Con la lucha al hombro, por los pibes
Hoy se marcha nuevamente desde Colón y General Paz hasta la casa de gobierno para exigir justicia por las pibas y pibes asesinados por la policía. La Coordinadora de Familiares de Víctimas de Gatillo Fácil convoca a acompañar y a gritar “Basta de gatillo fácil”.
Aprovechando una de las varias reuniones convocadas para darle cuerpo y contenido a la Marcha Contra el Gatillo Fácil, desde el Frente Organizado Contra el Código de Faltas, charlamos con madres integrantes de la Coordinadora sobre la importancia y el significado de esta movilización que le da continuidad a un reclamo que ya ha tomado las calles un año atrás.
El reclamo de justicia no se agota en los casos de pibes asesinados por la policía. “Y no sólo por los pibes muertos, por los que están en la calle y sufren la represión de la policía. Por las detenciones arbitrarias que hay día a día y que no es solamente llevarlos presos: los golpean y les arman causas y así los chicos tienen que conocer complejos y cárceles”.
Los casos de gatillo fácil son la faceta más lamentable de un tejido que se visibiliza con el accionar policial y que se sostiene con la venia de quienes gobiernan, del poder judicial y de los medios de comunicación. Así denuncian las madres de la Coordinadora que agregan una pregunta: ¿por qué a sus hijos sí y a otros no?
Cuando es al revés, las cámaras aparecen
Las grabaciones de las cámaras de seguridad vienen siendo utilizadas para sostener un discurso estigmatizante y justificar las políticas represivas como supuesta respuesta a una ola de inseguridad. Sin embargo, “Cuando hay un hecho de gatillo fácil las cámaras no aparecen. ¿por qué esas cámaras no aparecen? Porque cuando es al revés, a favor de un policía, de alguien que tiene un cargo importante o que tiene plata, ahí las cámaras aparecen. Cuando le toca a un pobre, las cámaras no aparecen en ningún lado, todo se borra”, aclaran las madres.
Estas evidencias súbitamente invisibles se suman a los partes médicos distorsionados que impiden el esclarecimiento de las causas que terminan siendo cajoneadas. “Estamos exigiendo que las causas no se cajoneen, porque son las últimas en ser revisadas y rápidamente se quieren cerrar las causas. A todas nos está pasando lo mismo. Miles de trabas (que no hay testigos presenciales, etc.) cuando a simple vista estos son casos de chicos asesinados por la policía.”
Tiroteo, persecución y muerte: sabemos que no es así
El relato que se construye alrededor de cada caso justifica la muerte bajo la tipificación de una justicia express y necesaria, ejecutada por la policía. Sin embargo, la mayoría de los casos no resisten las evidencias que dan cuenta de que fueron fusilamientos arbitrarios a pibes desarmados.
Las madres apelan a una coherente distribución de la justicia: “Si cometieron un error, no merecían morir así. Nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie y menos de esa manera. Cuando la mayoría de estos policías tuvo la vida de nuestros hijos en sus manos, pudiendo terminar de otra forma, decidieron matarlos. Decidió la policía ser el juez de nuestros hijos y los condenó a muerte.”
Esos policías que no han sido responsabilizados, muchos no han sido apartados de sus cargos o han sido reubicados en tareas administrativas. “Exigimos que nos digan dónde están esos policías, si están separados de la fuerza. También sabemos que hay policías que han sido hasta premiados después de la muerte de alguno de estos pibes”, denuncian desde la Coordinadora.
Madres que salimos a pedir justicia
En la marcha cotidiana de madres, hermanas y abuelas reclamando justicia por los pibes también se cruzan amenazas y hostigamientos a cada una de ellas para silenciarlas. Aún así, las familiares de la Coordinadora invitan a todos quienes hayan vivido situaciones similares a que no tengan miedo a gritar lo que les pasó: “Queremos que vean que estamos en las calles pidiendo justicia por nuestros chicos”, dicen con firmeza.
Esta lucha ha conjugado la fuerza de familiares de víctimas de gatillo fácil a las que se han sumado familiares de asesinados y torturados en cárceles y penitenciarías que exigen el respeto a los Derechos Humanos en todas las instituciones de encierro y que han decidido sumar sus banderas y consignas a la marcha de hoy.
Las fuerzas se sintetizan en otro reclamo unificado: que desde los medios masivos de comunicación se acabe con el discurso estigmatizante, la distorsión y la invisibilización de esta lucha. «A nosotras se nos esconde; entonces por eso otra vez tomamos las calles para gritar basta de gatillo fácil».
Por Frente Organizado Contra el Código de Faltas. Fotografía: Colectivo Manifiesto.
