La performance «agresiva» contra la dignidad de la mujer, ¿el patriarcado no?
En Tucumán el miércoles 8 de marzo, al finalizar la marcha por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, un grupo de manifestantes realizó una performance frente a la Catedral. Actualmente las protagonistas están siendo amenazadas.
La organización Socorro Rosa Tucumán explicó de qué se trató la intervención: “Echando mano al arte como expresión de las injusticias existentes, decidieron que la virgen María -ese día- abortaría un sinnúmero de opresiones existentes: el heteropatriarcado, la maternidad obligatoria, las culpas, los miedos, las relaciones violentas, los estereotipos de belleza que nos oprimen, etc.”.
A raíz de esto comenzó en redes sociales una persecución a las integrantes de Socorro Rosa. Por un lado, Monseñor Alfredo Zecca, Arzobispo de esa provincia, hizo público un comunicado en el cual repudiaba los agravios en contra de la “persona e imagen de la Santísima Virgen María, Madre de Dios, como también la Fe de los católicos Tucumanos”. Además invitaba a una “marcha por la vida y la familia” que se realizará el 25 de marzo, en el marco del “mes de la reflexión sobre los Derechos del Niño por Nacer”. Esto será un “acto de desagravio al Dulce Nombre de María y su Hijo, Nuestro Redentor”.
Por otro lado, las activistas de Socorro Rosa se refirieron a “la reacción fundamentalista y ultraconservadora tucumana” que no se hizo esperar: “Ahí andan indignados amenazando por cuanta red social pueden a las compañeras de Tucumán”. Cuentan que “los misóginos hijos de dios no cesan en sus mensajes en los que manifiestan sus deseos de matarlas, violarlas, empalarlas y llamando a desatar odio contra ellas difunden sus rostros, nombres, actividades cotidianas, en todos los lugares invadidos por sectores de la ultraderecha. Llaman de manera renovada a una cacería de brujas”.
La organización responsabiliza al Gobierno de la Provincia de Tucumán “por la integridad física de nuestras compañeras” y exigen que “les garanticen su derecho a gozar de todas sus libertades democráticas” y que investiguen “los atropellos y las amenazas que vienen sufriendo apenas terminada la marcha”.
Tucumán arde
Tucumán es también, la tierra donde Belén estuvo presa más de dos años acusada de matar a su hijo recién nacido. En 2014, la joven ingresó al hospital Avellaneda de esa ciudad para consultar por unos fuertes dolores abdominales, había tenido un aborto espontáneo de un embarazo que desconocía. De inmediato, la Justicia ordenó su traslado a la cárcel de mujeres luego de acusarla de haber asesinado a su bebé.
En Argentina, cada 29 horas muere una mujer por aborto clandestino. Alrededor de 60 mil internaciones anuales en hospitales públicos, tienen que ver con complicaciones de abortos mal practicados. Estas muertes, tienen además un signo generacional y de clase: las mujeres que mueren son en su inmensa mayoría jóvenes y pobres.
Esta semana, en la localidad tucumana de Delfín Gallo, secuestraron y abusaron reiteradas veces durante tres días a una joven de 15 años que sufre un retraso madurativo. Los abusadores subieron fotos a las redes y los familiares y amigos llevaron esas fotos y datos a la Policía, pero los efectivos se negaron a investigar porque tenían que esperar algunas horas más para salir a buscarla. Finalmente la dejaron abandonada en un descampado de esa localidad.
Aún así, el Arzobispo pone el ojo sobre una performance que cree “contradice profundamente una celebración donde se quería dignificar a la mujer, tanta veces humillada, golpeada y asesinada. Los hechos agraviantes no sólo son agresivos para todos los creyentes, sino también, para la dignidad de la mujer”.
Foto: Colectivo Manifiesto
