Ni un pibe menos. Ni una bala más.
Camino a la marcha contra el gatillo fácil del próximo 23 de agosto, la Coordinadora de Familiares de Víctimas de Gatillo Fácil realizó una conferencia de prensa dirigida a organizaciones y medios de comunicación alternativos.
Las madres, hermanas y abuelas convocaron a ocupar las calles para reclamar justicia por el fusilamiento de los pibes. Fusilamientos, tiros por la espalda, las muertes, asesinatos, torturas en cárceles y comisarías, esas son las palabras que se pronunciaron y que estallan frente al discurso del poder, ese que nos habla de enfrentamientos y suicidios.
La marcha está convocada para el próximo martes 23 de agosto. Las familiares exigen el esclarecimiento de las causas, denuncian la impunidad del Estado Policial y rompen el cerco de silencio al grito de “Ni un pibe menos, ni una bala más”.
Se levantaron en la sala de la conferencia los retratos de los jóvenes, asesinados y desaparecidos en democracia, esos rostros que se alzan en las calles para decir PRESENTES
Desde la Coordinadora de Familiares de Víctimas de Gatillo Fácil señalaron que desde los años 70 la represión de estado continúa. En este sentido, comunicaron que ocurrió recientemente otro caso de gatillo fácil y que en las cárceles de Córdoba están aconteciendo violaciones a los Derechos Humanos, torturas y hostigamientos que hacen peligrar la vida.
“No les tenemos miedo, lo peor ya me lo hicieron, yo no voy a descansar hasta verlo sentado en un banquillo”, una y otra vez los relatos de las familiares dejan al descubierto la persecución que sufren, el armado de causas, la implantación de pruebas por parte de la policía (generalmente armas, que en más de una ocasión han sido desestimadas) o el ocultamiento de otras pruebas, como sucede con las cámaras de seguridad callejeras, las que casualmente no registran los casos de gatillo fácil.
“Mira la cantidad de chicos de gatillo fácil que tenemos ¿dónde hay una baja de un policía?”. Los disparos certeros por la espalda (en el caso de Lautaro Torres propiciados por una policía instructora en tiro), los puntos en los que se les arranco la vida, la no tenencia de armas o pólvora, la cantidad de disparos. Y esta pregunta, la misma pregunta que se hizo Rodolfo Walsh describiendo a la policía bonaerense ¿las bajas policiales en estos hechos? ponen en jaque las teorías que ubican las muertes en enfrentamientos, fuegos cruzados y defensa propia.
«Nuestros hijos tenían derechos. En nuestra sociedad el algo habrán hecho sigue vigente y en la actualidad el binomio seguridad-inseguridad, instala la definición de delito y naturaliza la ejecución de quienes entren en la construcción de esta categoría, así lo primero que se difunden son los antecedentes de los “delincuentes” como si los mismos brindaran un manto de justificaciones ante los asesinatos».
La madres piden que los policías sean condenados como cualquier otra persona. «¿Quiénes son los delincuentes? ¿Si está robando porque lo tienen que fusilar ? ¿Quién tiene el derecho a quitarle la vida?».
“Acá cuando hay un caso de gatillo fácil o muerto en una cárcel, detrás de cada pibe hay una historia, tenían una vida, tenían su familia y acá estamos”, desde la Coordinadora se dirigen a otras familias que estén atravesando por esta situación: no tengan miedo, salgan a la calle, si saldrían las personas a pedir justicia, seriamos muchos, porqué esto pasa en un montón de barrios de pocos recursos, juntas vamos a lograr lo que estamos buscando que es la justicia».