Cinco años haciendo la revolución en Rojava
El pasado 18 de julio, en la ciudad de Qamishlo, varias miles de personas marcharon para dar comienzo a las celebraciones del V aniversario de la revolución de Rojava. La manifestación llenó de música y colores las calles del barrio Enteri. Mujeres y hombres de todas las edades caminaron durante una hora bajo un sol de justicia.
Por Sara Ainhoa de Ceano-Vivas Núñez para El Salto
Muchas de las asociaciones sociales y políticas de Rojava estaban representadas en delegaciones durante el desfile. Madres kurdas con sus chalecos marrones, que las distinguen como parte de las Unidades de Protección de la Sociedad (HPC), jóvenes eufóricos cantando bajo el logo del águila de la organización juvenil Unidad de Jóvenes de Rojava (YCR) o mujeres portando las banderas verdes de la organización autónoma de mujeres, Kongreya Star. Una delegación de las unidades de defensa YPG e YPJ abrieron la marcha conmemorativa en perfecta formación.
En los discursos y lemas vitoreados durante la marcha se hacía hincapié en la solidaridad con la resistencia del pueblo de Afrin. “Afrin no está sola. Ahora es el corazón de las cuatro partes del Kurdistán”, declaró durante su intervención el copresidente de la Federación del Norte de Siria, Foza Yûsiv. “Igual que Kobane fue defendida con humanidad, en Afrin también será así”, añadió. Hace ya más de dos semanas que varios pueblos de la región de Shehba están siendo atacados con artillería pesada, y las milicias de las YPG/YPJ han resistido a las incursiones de los grupos del Ejército Libre Sirio (FSA) organizados y apoyados por Turquía. Algunos pueblos de la región han tenido que ser evacuados tras la muerte de tres civiles en un ataque con artillería pesada el pasado 3 de julio.
La fecha del 19 de julio, escogida por los kurdos para comenzar el levantamiento que llevaría a la revolución, es de gran relevancia en la historia de las rebeliones de los pueblos. Fue un 19 de julio de 1936 cuando el pueblo de Barcelona, bajo el liderazgo de la CNT-FAI, despertó la resistencia contra el levantamiento militar fascista y tomó la ciudad bajo el control de las milicias populares. También fue un 19 de julio de 1979 cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional, tras una heroica resistencia frente a las fuerzas armadas de la dictadura de la familia Somoza, logró entrar en la capital de Nicaragua, en Managua, acompañados de un amplio respaldo popular, proclamando el fin de una dictadura que había durado más de 40 años.
Los avances durante estos cinco años de revolución no pasan desapercibidos. El modelo confederalista que propone la Federación Democrática del Norte de Siria tiene su precepto ideológico en la Nación Democrática, un paradigma político que busca la fraternización y el reconocimiento de todos las etnias y religiones de la zona, respetando las culturas, tradiciones, lenguas y costumbres de árabes, kurdos, asirios, armenios y turcomanos.
Los avances políticos obtenidos se traducen en la Autoadministración Democrática, una estructura de gobernanza de abajo a arriba, en la que las asambleas populares constituidas en pueblos y ciudades toman parte en la organización de sus propias necesidades y solventan la vida social y política de su comunidad.
Para la coordinación federativa de los territorios, cada asamblea envía dos delegados, siempre un hombre y una mujer, que transmiten las necesidades y decisiones tomadas en sus asambleas de base, hasta llegar al nivel de representación de cada cantón. El Consejo Democrático de Siria, órgano de máxima representación del sistema de la Autoadministración Democrática, en su declaración con ocasión del aniversario, ha recalcado: “Creemos que los logros de nuestra revolución nos han hecho más decididos a conseguir un proyecto democrático nacional que nos lleve a la construcción de un sistema democrático federal y a vivir con seguridad y estabilidad en nuestros pueblos. Esto ha sido posible gracias al sacrificio de los mártires de la libertad, que han otorgado la dignidad y la victoria a nuestros pueblos”.
Los voluntarios caídos en la guerra contra el Estado Islámico y otros grupos extremistas religiosos apoyados por Turquía se cuentan por miles, entre los que se cuentan 28 brigadistas internacionalistas, según las cifras publicadas por las YPG. La semana pasada, esta unidad de defensa anunciaba la muerte de tres combatientes internacionales en el frente de Raqqa: un joven de nacionalidad británica y dos de nacionalidad norteamericana. Las cifras publicadas por las YPG contabilizan 28 mártires internacionales caídos bajo su estructura. Los avances logrados en el plano militar por parte de las YPG/YPJ y las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) contra el Estado Islámico, liberando pueblos y ciudades, han sido el aspecto más difundido a nivel global. La histórica resistencia de Kobane o la liberación de la ciudad de Manbij son algunos de los ejemplos que han hecho historia. Actualmente, las SDF se encuentran en plena operación para liberar la ciudad de Raqqa, capital del autodenominado califato en Siria, realizando rápidos avances en varios sectores de la ciudad.
El pasado 19 de julio, en varias ciudades de los tres cantones –Cizire, Kobane y Afrin– se ha celebrado el V aniversario de la revolución. La ceremonia en la ciudad de Rimelan, en el cantón de Cizire, ha contado con la participación de todas las fuerzas de autodefensa de la región, con una fuerte presencia de mujeres en todas las unidades.
La revolución de Rojava no es conocida en vano como la revolución de las mujeres. La participación femenina en todas las esferas de la sociedad visibiliza la implicación e importancia que se le da a las mujeres como parte esencial en la construcción de un sistema democrático.
A pesar de la resistencia de los pueblos del norte de Siria, las dificultades en la región son muchas. El enorme desgaste económico, producido principalmente por las necesidades de la maquinaria bélica, se ve acentuado por el embargo económico que sostiene el Gobierno Regional del Kurdistán (KRG) desde marzo del 2016. Bajo las órdenes del Partido Democrático del Kurdistán (KDP), la frontera sufre de fuertes restricciones para la entrada de personas y recursos. Aunque no existe una escasez de alimentos de primera necesidad, el principal problema viene dado por la insuficiencia de material sanitario. El material tecnológico y mecánico también es muy limitado, por lo que la reparación de maquinaría, la modernización de la industria o la creación de nuevas fábricas es una tarea casi imposible. Pero, a pesar de todos los obstáculos y sufrimientos, el espíritu de alegría que trae el proyecto de una vida libre y democrática puede respirarse y verse en la sonrisa que la población de Rojava nunca pierde.
*Por Sara Ainhoa de Ceano-Vivas Núñez /Texto y fotografía)