Ecuador: ¿Hacia dónde irá el progresismo latinoamericano?

Ecuador: ¿Hacia dónde irá el progresismo latinoamericano?
2 mayo, 2017 por Redacción La tinta

En lo discursivo y en la práctica, es indudable que los denominados progresismos latinoamericanos presentan similitudes y comparten las mismas luchas y desafíos. El avance de la derecha y el giro conservador en la Región amenaza con la finalización del ciclo progresista. No obstante, Ecuador desafía esta tendencia y despierta una incógnita que abre el debate sobre el futuro del progresismo latinoamericano.

Por Aldea Global para La tinta

La victoria de Lenin Moreno (Alianza País) en la segunda vuelta electoral de Ecuador fue ajustada pero contundente: el candidato del oficialismo se impuso con el 51,16%, venciendo en las urnas al ex banquero Guillermo Lasso (CREO-SUMA) que obtuvo el 48,85%.

El proceso electoral ecuatoriano –con inicio en la campaña electoral y su momento culmine el 2 de Abril con la segunda vuelta- encuentra numerosas similitudes con los casos electorales de la Argentina y los últimos acontecimientos de los países hermanos de Brasil, Paraguay y Venezuela. Un análisis de política comparada entre Ecuador y Argentina deja entrever que en lo discursivo la dinámica del proceso electoral en ambos países concentra varios puntos comunes.

Tanto en Ecuador como en la Argentina, los perfiles de los candidatos más fuertes ofrecían la misma lógica: continuación de las prácticas llamadas progresistas del oficialismo, o bien, cambio y ruptura con todo lo anterior (reducción del gasto público, apertura de importaciones y disminución de las cargas impositivas).

En ambos países la pérdida del apoyo popular a los gobiernos progresistas de Cristina Fernández de Kirchner y Rafael Correa responde a causas similares: las negativas de la clase media y clase alta ante la quita de sus privilegios económicos y políticos –como lo evidencia la cuestión impositiva- y el escepticismo, cuando no actitud de desprecio expreso hacia toda política de redistribución de la riqueza. No obstante, es menester reconocer que las incoherencias entre lo discursivo y la práctica de los progresismos resquebrajaron fuertemente la confianza y legitimidad de los gobiernos: lo demuestran las promesas de campaña de Rafael Correa en contra de la explotación y prácticas extractivistas en el Yasuní, y la ambivalencia en lo discursivo y lo político de Cristina Kirchner respecto de la megaminería.

Los resultados de las elecciones fueron a su vez similares en Ecuador y Argentina: los dos países debieron atravesar una segunda vuelta electoral, obteniendo el vencedor una diferencia apretada pero suficiente para proclamar su victoria.

Hablar de la pérdida del apoyo popular de los oficialismos de Cristina y Rafael Correa es también identificar que lo que se conoce popularmente como “voto castigo” cumplió un rol decisivo y fundamental en el resultado final de las elecciones. Más que una apuesta contundente al cambio, los votos favorables a Mauricio Macri y Guillermo Lasso marcaron el desprecio hacia las políticas de los progresismos latinoamericanos y, especialmente, a las figuras que los encarnaban.

Un freno a la derecha: ¿qué retos asume Lenin Moreno?

Si bien Ecuador ha dado un ejemplo motivador de lucha y resistencia al imponer un freno al avance de la derecha y el giro conservador en la Región, Lenin Moreno asumirá este 24 de Mayo un gobierno con numerosos retos y desafíos, correspondientes tanto a su política interna como a cuestiones inherentes a la arena internacional.

En el ámbito nacional y social, Moreno deberá atenuar la actual polarización de su pueblo –semejante a la “grieta argentina”- mediante una actitud conciliadora como la que tomó en sus primeros discursos tras la victoria.

Uno de estos desafíos se vincula de manera particular con los movimientos sociales del país –especialmente los movimientos indígenas– que en los últimos años han mantenido una relación altamente conflictiva con el gobierno de Correa, tensión que surge en el año 2009 con el primer paro al gobierno por el tema del agua y la Ley Minera, y se intensifica con la sanción del Decreto 16, legislación en contra de los movimientos sociales.

En cuanto a la economía, Moreno deberá combatir una elevada tasa de desempleo, a la vez que resolver el problema de una deuda interna y externa que compromete el 27% del Producto Bruto Interno ecuatoriano.

La búsqueda de soluciones a estas problemáticas, como así también la capacidad para continuar con las políticas del correismo, forman parte del paquete de retos y desafíos del nuevo gobierno nacional ecuatoriano, que no sólo deberá enfrentar y complacer las demandas del amplio sector de la oposición, sino también rebatir las dinámicas y metodologías de la derecha internacional más conservadora en su exorbitante e insaciable ambición de poder.

*Por Aldea Global para La tinta

Palabras claves: Ecuador, Lenin Moreno, Rafael Correa

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