Córdoba: empate técnico entre macristas y personas que no eligieron a nadie
Este domingo había 2.885.896 personas habilitadas para votar en las PASO. De ellas, el 29,5% (850.778) votó a Cambiemos, en tanto que el 29,4% (847.614) de los ciudadanos no votó, votó en blanco o anuló su voto. ¿Qué porcentajes reales obtuvo cada propuesta? Una mirada crítica sobre los datos obtenidos de los últimos comicios.
Por Redacción La tinta
Año tras año, elección tras elección, candidatos de todo el arco político desfilan por los medios de comunicación masivos arrogándose una representatividad popular tan masiva como ficticia.
El sistema electoral, que el propio sistema de partidos diagramó, permite que las diferentes fuerzas hagan una lectura benévola de la situación. Les permite hablar de «representación»; los habilita a hablar sobre la «elección del pueblo» y «decisión de la mayoría», y utilizar estas nociones como salvoconducto cuando eligen imponer políticas públicas que van en contra de quienes deberían representar.
Pues bien, si la cuestión va a ser definida de manera cuantitativa, vale hablar entonces de datos objetivos. Corresponde que los ciudadanos resignifiquen esos resultados y abrir interrogantes sobre las reglas del juego.
¿Por qué los porcentajes se miden sobre los votantes efectivos? ¿La abstención al voto en un país en el que los comicios son obligatorios no es, acaso, una postura política activa? ¿Qué pasaría si los porcentajes se calculan a partir de la totalidad de ciudadanos habilitados para votar?
Pese a ser cuantitativamente significativo, en la mayoría de los regímenes democráticos, se trata al abstencionismo electoral como un fenómeno marginal y se priorizan los resultados de los candidatos partidistas. Sin embargo, el porcentaje de electores que decide realizar esta conducta ciudadana es tan alto que debería -al menos- amenazar la intocable legitimidad de los mandatarios al momento de la proclamación de los resultados electorales.
Para sacarnos la duda, recalculamos los porcentajes obtenidos por las diferentes fuerzas en Córdoba, para visibilizar la legitimidad que tienen las distintas propuestas.
Representatividad Electoral Real
Electores totales en provincia de Córdoba: 2.885.896
Cambiemos: 850.778 (29,5%)
Personas que deciden no votar (No votaron o votos blanco/nulos): 847.614 (29,4%)
Unión por Córdoba: 546.197 (19%)
Frente Córdoba Ciudadana: 189.087 (6,6%)
Frente de Izquierda: 82.584 (2,9%)
Encuentro Vecinal Córdoba: 46.156 (1,6%)
Izquierda al Frente por el Socialismo: 42.663 (1,6%)
Primero La gente: 40.883 (1,5%)
Otros: 75.970 (3,7%)
Según el escrutinio provisorio realizado por la Dirección Nacional Electoral (DNE) que depende del Ministerio del Interior de la Nación, en Córdoba, hubo 850.778 personas que votaron a la lista de Cambiemos (719.980 de la lista que encabeza Baldassi y 130.798 de Dante Rossi), mientras que 847.614 ciudadanos decidieron no votar, votar en blanco o anular/impugnar su voto. Así como se puede afirmar que uno de cada tres cordobeses acompaña la alianza PRO+UCR+Frente Cívico, se puede aseverar que uno de cada tres cordobeses no eligió votar este domingo.
El elemento cuantitativo que utilizan para legitimarse es el mismo método que desdibuja la idea del «voto de la mayoría» y, por más tentador que resulte sucumbir definitivamente ante el pesimismo y creer que estamos ampliamente rodeados de personas que les gusta acompañar a malos gobiernos, los números indican otra cosa.
Por ejemplo, en las elecciones presidenciales de octubre de 2015, votaron por Mauricio Macri 8.601.063 argentinos, lo que refleja que apenas el 26,8% del electorado eligió al dirigente de Cambiemos como el más idóneo para ocupar el Ejecutivo.
Como no podemos hacer trampa y cuestionar si los candidatos son elegidos por sus propuestas, por la capacidad de instalar su imagen en la opinión pública o por la estructura del partido que los respalda, continuemos analizando datos duros.
Uno de cada tres argentinos define su voto hasta una semana antes de los comicios. La consultora D’Alessio IROL indaga sobre el comportamiento de los votantes y subraya que un importante número de personas define su voto una semana antes de las elecciones e, incluso, hay un grupo importante que lo define adentro mismo del cuarto oscuro.
Según el estudio de la consultora, del 30 por ciento del electorado no sabe a quien votar. De ese porcentaje total de indecisos, el 58% elige un candidato recién en la última semana previa a la fecha de los comicios, un 15% en el cuarto oscuro, un 13% el mismo día y un 11% el día anterior.
¿No será demasiado premio que un candidato se arrogue representatividad por 4 años cuando fue elegido -con suerte- una semana antes por un tercio del electorado?
Sin dudas, la institucionalidad democrática, para su propia reproducción, necesita reflejar que hay un gran consenso mayoritario que avala la elección de tal o cual partido. Pero nos permitimos dudar de eso. Tal vez, podamos seguir organizándonos y creyendo en la gente.
* Por Redacción La tinta / Imágenes: Colectivo Manifiesto.