El viaje mágico de Atlético Tucumán
En solo dos años el Decano ascendió a Primera, se afianzó en la máxima categoría, jugó su primera Copa Libertadores y es finalista de la Copa Argentina. Para quienes pensaban que la película había terminado, la clasificación de River al certamen nacional ya le aseguró a los tucumanos un lugar en la cita continental de 2018. A veces en poco tiempo se pueden escribir grandes historias con nuevos héroes.
Por Sebastián Tafuro para La Tinta
Hay que remontarse al 31 de enero para lo que, sin duda alguna, sería un viaje inolvidable para Atlético Tucumán en este 2017 que aún no terminó pero ya tiene varios sueños cumplidos. La conexión entre ese puntapié inicial y lo ocurrido el domingo 12 de noviembre tras el triunfo de River ante Morón por Copa Argentina se llama Copa Libertadores de América. Un 2 en 1 muy difícil de imaginar hace apenitas un par de años.
Después de que se le escapara un lugar entre los 10 ascendidos del breve torneo de Transición de 2014, el Decano hizo un campañón y se coronó campeón de la B Nacional a fines de 2015 para, en 2016, iniciar esta nueva etapa en Primera tras su paso en la temporada 2009-2010 y sus nueve temporadas casi consecutivas en los Nacionales del 73 al 84. Primer dato entonces: Atlético está en Primera hace menos de 2 años.
Tras su tercer puesto en la zona 2 del Torneo de Transición 2016 – quedando quinto en la tabla final y demostrando un gran poderío de local, donde estaría casi 2 años seguidos sin perder – Atlético accedió a las fases preliminares de la Libertadores 2017. Ese 31 de enero frente a los ecuatorianos de El Nacional inició el periplo continental que, increíblemente, repetirá en 2018. Fue un 2 a 2 que 7 días después tendría una revancha épica como visitante.
Aquel 7 de febrero el avión de Atlético Tucumán sufrió una demora y llegó a destino muy sobre la hora, casi al borde de perder los puntos. Un recorrido en micro al estilo «Rápido y Furioso» por las rutas ecuatorianas, la necesidad de pedir camisetas prestadas al Sub 20 que andaba por esos pagos revistieron de una posible épica ese encuentro. Un gol de Zampedri en el segundo tiempo hizo lo suyo y, como «Chiquito» Romero en el 2014, todo el plantel, desde el DT Lavallén hasta el último suplente, se convirtieron en héroes. El Decano avanzaba a la siguiente fase de la Libertadores de la manera menos pensada.
Aunque con ese triunfo uno podía decir «es suficiente», había más. Mucho más. En otro duelo de ida y vuelta, los tucumanos vencieron a Junior – actual semifinalista de Sudamericana – con 3 goles en media hora en la revancha en condición de local. La fase de grupos era una realidad. Allí, en competencia con Peñarol, Jorge Wilsterman y Palmeiras, no estuvo tan lejos de poder acceder a octavos pero terminó quedando en un tercer lugar, destacándose un triunfo ante los uruguayos, un equipo que supo levantar cinco veces el máximo trofeo continental.
En el nuevo organigrama de las Copas, a los terceros de grupos se les abrió la puerta a seguir de Copas en la Sudamericana. En ese ínterin entre una participación y otra, Lavallén pegó el portazo y terminó asumiendo Ricardo Zielinski, un hombre sino en las antípodas de mínima con otro perfil futbolístico. Pero los impactos tucumanos continuaron. A Oriente Petrolero le clavó un 6-2 global pero se topó con un Independiente con espíritu de renacimiento que le ganó con lo justo la serie, una noche en que La Pulga Rodríguez – ídolo eterno – tuvo un penal que pudo haber cambiado la historia. La revancha llegaría pronto.
La segunda fase de la Copa Argentina se disputó una semana después que la vuelta de esos octavos de Sudamericana. Tras su triunfo por penales ante All Boys, quiso el destino un nuevo cruce entre Independiente y Atlético Tucumán. Fue un 2-1 de los de Zielinski que se metían entre los 16 mejores del torneo más federal del país. La competitividad del Decano ya estaba fuera de toda duda.
Los triunfos 4-0 ante Sarmiento y 1-0 frente a Vélez depositaron a Atlético en las semis. Allí, los penales y las manos del Oso Sánchez – que suplantó al lesionado Luchetti – llevaron a los tucumanos a la final. El sueño de una conquista sigue más que intacto. Mientras tanto, el acceso de River a la final y su lugar ya ganado en la Libertadores 2018, posibilitó que el Decano vaya a tener una nueva oportunidad continental. A veces en pocos años se pueden escribir grandes historias.
*Por Sebastián Tafuro para La Tinta