¿A quién le importa Nadia Rojas?
La niña de 14 años estuvo 33 días desaparecida de su casa en Villa Lugano. La encontraron el 12 de julio y desde entonces estaba bajo la tutela del Estado en un hogar. Hacía pocos días, Nadia había empezado a relatar su calvario en manos de una red de trata y el juez Canicoba Corral decidió trasladarla a un refugio del que desapareció a los tres días.
Por Rosaura Barletta para La Retaguardia
Nadia Rojas le importa a su mamá. En la audiencia pública contra la trata convocada la semana pasada por los legisladores del Partido Obrero en el Frente de Izquierda y en la que se anunció la segunda desaparición de la niña, Elena fue categórica: “Cueste lo que cueste, voy a encontrar a mi hija. Ahora mismo salgo de acá a buscarla”. Y terminó esas palabras y se levantó para hacerlo.
Nadia Rojas le importa a la comunidad educativa de Lugano y a sus profesores de la Media 1 que salieron a la calle de inmediato y han llegado a organizar movilizaciones durante tres días consecutivos. Cortaron Acoyte y Rivadavia, Corrientes y Callao y otras arterias de la Ciudad. Tanto en el barrio de Lugano como en la zona del Bajo Flores, toda la comunidad denuncia que opera una red de trata y abuso sexual por la cantidad de secuestros y captaciones de niñas de entre 11 y 16 años. Nadia Rojas también le importa a la Red de Docentes, Familias y Organizaciones de Lugano, que nació para combatir a esas mafias, ayer fue a Comodoro Py a responsabilizar a la justicia de esta aberración, y hoy se sumará a las 15 horas a la movilización que irá desde Av. de Mayo y 9 de Julio hasta el Congreso, y que convoca la familia de Anahí Benítez.
Nadia Rojas le importa a los centros de estudiantes de los colegios de la Ciudad de Buenos Aires que convocan a un corte por su aparición con vida el lunes a las 12.30 en Acoyte y Rivadavia.
Nadia Rojas le importa a su abogado, que había pedido una declaración en Cámara Gesell desde el momento en que la niña comenzó a relatar los abusos y violaciones sufridos durante el cautiverio. Y no dudó en aseverar luego de la segunda desaparición, que hay que desmantelar a la red de trata que opera detrás de la desaparición y que los organismos estatales intervinientes deben rendir cuentas sobre lo sucedido.
Nadia Rojas nos importa a las cientos de miles de mujeres que, perplejas y vacías, vacías por dentro, nos tragamos su segunda desaparición como un hielo demasiado grande, que no pasa. Y de la misma forma, pero acumulando, nos tragamos el crimen de Anahí. Que con una piedra en la garganta no pudimos creer el estado de excepción en que nuestro género se encuentra. Que empezamos a preguntarnos compulsivamente lo que al mismo ritmo nos respondíamos ¿Dónde están los responsables? En el Estado. ¿Dónde están los responsables? En el Estado. ¿Dónde están los responsables? En el Estado. ¿Dónde están los responsables? En el Estado. Hace años, la palabra responsable nos parecía osada y, a algunos, exagerada. Hoy queda corto decir que el Estado es responsable: el Estado es partícipe. El Estado es la trata de personas.
*Por Rosaura Barletta para La Retaguardia.