Se trata de nuestros cuerpos: por calles libres de acoso
#Libredeacoso es una Campaña impulsada por «Colectivo Catalejo», de Montevideo, Uruguay que fue lanzada en marzo de este año. Mediante propuestas de sensibilización, investigaciones, encuestas anónimas, consejos y campañas audiovisuales invitan a reflexionar y problematizar sobre el acoso sexual callejero. Entrevistamos a Fernanda Berrueta y Martina Sanguinetti, dos de sus creadoras.
Por Redacción La tinta
Quizás sea importante contar algo de la historia de Colectivo Catalejo para comprender mejor cómo llegan a interesarse y diseñar la propuesta de la Campaña integral #Libredeacoso. Catalejo es una organización uruguaya sin fines de lucro, que nació en 2012 en medio de los fuertes debates por el proyecto de la baja de edad en la Ley de Imputabilidad.
Martina Sanguinetti, una de las integrantes fundadoras del colectivo, cuenta que en ese momento una compañera de facultad le propuso hacer un video. Así nació la primera producción del colectivo, “Dieciséis”, un documental con testimonios de 16 adolescentes de 16 años. Al respecto, Martina recuerda que lo hicieron “tratando de darle voz a las personas que estaban en el foco de la opinión pública, porque se discutía si ellos eran o no imputables”. «Si bien el audiovisual poseía varios errores técnicos, generó muchas repercusiones», dice Martina mientras plantea que la impronta de Catalejo tiene mucho que ver con tener ideas y animarse a desarrollarlas, pese a la falta de saberes técnicos específicos.
Después del plebiscito – que finalmente no aprobó la Ley de Imputabilidad- siguieron haciendo producciones relacionadas a la juventud, cárceles y seguridad. El objetivo de Catalejo es abordar temáticas sociales diversas, con el objetivo de contribuir a visibilizarlas y a enriquecer el debate ciudadano y promover la participación.
Martina nos cuenta que “género es un tema que empezó hace un par de años” y apareció de la mano con un cambio en el funcionamiento del colectivo. A la par de tender redes con medios alternativos nacionales y extranjeros, decidieron comenzar a cubrir las marchas que les interesaran. “La primera marcha que cubrimos fue la del 8 de marzo de 2016”. Cuenta, además, que en el proceso de empezar a pensarse como feministas, atravesó a todo el colectivo, tanto mujeres como varones.
¿Cómo nació la Campaña Libre de Acoso?
El funcionamiento del colectivo se fue transformando con el correr del tiempo. El colectivo en su interior funciona con diferentes tareas: “El palo más técnico, el más académico y más el de gestión; pero también hay mucho de ir rotando”. Este modo también se transformó cuando comenzaron a trabajar diferentes ejes temáticos. Uno de ellos fue la Campaña Libre de Acoso. En 2017 apareció la idea inicial, “ahí se arrimó Fer, que ella era feminista de antes (risas), y ahí se sumó al grupo específico para diseñar cómo sería este nuevo proyecto”. Aseguran que fue un año de mucho trabajo, con reuniones semanales, que nunca eran suficiente para hacer todo lo que había que hacer.
Quise preguntarles por qué ese tema, cómo fue que eligieron ese abordaje y no otro de los tantos que proponen las luchas feministas. Fernanda Berrueta, planteó que comenzar a abordar el tema del acoso y no otros, surgió a partir de una lectura acerca de la cotidianidad que nos atraviesa como mujeres. “Surge a partir de algo habitual para nosotras, de narraciones de experiencias concretas de acoso, de la repercusión que eso genera y (específicamente, del caso) de una compañera que toma acción. Un auto la sigue, ella toma la patente, con ese dato sale a ver qué puede hacer y no pasó nada… viendo el acumulado de situaciones de ese tipo en nosotras, (todo eso) hizo que eligiéramos ese tema para profundizar”.
Fernanda agrega que la campaña tiene que ver con que “nuestros cuerpos en el espacio público tienen un rol desfavorecido, por estar expuestas siempre a la evaluación pública de lo que hacemos, cómo somos, cómo nos vestimos, y lo que otros pueden opinar sobre eso”.
En la subcomisión de la Campaña comenzaron siendo tres mujeres y un varón. Martina y Fernanda cuentan que en el proceso, él decidió que no iba a seguir, puesto que sentía que había una dimensión que no podía entender, que atravesaba las vivencias de las mujeres y que era importante que ellas hablaran desde ahí. A partir de ese momento, dice Fernanda, “quedamos muy pocas para pensar. Decidimos que la apuesta era poder salir de nuestras tres experiencias y poder abrir la cancha para ver qué piensan y qué les pasa a otras”. Por eso abrieron la propuesta a múltiples personas y colectivos “de todo el espectro del feminismo”, para formar parte de diferentes maneras.
