El paraguayo que derribó una avioneta de un pelotazo
Digamos lo que esta historia no es. No es un cuento de Soriano. No es una historia nueva pero tampoco es una historia conocida. Antes de tirar el pelotazo de su vida, Roberto Trigo le dijo a Alfredo Lird: “anive reju upeicha, porque roityta”. Una historia contada en guaraní rescatada por la agencia EFE.
Los relatos de pueblo, tan acostumbrados a la exageración, no necesitarán agrandar detalles. Dirán que fue hijo, padre, hermano. Que era retraído, quizás. Recordarán, los que lo conocieron de toda la vida, algunos de sus amores. Dirán que jugó a la pelota en el desaparecido General Genes. Y dirán, también, que algún día fue el cañón antiaéreo del Paraguay.
Trigo, de 76 años y entonces un muchacho, recordó que la avioneta estaba piloteada por alguien a quien conocía bien, Alfredo Lird, quien acostumbraba a sobrevolar la cancha durante los partidos y entrenamientos del equipo, y que tras el potente disparo desvió el vuelo y cayó a un terreno baldío a unos 200 metros del lugar.
Afortunadamente, Lird y el segundo tripulante de la avioneta salieron ilesos tras el impacto del balón, que golpeó en la tapa del motor.
Trigo, antiguo defensa, señaló que se trató de algo involuntario por su parte, pese a que reconoció que solía bromear con la posibilidad de derribar la avioneta de Lird, quien en esos vuelos sobre el campo acostumbraba a lanzar pelotas al público.
“Él pasaba siempre durante los partidos o las prácticas y yo le decía en guaraní: ‘anive reju upeicha, porque roityta’, que significa: ‘no pase más así que le voy a tirar con un pelotazo que le voy echar’, y él se moría de risa porque era mi amigo”, afirmó Trigo a Efe.
Sin embargo, Trigo reiteró que él no se había apercibido que aquel febrero de 1957, cuando el General Genes se enfrentaba al Presidente Hayes, Lird estaba sobrevolando muy bajo el terreno de juego.
“Tiraron un córner y yo bajé con el pecho, agarré el balón muy de abajo y lancé un pelotazo arriba y justo pasaba (Lird)”, describió Trigo sobre el mismo campo de fútbol donde sucedió el derribo.
Trigo recuerda que se asustó tras las consecuencias de su formidable tiro, y que incluso el partido se detuvo y gran parte del público se desplazó al lugar donde cayó el aparato. “Un ratito paró (el partido). Yo me asusté. Me llevaron y me hicieron tomar agua fría y me mojaron la cabeza. Me dijeron: ‘tranquilo, no pasó nada en absoluto. El piloto está bien’. Así que me quedé tranquilo”, explicó.
“El que se asustó demasiado era el que iba con él, un muchachito”, añadió entre risas Trigo, quien seis décadas después del increíble suceso vigila el estadio del antiguo General Genes, donde se entrenan equipos de aficionados.
Tras conocer que los ocupantes de la avioneta no habían sufrido daños, Trigo explicó que el partido continuó y finalizó con un 2-0 a favor de General Genes.
El hecho apareció en las portadas de todos los diarios de Paraguay, al igual que la aparición de Lird al día siguiente del suceso, y durante un nuevo partido de General Genes.
Con la diferencia de que esta vez Lird llegó al campo por tierra en lugar de por aire y fue ovacionado por el público.
“Mientras jugaban entró él y empezó el aplauso de la gradería, me di la vuelta y vi que era él. Me dijo: ‘fuerza, fuerza’”, explicó Trigo.