Sufrir la Selección: un mito conveniente
Nos gusta el drama. Cada cuatro años se repite: «La Selección a un paso de quedarse sin Mundial» o «Argentina siempre sufriendo en Eliminatorias». Luego de la esperable derrota ante Bolivia en La Paz (una victoria en 20 años), la deseada incertidumbre se sustenta en la suspensión de Messi y la caída a zona de repechaje. A continuación, apuntes para contrarrestar un «mito conveniente».
Este martes 28 de marzo fue un gran día para el periodismo deportivo. Del cielo cayó un escándalo que dará de comer a muchos: Lionel Messi fue suspendido «de oficio» por FIFA y por cuatro fechas. El comunicado oficial le imputa «infringir el artículo 57 del FDC por insultar directamente a un asistente del colegiado» en el partido contra Chile del pasado jueves.
Al drama, más drama. Horas más tarde, mientras las calculadoras echaban humo para saber cuántos partidos la Selección ganó con el 10 y cuantos sin él, más las ecuaciones probabilísticas para (una vez más) «estar con un pié afuera del Mundial», llegó la esperable derrota con Bolivia.
Sí, esperable. Aunque algunos se arranquen los pelos frente a la cámara y el micrófono. Históricamente la Selección nacional de fútbol ha luchado contra los 3600 metros de altura de La Paz. Desde las eliminatorias para el Mundial de Francia 98′, se disputaron cinco partidos en el Hernando Siles y sólo se logró un triunfo. Dos derrotas y dos empates, marcan que la victoria allí siempre es lo menos probable. El aspecto físico supo complicar a equipos con buen rendimiento (Bielsa, Pekerman), mal funcionamiento (Maradona) y desempeños regulares (Pasarella, Sabella).
Pero nos gusta el drama. Y si no existe, lo inventamos: “La Selección Argentina siempre sufre en las Eliminatorias”, vuelve a repetirse en los bares y en los grupos de whatsapp. Pero, sobre qué base se funda esta idea que repetimos cada vez que se pierde. Luis Bagnola desactiva la bomba.
Un mito conveniente
Por Luis Bagnola para Revista Un Caño
“La Selección Argentina siempre sufre en las Eliminatorias”. De tanta repetición, el lugar común se transformó en una verdad indiscutible. Cada vez que el equipo pierde un partido, esta frase se exclama una y otra vez en las discusiones de café que ocurren en un café y también en las discusiones de café que se televisan. Es imposible saber si es para evitar la angustia de una posible eliminación o para resaltar la dificultad de la competencia. Sea como fuere, la realidad indica que es falsa. Argentina casi nunca sufre en las Eliminatorias.
En estos momentos en los que el conjunto que dirige Edgardo Bauza no entrega ningún tipo de certidumbre y los partidos se ganan de forma milagrosa, la frase vuelve a los primeros planos. De hecho, con un ligero cambio, la noción se transforma en verdadera: “esta Selección sufre en las Eliminatorias”. Porque es imposible no sufrir cuando no hay ni siquiera una mínima idea de juego colectivo. Reducir el análisis a la complejidad del campeonato es por lo menos peligroso.
Solo cuatro veces en la historia, la Albiceleste llegó a las últimas jornadas con riesgo de eliminación. Y de esas cuatro, solo una fue con este formato en el que se enfrentan todos contra todos. En ocho oportunidades, logró el objetivo sin problemas y dos veces se clasificó como campeón reinante. Desde 1998, cuando se implementó este sistema, fueron cuatro clasificaciones muy tranquilas.
La primera vez que Argentina sufrió en las Eliminatorias fue en la previa de México 1970. De hecho, fue la única ocasión en la que no logró clasificar (en 1938, 1950 y 1954 no asistió a la Copa del Mundo por voluntad propia). El comienzo con derrotas frente a Bolivia en La Paz y Perú en Lima fue lapidario. Luego, le ganó a Bolivia como local y el empate contra el Perú de Teófilo Cubillas en la Bombonera decretó el mayor fracaso argentino de todos los tiempos.
En 1985 volvió a jugarse su participación mundialista en la cancha tras casi diez años, ya que en 1978 fue anfitrión y a España 1982 clasificó como campeón defensor. Llegó a la última fecha en el primer puesto, pero el partido contra Perú fue durísimo y tuvo que esperar hasta que Ricardo Gareca marcara el 2-2 sobre el final para celebrar la clasificación directa (si perdía, iba al repechaje). Se recuerda esta victoria como sufrida más por este encuentro en particular que por el resto del camino, ya que terminó aquella campaña con cuatro victorias, un empate y solo una derrota. Luego, ese equipo fue campeón del mundo.
En la previa a Estados Unidos 1994, Argentina perdió su primer partido de Eliminatorias como local. Fue el 0-5 contra Colombia, que además obligó a jugar la repesca frente a Australia. Antes, venció a Perú como local y visitante, derrotó a Paraguay en el Monumental y empató en Asunción. En el repechaje, ganó en Buenos Aires y empató en Sydney.
La última vez que la Selección tuvo dificultades serias en las Eliminatorias fue en Sudáfrica 2010. El equipo dirigido por Alfio Basile y Diego Maradona logró el pasaje directo en la última fecha, tras vencer a Uruguay en el Centenario. Aquel día también le hubiera alcanzado un empate. Una fecha antes, el gol histórico de Martín Palermo contra Perú le dio oxígeno a un plantel que se desangraba.
En 1958, 1962, 1966, 1974, 1998, 2002, 2006 y 2014 no pasó ningún apremio. De hecho, en las últimas cuatro logró el objetivo antes de la última fecha.
En Eliminatorias, Argentina disputó 124 partidos, de los cuales ganó 71, empató 31 y perdió 22, con 222 goles a favor y 115 en contra. El actual es el proceso clasificatorio con mayor cantidad de caídas en condición de local: dos, las mismas que tuvo en los sesenta años anteriores. Un dato que sirve para subrayar aquello de que la frase en cuestión solo es válida cuando el equipo no da respuestas en la cancha.