilena
En Chile crece un movimiento con profundos rasgos fascistas que utiliza la ayuda social para captar militantes y desplegarse por todo el país.
Por Jaime Morales para Resumen
Las acciones llevadas a cabo por el Movimiento Social Patriota (MSP) el miércoles 25 de julio en Santiago de Chile, en el marco de la Marcha por el Aborto Libre, nos llevan a pensar en el resurgimiento de los movimientos de extrema derecha de corte fascista en el país, y de su exponencial crecimiento en el territorio chileno durante los últimos años. Hoy, el MSP, con un año y medio de existencia, tiene casi ocho mil seguidores en redes sociales y presencia militante en localidades de al menos cinco regiones. Con acciones asistencialistas y performáticas que incitan al odio, han logrado darse a conocer. Asumiendo posturas decididamente xenófobas, misóginas y homobóficas, discursivamente se hacen pasar por la minoría, los oprimidos y los discriminados. Se valen de teorías de la conspiración y fake news para fundamentar su posición.
Pero, ¿quiénes son el Movimiento Social Patriota? ¿Cómo se formaron? ¿Quiénes son sus líderes? ¿Cuáles son sus influencias? ¿Cómo funcionan y se organizan? La presente investigación, que contó con monitoreo de redes sociales y conversaciones espontáneas con algunos de sus miembros en sus actividades sociales, busca responder a dichas interrogantes.
Montañistas y Otakus, el nacimiento del MSP
El Movimiento Social Patriota, inspirado en las experiencias fascistas de Tercera Posición europeas como Casa Pound (Italia) y Hogar Social (España), busca desde una posición cultural y desde una raigambre social, generar organización de extrema derecha con rasgos populistas, pero profundamente xenófobas, racistas, misóginas y homófobas.
Es así que a partir de una división dentro de Acción Identitaria a finales del año 2016 (otra organización masiva de similares características, fundada en La Serena alrededor del 2013), un grupo de ex militantes de Santiago decidieron crear su propia organización. Entre los fundadores destacan Alan Contreras, Bárbara González, Gabriel Segovia Kunstmann (todos ellos ex militantes de Acción Identitaria), Alexander Cruz, Pedro Pérez Kunstmann (actual vocero del MSP), a los que se suman Javier Roa, un ex militante de Fuerza Nacional Identitaria y partícipe en su momento del Comité 5 de Septiembre, que reivindica a los nazistas que participaron en la Toma del Seguro Obrero en 1938.
Originalmente se trata de un grupo que comparte un interés común en el montañismo (de hecho algunos de sus miembros mantienen una tienda online de artículos de montaña llamado husareschile.cl), por los videojuegos, la animación japonesa, y están radicados principalmente en los sectores más populares de la zona oriente y sur de Santiago, desde Macul (Pérez Kunstmann) a Puente Alto/La Pintana (Alan Contreras). A este núcleo duro se le suman posteriormente en Santiago Erwin Stock Contesse, de Las Condes, probablemente uno de los más vociferantes por redes sociales, vinculado familiarmente a Rommy Stock Contesse, que figura como quien inscribió en dominio web del grupo.
El funcionamiento original del MSP fue, en su primer momento, con un enfoque en la propaganda y difusión, en donde tempranamente marcaron una postura profundamente nacionalista, con mensajes en contra de la inmigración, y denunciando la existencia de una supuesta “dictadura gay”, junto a teorías de la conspiración que incluyen y mezclan a George Soros, Giorgio Jackson, Rolando Jiménez y la ONU.
Junto a ello, y muy al estilo de sus camaradas de Hogar Social Madrid y de Acción Identitaria, forman “Rescate Social”, una organización más amplia de voluntarios, de carácter asistencialista, que excluye en su ayuda a migrantes y minorías bajo la consigna de los “chilenos primero”. La creación de este espacio le valió las burlas de su símil en Acción Identitaria, por considerar que era una copia burda de su organización asistencialista “Brazo Social”. Sin embargo, ambas agrupaciones “sociales” le han permitido a sus respectivas matrices políticas sumar militantes y seguidores, en especial ante la coyuntura de los mega incendios forestales del verano de 2017. Rescate Social normalmente recolecta y distribuye alimentos y víveres en supermercados del sector sur-oriente (donde tuve la posibilidad de tener algunas conversaciones informales pero reveladoras del funcionamiento de la organización), y luego son distribuidos a chilenos afectados por algún contratiempo, dando una imagen favorable en la población.
