La nueva Selección Fantasma
La Selección Masculina de Fútbol de los Juegos Olímpicos parecía destinada al olvido hasta hace pocos días. Los medios casi no hablaban de ella, entretenidos con la búsqueda del DT para la Mayor y los descalabros de AFA. Julio Olarticoechea y sus 18 jugadores, parecían una entidad espectral que merodeaba los predios de AFA: no se los veía, no se los escuchaba y algunos hasta dudaban de su existencia.
Es imposible no tentarse en hacer un paralelismo con la poca recordada «Selección Fantasma del 73». El interinato del DT, la cantidad de jugadores locales, la ausencia de «los europeos» y los inconvenientes que rodean a una AFA también intervenida como hace más de 40 años.
Hasta se sumó un hecho delictivo: el desvalijamiento de pertenencias del plantel en el hotel donde se hospedaban en Puebla, tras el empate en cero frente a México el jueves 28.
Pese a todo, las cámaras de televisión muestran a un «Vasco» enérgico dando indicaciones en las prácticas. Hablando como un padre que se hizo cargo de los cebollitas del barrio. Estos Simeone, Calleri, Pavón y Rulli son tan jóvenes como los Poy, Kempes y Fillol de aquella olvidada selección.
Fantasmas en la altura
Sí. En 1973 Argentina contó con un seleccionado «paralelo» que quedó inmortalizado por una cámara fotográfica antes que por sus logros deportivos.
Según cuentan las crónicas periodísticas, el por entonces director técnico del combinado nacional, el célebre Enrique Omar Sívori, encomendó a Miguel Ignomiriello llevar a un seleccionado «B» a entrenar y disputar amistosos en la altura por más de dos meses y medio. Por entonces se jugaban las eliminatorias a Alemania 74 y Argentina tenía que clasificar para lograr dos objetivos ineludibles: enmendar la no clasificación a México 70 y mejorar su imagen como futura sede del Mundial 78.
Para comprender mejor, el sistema de clasificación de aquellos años era otro. A la Selección le tocó compartir grupo con Bolivia y Paraguay; el mejor, tras jugar partidos de ida y vuelta, viajaba a la cita mundialista. La Selección Fantasma tenía sólo una misión: jugar y ganar en la temida altura de La Paz.
Algunos de los nombres que integraron ese plantel hoy son fácilmente reconocidos por otras proezas, incluso con la celeste y blanca: Juan José López, Reinaldo Merlo, Ubaldo Filliol, Ricardo Bochini, Aldo Poy, Marcelo Trobbiani y Mario Alberto Kempes, quien se desempeñaba aún en Instituto.
Una gira de terror
Todos ellos comenzaron un accidentado viaje el 19 de agosto de 1973. El primer destino fue Tilcara y pronto comenzaron a llover los inconvenientes: no consiguieron un dirigente de AFA que quisiera presidir la delegación; de los cuatro partidos que se les prometió disputar en Jujuy solo se concretó uno (otro fue organizado en el momento). Para jugar ante Cienciano, en la ciudad de Cuzco, debieron viajar en tren y con asientos de madera, los cuales sólo generaron lesiones.
La parte económica fue lo peor. No sólo los sueldos que pagaba la Selección eran bajos, sino que los jugadores no cobraban lo que les correspondía de sus clubes mientras estaban en la gira. Los premios eran sólo por partidos ganados y ante la falta de dinero, disputaron otros encuentros para pagar sus alojamientos: «Tirábamos para arriba el puré y quedaba pegado al techo; la carne era dura», supo confesar Kempes.
Pese a todo “los fantasmas” ganaron 14 partidos y empataron uno. Según la mayoría, la juventud y el deseo de ponerse la casaca nacional fue vital para sobrepasar los malos momentos: «La AFA se olvidó de nosotros y la pasamos mal en serio. Estábamos en un hotel de mala muerte y no había ni para comer. Teníamos programados dos amistosos y al final hicimos siete a cambio de dinero. Así comprábamos las cosas en un supermercado y algunos hacían de comer. Volví con 8 o 9 kilos menos», recuerda quien luego fue el goleador del Mundial 78.
El peor golpe lo dio el propio Sivori, quien llegó a La Paz pocas horas antes del partido ante Bolivia y dejó a varios fantasmas fuera del 11 titular, entre ellos Fillol. Del partido se puede decir poco: Argentina ganó 1 a 0 con gol de Oscar Fornari y la clasificación se selló.
El abandono institucional, el desconocimiento popular de sus integrantes y el errante camino que desarrollaron le valieron a este equipo el mote de «Los Fantasmas». Por esa razón y en protesta tras finalizar la gira, el plantel posó con sus caras cubiertas.
Los muchachos de Olarticoechea difícilmente cubran sus rostros en la era de las selfies y redes sociales. Pero tienen la misma juventud que ayudó a forjar la ambición de aquellas promesas futbolísticas (hoy, viejas glorias) pese a los malos momentos derivados de una AFA patas arriba.
«Hay un buen ambiente entre ellos, eso es bueno. Se está formando un grupo muy fuerte y a veces las adversidades hacen que los grupos se potencien», dijo el Vasco anoche, ya desde Río y esperanzado como pocos: «Espero que sea así».
