Meral Çiçek: “Las YPJ no cayeron del cielo”
Meral Çiçek, presidenta del Centro Kurdo para las Cuestiones de las Mujeres, habla sobre el futuro del pueblo kurdo en Siria, la revolución de Rojava y el papel de la mujer en el Kurdistán.
Por Miguel Ángel Conejos Montalar para Diario Libre d’Aragón
Meral Çiçek participó, junto a Bettina Cruz, en la jornada inaugural de la XVIII edición del Seminario de Solidaridad Política que se celebra en Zaragoza hasta el 26 de abril.
—¿Lo que vemos en Siria cuánto tiene de guerra civil y cuánto de guerra global?
—Diría que es más una guerra de poder. Comenzó siendo una guerra civil y de poder al mismo tiempo y a veces ha habido más de una que de otra. En los últimos años entraron fuerzas del poder como las islamistas Al Nusra, Al Qaeda y, más tarde, Daesh, el llamado Ejército Libre Sirio, que fueron armadas por potencias exteriores. Ahora estamos en una situación en la que las fuerzas extranjeras y regionales luchan directamente, por lo que tenemos ambas guerras.
Por ejemplo, hay presencia estadounidense, rusa, fuerzas iraníes, Turquía directamente dentro… lo que genera una situación muy complicada. Yo no lo llamo guerra civil. Diría que lo que está sucediendo en Siria es más una guerra de poder y no es solo el futuro de Siria lo que está en juego en este proceso, sino el de todo Oriente Próximo.
—¿En qué situación deja esta guerra de poder al pueblo kurdo?
—Es realmente interesante lo que está sucediendo porque Rojava es la parte más pequeña de Kurdistán y nunca había sido el centro de la resistencia. Siempre fue un lugar de apoyo. Por ejemplo, si te remontas a las décadas de 1930 y de 1940 ves que otras partes del Kurdistán tuvieron resistencia nacional: al mismo tiempo hubo un movimiento en el Kurdistán iraní y en Afganistán. Así que Rojava siempre fue un sitio de exilio para los líderes de los movimientos kurdos.
Nadie esperaba que algún día Rojava pudiera ser el centro de la revolución. Pero los factores internos y externos crean dinámicas que cambian la situación. Se trata de establecer la tercera vía. Ni el statu quo, ni la intervención extranjera. Un proyecto democrático. En el contexto bélico se trató de sacar provecho de que las fuerzas sirias se concentraron más en lugares como Alepo, o en ciudades con más enfrentamientos. Esta ventaja permitió establecer un gobierno autónomo democrático y al mismo tiempo fuerzas de autodefensa.
Así que ahora estamos en un proceso donde, más o menos, podemos liberar las áreas kurdas y hemos llegado a una etapa que está determinada por la profundización de los conflictos y las relaciones al mismo tiempo. Si miras el panorama general, hay muchas relaciones y contradicciones. Si miras a rusos o a estadounidenses en este momento, existen muchas contradicciones entre ellos, pero en muchos casos cooperan. Por ejemplo, en Afrin se vio que siguen la misma línea política, dando el visto bueno a Turquía para conquistarla.
El conflicto ideológico y político entre el movimiento kurdo y las fuerzas sobre el terreno se está profundizando. Si miras Afganistán, Irak y más tarde el espectáculo llamado primaveras árabes, el ritmo fue muy rápido. Pero Siria lleva siete años en guerra y no pueden echar al gobierno. Creo que las razones principales por las que no pueden son la posición de Rusia, cuya entrada en 2015 generó muchos cambios, y al mismo tiempo, que la razón principal es la alternativa establecida por los kurdos, porque causa muchos problemas.
En Irak no hubo alternativa, en Afganistán no había una alternativa del pueblo, en las primaveras árabes no había una alternativa. Solo estaba en el statu quo y la intervención, nada más. Pero esta vez tienes una tercera vía y esto creó una situación completamente diferente para que los kurdos participen y se conviertan en actores. Una situación totalmente nueva. Establece relaciones tácticas, no políticas, para luchar contra Daesh. Pero ahora que Daesh está más o menos destruido es el momento de hallar una solución. En el futuro político en Siria todos estamos en diferentes direcciones. Por ejemplo, Rusia quiere restaurar el poder estatal sirio. Los estadounidenses quieren dividir a Siria en dos o tres partes; como en Irak quieren crear una región kurda, una suní y una chií, pero esta no es la solución. Están tratando de debilitar a los kurdos de todas las formas: militar, política y socialmente.
