Elecciones en Jujuy: Vilca y los diputados de los trabajadores
La gran elección de la Izquierda en Jujuy se da en un escenario donde el gobierno provincial sigue desarrollando su política represiva y de ajuste ante una oposición que no se opone. Alejandro Vilca casi alcanza una banca nacional, pero logró sumar escaños como diputado provincial. Tras abandonar la carrera de Arquitectura, devino en empleado municipal de recolección de residuos y comenzó a organizar la lucha ante la precarización laboral que sufrían: “Desde ciertos centros de difusión se instala la idea de que la única validez es la que te dan los votos. Muy bien: nosotros decidimos presentarnos en las elecciones para que nuestras discusiones tengan esa legitimidad política.”
Por Redacción La tinta
La performance de la izquierda sigue siendo una de las notas que dejaron las elecciones legislativas de 2017. Alejandro Vilca, candidato a diputado provincial del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) y recolector municipal de residuos, logró ingresar a la Legislatura jujeña junto a tres representantes más de este espacio.
No sólo eso, sino que la excelente elección del FIT en la provincia del norte casi lo hacen debutar como legislador directamente en el Congreso, ya que, compitiendo en dos candidaturas, peleó en forma directa la segunda posición con el peronismo en esa categoría.
Habiendo sido mozo y también vendedor de helados en la calurosa provincia de Jujuy, Vilca estudió en la Escuela de Minas, un industrial público de San Salvador, y luego continuó sus estudios en San Juan, donde empezó la carrera de Arquitectura. De la mano de la militancia universitaria, comenzó a participar en organizaciones de izquierda.
Como señala una nota de La Izquierda Diario, que da cuenta de su camino hacia convertirse en referente jujeño del FIT, en sus años de universitario comenzó a escribir para la revista La verdad obrera. Tras una ascendente ola de protestas de trabajadores en la provincia de Neuquén, el medio gráfico le propuso volver a su tierra para cubrir los conflictos que comenzaban a desarrollarse también en las localidades norteñas de Mosconi y Tartagal: “Hay una imagen que no voy a olvidar: una vez, en Ledesma, la gente hizo retroceder a Gendarmería defendiéndose de los gases lacrimógenos con limones. Simplemente pedían trabajo, y si bien la lucha quedó trunca, eso me marcó”, afirmó Alejandro al suplemento NO de Página/12. “Me iba bien en la facultad, pero ese día decidí abandonar todo para buscar la manera de involucrarme en todo eso que se estaba generando.”
Aunque nunca tuvo título de arquitecto, Vilca había acumulado el conocimiento suficiente para entrar a trabajar, “en negro”, en el área de planos de la Municipalidad de San Salvador. Ante la precarización laboral que sufría junto a sus compañeros, comenzaron a organizarse bajo la Coordinadora de Trabajadores en Negro. “La protesta fue tensa, con huelgas, acampes y tomas de plazas, hasta que lograron muchos blanqueos. Entre ellos el suyo, aunque con un detalle: la Municipalidad decidió sacarle los planos de las manos para que las use levantando basura en Alto Comedero”, explica el diario.
“Nos mandaban a juntar basura sin ropa ni guantes y nos vivíamos cortando las manos con vidrios rotos y todo tipo de cosas. Así que empezamos a unirnos para pelear por conquistas, y así alcanzamos notoriedad”, señaló el ahora legislador provincial.
“Como militante de izquierda siempre adherí a la lucha sindical, pero ahí hay un límite que hay que atravesar para llegar a la otra lucha, la política. Desde ciertos centros de difusión se instala la idea de que la única validez es la que te dan los votos. Que el que gana es el que decide, y el que protesta en realidad debe acatar. Muy bien: nosotros decidimos presentarnos en las elecciones para que nuestras discusiones tengan esa legitimidad política.”
Una gran elección de la mano de estudiantes, docentes y trabajadores
En Salvador de Jujuy la joven estudiante de letras Andrea Gutiérrez ingresó al concejo deliberante de la capital. Con un 20,4 % de los votos, superando al PJ por 4 puntos, Julio Mamaní obrero de Aceros Zapla ingresó también como edil en la ciudad siderúrgica de Palpalá.
Con un 19% en Ledesma, donde se emplaza el Ingenio azucarero del patrón genocida Blaquier que emplea a 7.000 trabajadores, el periodista y docente Miguel López ingresó al concejo deliberante de la localidad de Libertador General San Martín.
En localidades de gran peso económico como la zona tabacalera de Perico-El Carmen se obtuvo más del 11% de los votos y en la ciudad azucarera de San Pedro–La Esperanza superaron el 8 %.
Para el FIT, el importante apoyo en las urnas que logró el espacio se explica por la existencia de una “oposición” cómplice por parte del Partido Justicialista jujeño ante “un gobierno ajustador y prepotente”. Las candidaturas del Frente de Izquierda y la intensa campaña desplegada desde la Puna hasta el Ramal, desde los Valles a la Quebrada, despertó así un entusiasmo militante de centenares de trabajadores, jóvenes y mujeres que hicieron suyo el desafío de conquistar “diputados de los trabajadores” en la provincia.
Fuentes: La Izquierda Diario
