Brasil y la cultura entre golpes
«Cuando me encontraba preso en la celda de una cárcel fue que vi por primera vez las famosas fotografías donde apareces entera a pesar de que tampoco estabas desnuda y si cubierta de nubes: Tierra». Así comienza el primer tema musical del álbum “Muito” (“Mucho”) del famoso cantor, músico, compositor y poeta Caetano Veloso, lanzado al mercado en 1978. La letra ya marca un lugar y un momento que sólo un poeta como Caetano podría traducir en palabras: la feroz dictadura brasileña que duraría de 1964 a 1985; sí, ¡nada menos que 21 años!
A pesar de estar prisionero, Caetano pudo seguir interesándose por el mundo exterior y mirar (valga la redundancia) lo poético que existe en él y en el caso viajar muy lejos, junto a los astronautas norteamericanos que sacarían las fotos de nuestro planeta en 1969; los astronautas de la Apolo XI. Se refiere a nuestro planeta y su visión casi perfecta que llega de lejos. Cómo se ve la Tierra desde “otro lugar” del cielo. Caetano consigue hacer una de las más bellas canciones de su discografía, a pesar de que su inspiración proviene de una prisión. Como este ejemplo hay muchos: Chico Buarque, Toquinho, Gilberto Gil, Maria Bethania, Gal Costa, Vinícius de Moraes, Geraldo Vandré… prácticamente todo el primer escalón de la música popular brasileña se tuvo que exiliar.
Otro caso paradigmático es el de la música “Samba de Orly”, compuesta en primera instancia por Toquinho y con la letra retocada por Chico Buarque y Vinícius de Moraes. Parte de la letra final de la misma tuvo que ser modificada por causa de la censura. Toquinho llegó al departamento de Chico y le dijo que partía al día siguiente para el exilio. Fue una letra hecha a raíz de la melancolía, del extrañamiento anticipado (lo que en portugués se llama de saudades): «Ve, mi hermano / Toma ese avión / Vos tenés razón de correr de ese modo / De este frío, pero da un beso en mi Rio de Janeiro / Antes que un aventurero se lo lleve puesto/ Disculpa por la duración de esta temporada / Pero no me digas nada / Que me viste llorando / Y dejando de lado lo más pesado / Decí que yo me las voy arreglando / Y contame como anda aquella buena vida / Y si podés mandame alguna buena noticia / Disculpa por la omisión algo forzada / Pero no digas nada / Que me viste llorando / Y si podés mandame una buena noticia». La parte que puse en “negrita” pertenece a Chico y lo de la omisión algo forzada a Vinícius; esta fue cambiada por causa de la censura en donde dice “omisión” se leía “duración” y donde dice “algo forzada” por “esa temporada”. En fin; cosas que permitieron que una música “pasase” aun cuando no deja de ser un tema mucho más ligado a los sentimientos que a la denuncia en sí. Chico Buarque la colocaría en su excelente álbum “Construção” (“Construcción”) de 1971.
Hay decenas de ejemplos que se pueden dar, como el de las músicas “Apesar de você” ( “A pesar de usted”, 1970 ) de Chico y “Pra não dizer que não falei das flores” (“Para que no digan que no hablé de flores”, 1968) de Geraldo Vandré. Estas dos se transformaron en himnos contra el régimen que tuvo su momento más duro entre los años 1968 y 1975.
De cualquier forma no sería sólo la música que se levantaría contra el régimen de aquella época. Tal es el caso del director de teatro José Celso Martínez Corrêa (conocido como Zé Celso) con piezas como “O Rei da Vela” de 1967 (El rey de la vela de Oswald de Andrade). Su teatro “Oficina” fue invadido y cerrado. A partir de ese momento (1968) el dramaturgo se exilia para retornar al Brasil diez años más tarde.
Glauber Rocha y Rui Guerra también hicieron lo propio en el cine con films como “Terra em transe” (“Tierra en Transe”, 1967) y “Os Fuzís” ( “Los fusiles” de 1964), que serían censuradas por la dictadura.
Pero, ¿por qué estoy haciendo este repaso por los años de la dictadura brasileña que irrumpió con tanques y bayonetas caladas una mañana del 1º de abril de 1964? Porque ha habido un nuevo golpe, de otro tipo, institucional o palaciego, que parece ser en una forma menos cruenta pero en los resultados tan o más perverso. Y a pesar de ellos, de los que roban el voto popular (como el caso de Honduras y Paraguay), parece que no cuentan con la Cultura; piensan que el temor o la enajenación pueden acabar con la inventiva artística pero resulta generalmente lo contrario.
Ahora, cuando escribo estas líneas, las redes sociales pululan dando cuenta de las manifestaciones contra Michel Temer y se ven cantidades de videos donde los artistas y otros excluidos dan testimonios, entre otras cosas como el hecho de que el Gabinete de facto no incluye ninguna mujer, ningún negro y menos alguien con alguna opción sexual que no sea la hétero. Se viene una explosión de creatividad y arte contra este espurio régimen que ya tiene la impugnación de varios países de la región.
En fin, es triste comprobar que Argentina ahora está alineada con los regímenes conservadores y de ultraderecha. Esperamos que el pueblo brasilero con toda su fuerza creativa y su espíritu democrático expulse cuanto antes a esos sátrapas. Ésto independiente de un análisis político dónde el PT (Partido dos Trabalhadores) es el principal implicado por hacer componendas con lo peor de la burguesía nativa, una película que nosotros ya la conocemos y que tuvo un costo demasiado alto.
(*) Nota de Valdir Peyceré para la tinta.