Salta, en manos del familiar
Los despidos de los trabajadores de El Tabacal, en la provincia de Salta, son acompañados por los desalojos de las viviendas que habitaron las familias, en algunos casos, hace más de 30 años. En San Isidro, los trabajadores están a nada de terminar en la calle. El trato con el Familiar para mayor prosperidad pareciera pasar ahora por la muerte laboral.
Por Vove
El Familiar era el perro del diablo. Algunos dicen que el diablo mismo. Su hambre feroz se saciaba con la entrega de un peón al año y el patrón o el capataz hacían el pacto con esta deidad para que el negocio fuera próspero. Esa es, en resumen, la leyenda que surgió en el siglo XX en el noroeste argentino y que es conocida en Latinoamérica.
El mito se actualiza en la nueva situación que viven los trabajadores azucareros en el NOA, que en los últimos tiempos sufrieron al menos 1400 despidos solo en Salta y Jujuy. Entre ellos, se encuentran 179 ya despedidos en Tabacal y 730 que, por la resolución que tomó el Ministerio de Trabajo de la Nación, perderían su trabajo tras no haber llegado a un acuerdo con el grupo Gloria, que gestiona (o mal gestiona) el Ingenio San Isidro.
El Tabacal carga las culpas de su falta de rentabilidad ante las políticas fiscales del gobierno nacional. Pero para no perder, dejó sin trabajo a más del 5 por ciento de los trabajadores sin dar explicación alguna o mostrar números.
En el caso de Tabacal hasta el pueblo les pertenece. “Muchos de los obreros aguantan olores que provienen de la vinaza y hasta desechos tóxicos cerca de sus viviendas”, así lo detalló Gisela Rodríguez, esposa de Jorge Moreno, quien junto a Martín Méndez siguen detenidos por protestar contra su despido. A familias que viven hace décadas les llegó la notificación y en un poco menos de 30 días deberán desalojar las viviendas que les cedieron en préstamo tras años de trabajo.
La acción será seguida de cerca por la mirada vigilante de la seguridad que tiene el Ingenio en el ingreso al pueblo, que decide quién entra, quien no, y hasta se sirve de requisas. Los hechos ocurren frente a los ojos de funcionarios provinciales y municipales que con su silencio avalan la actitud ya denunciada por el abogado David Leiva en la Justicia.
En San Isidro la situación no es mejor. El grupo peruano Gloria ya notificó los telegramas de despido con el pago de la mitad de la indemnización. “La mitad será judicializada”, fue la respuesta del Ministerio de Trabajo de la Nación que permitió a la empresa acceder a un Proceso Preventivo de Crisis (PPC), que no tuvo ningún acuerdo. Gloria, con las riendas en sus manos, asegura a los trabajadores que sólo podrá vender si es que ellos aceptan el PPC y, por tanto, el pago de sólo la mitad de sus indemnizaciones. La presión se acrecienta con la amenaza de que los trabajadores carecerán de sueldo y empleo a partir de abril. “Tenemos trabajadores de 50 años ¿Qué van a hacer si el Ingenio no funciona más?”, dijo preocupado Enrique León, secretario adjunto del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar San Isidro.
Entre los posibles compradores se encuentran dos grupos empresarios de Tucumán. Pero según lo indicó León, se suma a ellos el grupo Omega que, a su vez, está interesado en comprar el Ingenio La Esperanza. Según las últimas informaciones del diario Página 12, “el director es Facundo Fernández de Oliveira, un funcionario de Cambiemos que puso su firma a varios de los despidos en Radio Nacional, donde se desempeña como gerente de Recursos Humanos”.
El Familiar, en esta nueva forma de devorar trabajadores, fija como objetivo dar un ejemplo aleccionador a quien se atreva a pedir más de lo que se quiere dar, como sucede hasta ahora con los sindicatos azucareros, reconocidos como referentes de uno de los sectores más combativos.
*Por Vove.