De células y regiones: crecimiento y funcionamiento interno del MSP
Aunque de un alcance menor y más limitado que Acción Identitaria, el Movimiento Social Patriota ha tenido un crecimiento enorme en este año y medio de vida que lleva. Ha logrado expandirse más allá de Santiago (constantemente intentando quitarse la chapa de una organización santiaguina), teniendo representación en algunas localidades de las regiones de Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Biobío y Los Lagos. Parte de este crecimiento lo han logrado mediante personas entusiastas por las ideas nacionalistas y anti LGTB+, quienes han formado sus células en regiones. El funcionamiento del MSP se basa en células y una dirección nacional (con sus respectivos comités). Las células, además de compartimentar en algún grado la organización, permiten principalmente abrir un nuevo territorio, ciudad, comuna o región. Esta célula, para empezar a funcionar debe tener al menos unos tres militantes. De ese número mínimo van creciendo, a tener, por ejemplo, en la región de Valparaíso unos seis militantes activos, capaces de hacer propaganda y difusión, liderados por Jorge Morales.
El odio encubierto de tolerancia
El fascismo de tercera posición, más que ser el fascismo duro y abiertamente racista e intolerante que conocemos a través de los libros de historia, tiene un tono (o apariencia) distinto. Organizaciones como Casa Pound, Hogar Social, Acción Identitaria y Movimiento Social Patriota se caracterizan por tener una aproximación más cultural que biologicista, y por encubrir hábilmente la intolerancia propia, atacando y atribuyendo a los sectores más progresistas o de izquierdas como los verdaderos intolerantes. De este modo, se enfocan más en el fenómeno migratorio que directamente en el factor racial, y critican a la globalización tomando en instantes discursos que parecieran ser de izquierda.
El ejemplo probablemente más interesante es el concepto acuñado por estos sectores (y defendido por el MSP) de “endofobia”, que vendría a ser un desprecio al chileno y lo chileno, frente a un amor desmedido por el migrante y lo foráneo (según ellos). De este modo, invierten los términos y generan la sensación que hay una discriminación del chileno y una preferencia por los migrantes, tanto en políticas sociales como por los sectores progresistas. Para ello, se apoyan en una serie de fake news que señalan que los extranjeros tienen mejor atención médica en el sector público, de que los jardines infantiles JUNJI están colapsados por la llegada de niños extranjeros, y un largo etcétera. Bajo el lema de “los chilenos primeros”, llaman a la expulsión de extranjeros, a frenar la migración -especialmente desde Haití-, y a negar toda ayuda social o del Estado a los que provienen de otro país.
Junto a ello se apoyan en conspiraciones infantiles y ridículas, como que en Chile existe una “dictadura gay”, que Rolando Jiménez (MOVILH) es controlado por el empresario George Soros para llevar a cabo sus intereses de disminuir la natalidad chilena y reemplazarla por migrantes (¿?).
Defienden del mismo modo a una masculinidad que estaría oprimida por la supuesta “ideología de género”, con un discurso transfóbico que les hizo desplegar pancartas en Las Condes en contra de Daniela Vega, ideas misóginas que los llevó también a intentar “funar” (escrachar) la marcha feminista por el aborto libre de este 25 de julio en Santiago, desplegando barricadas, tirando pintura roja y vísceras de animal en las calles, y desplegando un cartel que señalaba “Esterilización Gratuita para todas las hembristas”.
A todo esto se suma una adhesión al populismo penal, llamando en variadas ocasiones a la pena de muerte y a los trabajos forzados -en otras palabras, esclavizar- a los presos.
Fascismo que no se reconoce como tal
Hábilmente, el MSP habla en contra del capitalismo, en contra de la globalización, a favor del ambiente (eso sí, en defensa del paisaje “chileno” en sí y no desde una perspectiva eco-social). Por lo general se nota molestia en sus miembros cuando se les trata de fascistas, y han desarrollado un incipiente “war room” para defenderse de ataques y acusaciones en redes sociales, bombardeando con comentarios a páginas antifascistas y de izquierda, además de tweets que defienden sus acciones. Se definen como social-patriotas, renegando o rehusándose siempre de los motes de nacional-socialistas, fascistas o de “extrema derecha”, sosteniendo que ellos no son “ni de izquierda, ni de derecha, sino social-patriotas”, consigna desplegada en distintas comunas de la capital.
Sin embargo, y como se señaló al principio del presente artículo, el MSP corresponde a una versión local de la Tercera Posición europea, y copia fiel e inspiración de Casa Pound y Brazo Social, organizaciones ultranacionalistas y neofascistas que han logrado un crecimiento enorme en Europa, y que junto a la derecha radical (que vendría ser representado por José Antonio Kast y su movimiento Acción Republicana) han ascendido y tomado posiciones cada vez más hegemónicas en el viejo continente, quedando la interrogante si en este país dicho proceso podría repetirse.
*Por Jaime Morales para Resumen
