Ay Belén

Ay Belén
30 marzo, 2017 por Redacción La tinta

Por Pablo Ramos

Ay Belén
naciste pobre y mujer,
en una villa olvidada del norte argentino,
en una ciudad autoritaria y conservadora hasta el tuétano,
víctima de la exclusión social,
carne de cañón en una guerra que te trasciende y te atraviesa.

Ay Belén
si sos mina y cabecita negra,
no tenés derechos sobre tu cuerpo
ni recibirás una atención médica respetuosa de tus derechos,
te castigan en un hospital público,
te condenan en los diarios de la moralidad mezquina,
te encarcelan los funcionarios de una justicia arcaica,
te demoniza la sociedad que no puede digerir sus propios fracasos.

Ay Belén
900 días en la cárcel
por tener un aborto espontáneo,
no presumen tu inocencia,
sólo los pobres cumplen la prisión preventiva
aunque no tengan condena firme,
aunque jamás puedan fugarse o adulterar pruebas.

Ay Belén
hasta que las organizaciones femenistas pusieron sus ovarios en las calles,
hasta que Amnistia Internacional juntó 120 mil firmas en tu apoyo,
hasta que la ONU pidió al Estado argentino que te libere inmediatamente.
Fuiste violada una y otra vez en tus más íntimos derechos humanos
por los obtusos médicos que operan como autómatas del sistema,
por los jueces que jamás pisan la tierra de los pobres,
por la prensa que te crucifica en sus secciones policiales.

Ay Belén
tu cuerpo es un territorio de disputa,
donde el mensaje disciplinador se extiende a todas las mujeres
tus órganos no son tuyos,
tu vida es nuestra,
tu libertad es una quimera
dicen y te mutilan a diario.
Sólo las mujeres ricas pueden tener abortos seguros,
sólo en la clandestinidad podés decidir sobre tu cuerpo.
Sí, estás sola y sos una mala mujer.

Ay Belén
duele tu nombre aunque ficticio,
porque tu identidad es la de tantas otras víctimas del machismo.
Discriminada por las elites urbanas de moral rancia,
golpeada por la santisima trinidad de la hipocresía.
El estado que se arroga la facultad de decidir sobre la salud de los cuerpos,
la justicia que se cree natural y divina,
la moral médica que se entromete en tus decisiones.

Pero querida Belén,
ahora que los supremos tribunos se hicieron cargo de la verdad,
ahora que te absolvieron
te abrazamos para curarte las penas,
y en tu nombre reivindicamos
a todas las mujeres víctimas de este sistema patriarcal, racista y capitalista

¡Belén somos todas!

*Por Pablo Ramos. Foto de portada: FotoSur

Palabras claves: aborto, justicia por Belén, Tucumán

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