Vuelve la guerrilla poética de Los editables
Dos décadas es mucho más que nada, pensó la triada de poetas que hace tiempo irrumpieron en la noche cordobesa con su ofrenda de versos, remolino de ideas y pasiones que cautivó muchas lunas. En tiempos de resistencia, celebramos el regreso de esta tertulia que reunirá a Carlos Salinas, Ricardo Cabral y Pablo Ramos el sábado por la tarde en Café del Alba. Pablo conversó con La tinta acerca del espíritu y la vuelta de Los editables.
Por Redacción La tinta
—¿Qué es Los editables?
—Los editables fuimos un grupo de poetas que a fines de la década del 90 comenzamos a recorrer bares, pubs y centros culturales de la ciudad de Córdoba irrumpiendo con nuestros poemas, a los que fuimos agregando el cruce con otros artistas -músicos, fotógrafos, plásticos- y así dejamos un pequeño recorrido en míticos lugares de la ciudad de Córdoba. Macondo, junto al grupo De boca en boca. El galpón, lugar previo a 990, tocando con Ulises Oliva mientras un amigo preparaba una olla gigante de vino caliente especiado, en una tarde noche fría de invierno. También irrumpimos en Captain blue. Tocamos también en la Escuela de ciencias de la información con la banda Enhola.
Son muchísimos los recuerdos de esa época… teníamos una actividad de producción muy febril porque para cada presentación, para cada guerrilla poética que armábamos, componíamos una plaqueta de poemas que seguían un concepto, a veces un tríptico de temas, y escribíamos pensando en esa presentación, a lo cual le sumábamos la posibilidad de cruzarnos con otros artistas. Después recuerdo que fotocopiábamos y armábamos pequeñas hojas dobladas, en un intento rústico de origami, para repartir entre los asistentes. Sin duda era una necesidad que teníamos de sacar afuera un montón de palabras, versos, estrofas, sentires, ideas… y en esa Córdoba de finales de los 90, anterior al estallido del 2001, no había la efervescencia editorial que hay hoy, no había prácticamente sellos independientes. La poesía quedaba reducida a las salas ya anquilosadas del circuito cultural de la docta, o a la presentación dentro de ese pequeño nicho que era la Feria del libro, y nuestra intención era revitalizar la poesía y sacarla a la calle. Fue un antecedente de las Slam de poesía que vendrían después, antecedente del trabajo de un montón de poetas editando como sea sus escritos.
De ahí un poco también el nombre, Los editables: creíamos que éramos editables a pesar de que no hubiera nadie que nos quisiera editar. Luego Ricardo Cabral se fue a Buenos Aires, por mi parte seguí trabajando en los medios y Carlos Salinas siguió con su trabajo poético, ya lleva varios libros editados. Y 20 años después, un poco sorpresivamente, comenzamos a preguntarnos ‘che, ¿y si nos volvemos a juntar y hacemos algo?’ ‘Dale, veamos que pasa’. Y así estamos, con la misma fiebre y espontaneidad pero sabiendo que 20 años es mucho más que nada. Nos vamos a volver a juntar en el Café del alba este sábado con la asistencia sónica de Tomás Tolaba, desde las 19 con entrada libre y salida a la gorra.
—¿Por qué «volver a sacar la poesía a la calle»? ¿De qué manera se resignifica alentar un encuentro poético, político y a la gorra en los tiempos que corren, cultural y socialmente hablando?
— Creemos que la poesía siempre debe estar en la calle, es el lugar y el ámbito donde la poesía tiene posibilidades de germinar, consecuencias, acciones poéticas que buscan transformar. Por eso siempre ha estado latente esa necesidad y cada uno de nosotros lo hemos hecho en los diferentes rumbos que hemos seguido. Y sin duda en este momento de crisis en cuanto a las formas de representar nuestros sueños, la palabra, la poesía, el sonido, el arte… la cultura en definitiva, son nuestros principales recursos para poder, justamente, encontrar y construir nuevos sentidos. Por eso nos parece que es una manera de acoplarnos y celebrar, después de veinte años, todo lo que vino después en esta ciudad y en otros lugares. Es una manera también de reafirmar ese compromiso y brindar por todos los poetas que están junto a nosotros en las calles.
►Los editables. Sábado 25 de noviembre a las 19 en Café del Alba (9 de Julio 482, Córdoba).
*Por redacción La tinta.