—¿Cómo de duro fue el ataque sobre Afrin?
—El ejército turco intentó entrar por tierra, pero no pudieron, porque Afrin, por un lado estaba preparada militarmente y por otro su geografía no es como la geografía de Kobane, por ejemplo. Kobane es un desierto pero Afrin es muy montañosa, por lo que por tierra era imposible que los turcos se movieran. Cuando comenzaron la operación, dijeron que sería cuestión de tres horas, pero han necesitado casi dos meses. Consiguieron el éxito con el uso de la fuerza aérea. Es muy interesante porque el primer día de ataques aéreos, Turquía utilizó 72 aviones, más o menos la mitad de su fuerza aérea y, más tarde, en esta misma operación llegarían a utilizar dos tercios de su fuerza aérea. Turquía es el segundo mayor ejército del mundo, lo que significa que Afrin resistió casi dos meses contra el segundo ejército más grande del planeta.
Finalmente la ciudad fue abandonada para evitar que Turquía la destruyera por completo y, por otro lado, para evitar más bajas civiles, porque parecía claro que Turquía estaba dispuesta a llevar a cabo un genocidio y el mundo occidental no iba a evitarlo. Debido a esto, se cambió la táctica, se sacó a los civiles y se luchó contra las fuerzas de ocupación mediante guerra de guerrillas, que es lo que está sucediendo ahora.
—Pese a que los estados occidentales no parezcan apoyar la causa kurda, goza de grandes apoyos en Europa, y una de las razones han sido las imágenes de mujeres luchando con las YPJ.
—En la sociedad kurda había muchas comunidades. Por un lado, había una herencia muy fuerte de una cultura matriarcal, pero por otro lado tienes una sociedad patriarcal, con mucho feudalismo y también mucha influencia de la religión. Cuando el movimiento de liberación kurdo comenzó en los años 70, no era como hoy. Las mujeres kurdas comienzan a organizar su autonomía en los años 90 cuando establecieron las primeras organizaciones, una guerrilla femenina, y trataron de organizarse para crear una transformación social. Una de las ideas principales en los 70 es que no habría liberación nacional sin transformación social. Una lección adquirida de los movimientos revolucionarios del siglo XX y también de la órbita soviética. Es en los 90 cuando el movimiento se pregunta a sí mismo, ¿cuál ha sido el gran fallo de los movimientos revolucionarios del siglo XX? Y la conclusión fue que no pusieron la agenda de las mujeres en el centro de su lucha. Muchos de ellos decían, por ejemplo: “Cuando logremos la liberación nacional, empezaremos con la liberación de género”, o “hagamos la revolución y después todas las personas serán automáticamente libres”. Y esto no es verdad.
Las mujeres son las primeras esclavas, la primera clase explotada en la sociedad. Si realmente quieres ser una sociedad libre, debes poner el tema de las mujeres en el centro del movimiento, y esto fue lo que hizo el PKK.
Esto creó muchos cambios en la sociedad, que continúan, y será hasta el final de los tiempos, porque es una lucha constante, nunca alcanzarás la libertad absoluta. Puedes minimizar el patriarcado y trabajar constantemente para la liberación de la mujer. Hoy en día estamos en esta situación, especialmente en partes organizadas de Kurdistán, donde estamos implementando la participación y representación igualitaria de la mujer desde la base hasta los puestos de representación.
Por ejemplo, dentro de las estructuras del movimiento de liberación kurdo siempre hay un hombre y una mujer en el mismo puesto y no se trata de compartir el poder sino de superarlo creando una nueva cultura de democracia, transformando el proceso de toma de decisiones, empoderando a las mujeres. Y no se trata de números o de cantidad, se trata de calidad. Las mujeres que están en estos mecanismos son parte de los movimientos de mujeres y son nominadas directamente por las mujeres, porque su trabajo, su deber, es representar al movimiento de mujeres.