Participaron organizaciones e instituciones: Casa Bertolt Brecht, Cotidiano Mujer, Diez de cada diez, Disonantes, FES Uruguay, Intendencia de Montevideo, OCAC Chile, Minervas, Mujeres en el Horno, UNFPA, Unibici, Universidad de la República, y también amigas y amigos del Colectivo. Martina aclara que esta búsqueda es un rasgo identitario del Colectivo Catalejo, son pocas personas sosteniendo el trabajo cotidiano y desde los orígenes buscaron articular proyectos con diferentes movimientos sociales según las temáticas.
Gestación colectiva
A partir del encuentro con otras se ideó una campaña con una fuerte propuesta comunicacional. Crearon una plataforma que en marzo salió a la luz: “Campaña Libre de Acoso”. Dicha propuesta, tiene la intención de problematizar, desnaturalizar y visibilizar el acoso sexual callejero. Posee tres abordajes. Uno de ellos es el académico, que se halla articulado junto a la Facultad de Ciencias Sociales (de la cual Fernanda y Martina son egresadas), desde allí generaron un Espacio de Formación Integral (EFI), proyecto que tiene un marcado perfil de extensión universitaria. En el EFI el Colectivo junto a estudiantes que se acercaron a participar, desarrollaron investigaciones mediante grupos de discusión que permitieron profundizar sobre la problemática: ¿qué piensan las personas sobre el acoso? ¿cómo lo viven mujeres? ¿qué piensan los varones? ¿qué pasa entre las diferentes generaciones? Esto se convirtió en un gran insumo para diseñar la Campaña. Para fines de 2018 prevén lanzar una publicación en la que estén los datos de este EFI junto a otras investigaciones en curso sobre acoso callejero y los datos que desde la página de la Campaña están recolectando.
La plataforma propone la realización de una encuesta anónima de denuncia de casos de acoso callejero. No tienen datos analizados pero pudieron adelantar que en la primera semana de lanzamiento de la campaña se realizaron 300 denuncias de acoso. A la fecha, son 700 casos denunciados en su plataforma. A su vez, afirman que más del 90% de las víctimas de acoso son mujeres y que dentro de las categorías que ofrecen a las personas encuestadas, el piropo “como lo verbal expresivo que no es grosero”, que es muchas veces el argumento de quienes aún no entienden que es violencia, aparece solo en el 30% de los casos.
Las situaciones de acoso callejero sufridas en su mayoría por mujeres, en general, son casos más graves que los piropos. En la web además hay consejos disponibles por “si te pasó” o por si “fuiste testigo”.
Audiovisuales: lanzamiento y repercusiones
El lanzamiento de la Campaña estuvo marcado por la difusión de cuatro spots audiovisuales que en menos de un minuto “narran – cuestionan” diferentes situaciones de acoso por las cuales las mujeres atravesamos cada uno de nuestros días. La difusión fue realizada por redes sociales y en las mismas recogieron muchos comentarios desvalorizantes y ofensivos hacia la campaña y también sobre/hacia las mujeres. Tuvo mucho impacto en los medios masivos de comunicación uruguayos y las redes sociales.
La difusión “generó un montón de cosas, movió una ola más conservadora: ¿qué estamos tocando? el piropo y ¿cómo vas a tocar esta buena costumbre de cualquier uruguayo de poder decirle a una chiquilina que es linda cuando va caminando por la calle?”, comenta Fernanda. No sólo en los medios y las calles, también ellas sintieron las agresiones “nos vimos sobrepasadas ¿esto se contesta?, ¿no se contesta?, ¿se contesta cada agresión?, ¿se debate sobre cada comentario que hace la gente en Facebook?”. Ante esto decidieron responder a algunas de las frases ofensivas recibidas con la colaboración de las mujeres con las cuales nació esta Campaña.
El Colectivo Catalejo plantea que queda mucho por andar. Quieren seguir sosteniendo la página, pensando en nuevos spots audiovisuales, así como las investigaciones y publicaciones académicas. Por otro lado, apuestan a trabajar dos líneas nuevas. Una se relaciona a procesos de sensibilización con jóvenes, ya que sostienen que las mujeres adolescentes son las que más sufren el acoso y los varones adolescentes son los más abiertos a ver el problema (mucho más que los varones adultos), quieren realizar trabajos más territoriales en formato taller. La otra, línea tiene que ver con habitar el espacio público a partir la realización de murales.
Afortunadamente los comentarios agresivos y ofensivos no opacaron las olas de apoyo y gratificación que también recibieron ante el lanzamiento de la Campaña. Contenidas y acompañadas por todo el colectivo y por la red de mujeres con las cuales vienen trabajando, a este proyecto le queda mucho por caminar.
*Por Redacción La tinta.