Por esta cualidad, que se basa en la ideología de liberación de las mujeres y una conciencia muy profunda de los temas de género, estas mujeres lideran el proceso revolucionario dentro del Kurdistán, y realmente crean cambios importantes. Yo diría que el mundo se puso del lado de Kobane porque los medios mostraron más a las mujeres que luchan, ya sabes, con el arma en sus manos. Pero debo decir que las YPJ no cayeron del cielo, hay mucho trabajo previo.
—¿Cómo se ve esta situación de la mujer en el resto de la región? ¿Por ejemplo en Irak o Turquía?
—Con grandes diferencias. Entre los estados ocupantes del Kurdistán, a pesar de que hay muchas cosas en común, también hay grandes diferencias. El trasfondo de la cultura social en el Kurdistán iraquí es distinto al del Kurdistán turco, donde influyen los movimientos de izquierda o el kemalismo, y también porque la ideología en Turquía está más influenciada por Occidente, y ya tenían un fuerte movimiento de mujeres. En Irak, por ejemplo, nunca hubo un movimiento de mujeres, y eso determina la posición y el rol de las mujeres dentro de la sociedad.
Si comparas el Kurdistán turco con el Kurdistán iraquí debes reconocer que desde los años 60 la lucha nacional kurda estaba presente en el Kurdistán iraquí contra el régimen de Sadam Hussein, pero nunca tuvo un componente social verdadero. Se trataba de conseguir la liberación nacional a cualquier precio, pero las mujeres nunca han participado como sujeto en este proceso. Y debido a esto, la situación de las mujeres dentro de la sociedad no cambió como en el Kurdistán del Norte o el Kurdistán de Rojava. Hay desarrollo, no lo negaré, pero ese desarrollo es muy débil.
—Otra de las cuestiones que recaba apoyos occidentales hacia el movimiento de liberación kurdo es el denominado “confederalismo democrático”, una suerte de país sin Estado.
—La cuestión kurda fue creada por las fuerzas de los estados occidentales, o por las fuerzas del capitalismo. La cuestión kurda no fue creada por los turcos. Cuando miras la situación hace cien años ves que las fronteras de Oriente Medio son artificiales y no es solo en el caso del Kurdistán, es en general. El mapa político de la zona son fronteras dibujadas por las fuerzas occidentales, especialmente Gran Bretaña y Francia. Se puede decir que el Estado-nación no era producto natural o interno, sino que se importaba desde el exterior sin encajar con lo cultural, social, étnico, religioso y político de la zona.
El papel principal de los estados musulmanes en Medio Oriente es el de reproducir constantemente conflictos y caos. Resultando fácil para estas fuerzas externas gobernar en Medio Oriente política, ideológica y también económicamente explotando los recursos. El capitalismo programático de estos estados-nación está controlando toda la región, y necesitan conflictos.
Por ejemplo, si no hubieras tenido un conflicto kurdo con Turquía, no sería posible controlar a Turquía. Entonces, el capitalismo necesita la cuestión kurda para debilitar a Turquía y poder controlarla. Y en todas partes es lo mismo. Especialmente en Oriente Medio, los estados tienen el papel de reproducir el conflicto y la guerra. Es lo que viene sucediendo desde hace cien años. En este marco, en estas condiciones, un Estado-nación kurdo crearía nuevos problemas.
Cuando comenzó el PKK era una organización marxista-leninista clásica y el objetivo principal era crear un Estado kurdo independiente y unido. Era una parte del paradigma de esa época, del siglo XX, bajo la influencia de movimientos revolucionarios, movimientos de liberación nacional, la Unión Soviética y cosas así. Generaron esta forma de pensar: la autodeterminación es un Estado-nación.
A principios de los años noventa se produjo un replanteamiento ideológico dentro del PKK, y comenzó muy temprano, con el colapso de la Unión Soviética. Mucha gente se planteó esta cuestión: ¿qué hicieron mal los movimientos revolucionarios del siglo XX? En el PKK llegaron a la conclusión de que se trataba del poder. El poder tiene un papel importante. No puedes crear libertad creando nuevas relaciones de poder, porque reproduces el sistema. ¿Cómo prevenirlo? Debían buscar una alternativa, y esa no era un Estado-nación, porque consideraban que la nación era una estructura que no reproducía la libertad, sino el poder y la dominación. Entonces, si el Estado-nación está produciendo esto, tenemos que encontrar una nueva solución, un nuevo concepto, un nuevo modelo.
Y es el concepto de “confederalismo democrático”, del que sus estructuras, sistema y expresión política son la autonomía democrática sin la creación de un Estado. Es un tipo de concepto que responde más a la realidad de Oriente Medio donde tienes muchas personas, etnias y religiones diferentes. Algo parecido a la autonomía democrática que se lucha por establecer, por ejemplo, en Rojava, donde se trata de asegurar una autonomía democrática de todas las personas internamente, pero externamente una especie de paraguas común, un sistema político común, donde puedan participar, sin dominación, sin opresión. Está también el concepto de “nación democrática” ¿Qué es la nación? ¿Se trata de algo étnico o se trata de valores comunes? En el caso de una nación democrática hay una especie de paraguas común o una identidad común sin definir ni rechazar las identidades locales, por lo que en una parte se protege la identidad nacional kurda, pero también se crea una identidad común con las personas que están compartiendo su país. Haciendo esto estás asegurando el proceso de democratización de todo el país porque no se pueden crear islas en este sistema, es imposible. Esta es una discusión muy importante dentro de la población kurda, y sé que no es el 100% de los kurdos quienes apoyan este concepto; también mucha gente piensa que se necesita un Estado-nación.
—¿Cuál es el futuro del Kurdistán en el contexto de conflicto bélico?
—Siento que ahora estamos en un período histórico determinado, por un parte, con grandes riesgos y peligros pero, al mismo tiempo, grandes oportunidades. Realmente depende de cómo te organices, de cómo estés preparado. Si miras desde afuera, se ve muy negro. Pero creo que tenemos motivos para estar esperanzados, porque estamos en un momento en el que realmente tenemos la oportunidad de resolver la cuestión kurda o de llegar a la liberación del pueblo kurdo. Debido al proceso revolucionario en Rojava ya no hay paso atrás. Intentarán detenerlo físicamente, pero la idea ya está allí, está plantada en la tierra. Es imposible destruir la revolución de Rojava.
La lucha en Rojava y en Siria continuará hacia una solución democrática. Estados Unidos no tiene una idea de solución del conflicto sirio. Lo que hicieron en otros lugares, reemplazando a una persona por otra, no es la solución. Se puede ver en Irak o en Afganistán. Los rusos tampoco tienen la solución. La única causa que tiene un proyecto es el movimiento kurdo, por eso continuaremos implementando nuestra solución. Tienes que implementar medidas, realizarlas, porque ponerlo en práctica nos dará espacio en la mesa de negociación. Llegará un momento en el que no será posible resolver el problema sirio sin la representación de los kurdos.
Ahora lo que está sucediendo en Kurdistán es una guerra mundial. Se trata de rediseñar todo Oriente Medio. La reorganización del sistema de capitalista en la región. Y el Kurdistán tiene un rol muy estratégico. Lo que está sucediendo hoy en día es una guerra. La Tercera Guerra Mundial concentrada en el Kurdistán. Quizás mañana, o pasado mañana, habrá una intervención militar en Irak contra la influencia iraní. Podemos estar seguros de que durante los próximos diez años tendremos guerra. Pero, ¿cuál será la resolución después de esos diez años? ¿Será una restauración o una reorganización del capitalismo o habrá un modelo democrático? En ese modelo democrático están las fuerzas lideradas por el movimiento kurdo, contra las fuerzas del capitalismo global, por lo que también es una lucha ideológica o una guerra entre dos conceptos de futuro. Cuanto mayor sea el frente de las fuerzas democráticas, mayores serán las posibilidades de éxito, por lo tanto no debes olvidar lo que sucede allí desde cualquiera que sea el lugar donde vives. Necesitamos fortalecer la lucha mundial por la democracia, porque se trata de nuestro futuro.
*Por Miguel Ángel Conejos Montalar para Diario Libre d’Aragón.