«El poder siempre pasa por arriba de la gente humilde y Messio tiene mucho poder”
Durante dos generaciones los Messio estafaron a vecinos y vecinas de Villa El Libertador, Barrio Comercial y zonas aledañas. Aplicaron por más de 30 años, numerosos y diferentes artilugios legales para atacar por donde más duele: la tierra o el techo propio.
La semana pasada Eduardo Salas, legislador provincial por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), presentó un proyecto de Ley para que esos terrenos con los que estafaron los Messio, sean expropiados. La Tinta habló con Sergio Job, abogado de las víctimas y con María Isabel Rodríguez, una de las estafadas.
Una estafa, cientos de modalidades
Sergio Job, abogado integrante del Espacio Jurídico Deodoro Roca, nos contó: “lo que demostramos es que había diferentes mecanismos fraudulentos por los cuales Messio actuaba”. Así, dejaron a la vista que había una maquinaria enorme que implicaba abogados, contadores, jueces y que estaba todo el tiempo trabajando en una línea muy fina entre lo legal y lo ilegal.
Esta maquinaria funcionaba a partir de “aprietes, de hacerle firmar cosas a gente que no sabía qué estaba firmando, de no dar recibos por pagos y obligarlos a escriturar solo con un escribano que les cobraba el mismo monto de lo que salía el terreno” explicó Job.
Messio padre e hijo, casi siempre tenían el mismo perfil de víctimas, gente sin asesoramiento legal, con bajos recursos económicos y poca educación. A eso sumaban amenazas y hasta violencia concreta. Isabel contó, «en navidad o año nuevo me llamaba para decirme que disfrute porque iba a ser mi última fiesta en esa casa, que al año siguiente me la iba a sacar». Así lograban que los vecinos estuvieran de por vida pagándoles más de una vez, hasta tres veces, el mismo terreno, para después quedarse con las casas.
Hace varios años que numerosos vecinos presentaron una denuncia penal contra el empresario Héctor Messio. “Es muy difícil explicar cada causa, imaginate que la justicia lleva tres años tratando de tipificarlas y ordenarlas en función del tipo de delito, y todavía sigue trabajando en eso”, afirmó Job.
El abogado detalló que la Fiscalía 27 de Delitos Complejos tiene una persona abocada a esta causa, casi exclusivamente. Cuando pudieron entender de qué se trataban todas las denuncias, pudieron caratularla: «Estafa procesal reiterada, usura calificada y extorsión documental reiterada».
Aparentemente, en las próximas semanas habría novedades, lo que esperan es que imputen a Messio y así lo llamen a declarar. “Nosotros representamos a 22 vecinos que son los que se han organizado y han decidido encarar esta lucha, pero son cientos y cientos de causas” explicó Job.
Expropiación
En relación al proyecto de ley, el letrado mencionó que: “Entendimos que había un modo de unificar la solución para el conjunto de los reclamos y era justamente la expropiación por parte del gobierno, dado que cada uno de esos terrenos han sido pagados innumerables veces”. Tanto es así que el proyecto sugiere que ni siquiera debería pagarse esa expropiación.
El legislador Eduardo Salas, del FIT, se hizo eco de esta lucha y redactó el proyecto en base a los argumentos que están en la denuncia penal. Se solicita la expropiación de cada uno de los lotes donde los vecinos han construido sus casas y que todo el tiempo están en peligro de perder, frente a esta lógica y esta maquinaria fraudulenta montada por Messio.
El panorama podría ser favorable porque un grupo de vecinos estafados por el mismo empresario, ya logró la expropiación de unos terrenos en Argüello. Aunque la situación de ellos es distinta, eran parte de la misma lógica.
Estafa en primera persona
La Tinta también pudo conversar con María Isabel Rodríguez, vecina de Villa el Libertador, una de las tantas vecinas que hace años busca justicia. Isabel explicó que Messio había estafado a su papá, “mi papá falleció y sigo yo con la lucha”.
Él compró el terreno en los 70′ y luego apareció Messio padre, “le dijo que había edificado la casa en el terreno equivocado. Mi papá como tenía terminado hasta 1° grado le creyó”. Así Roque Elpidio Rodríguez comenzó a pagarle, “después con los años se enteró de que no era verdad, pero en ese momento ya se lo había pagado dos veces”.
Años más tarde, cuando Isabel se casó el padre le regaló el lote y cuando quisieron con su marido escriturar empezó a develarse la trama de la estafa. “Messio le había vendido el terreno con deudas de impuestos, en ese tiempo no podías escriturar si no tenías todos los impuestos pagos, y como no logramos pagarlos no pude escriturar nunca”.
Se acercaron al «Centro de Comunicación Popular y Asesoramiento Legal” (CECOPAL) para consultar, y por medio de ellos se enteraron de que había una cláusula en el contrato de compra-venta por el cual únicamente se podía escriturar con la escribanía de Héctor Messio. Todo estaba armado y la familia Rodríguez nunca pudo tener los papeles del terreno, “era mucha plata la que nos pedía y mi papá era empleado, en ese momento ganaba una miseria”. Su padre falleció a finales de los ´90 sin poder resolverlo.
Isabel que actualmente vive en ese lugar, explicó que lleva mucho tiempo luchando junto con los vecinos, “hemos golpeado tantas puertas, hace más de 25 años que venimos buscando justicia y nunca la obtuvimos. Nos queda un hilito de esperanza que es la que nos inyecta todos los días Sergio [abogado], pero la verdad es que en la justicia mucho ya no creemos. Esperemos que con la expropiación no nos defrauden los políticos, nos han defraudado tantas veces y esto depende tanto de ellos. Somos positivos, pero siempre tenemos el margen de duda”.
Isabel concluyó: “como siempre el poder pasa por arriba de la gente humilde y desgraciadamente Messio tiene mucho poder”. Por su parte Job aclaró que hoy la denuncia se concentra en el empresario, “Pero sabemos que es una lógica que atraviesa al conjunto del desarrollismo inmobiliario y la mafia que funciona detrás de eso. Todo lo que está sosteniendo esa actividad, entre comillas empresarial, tiene mucho de mafiosa e ilegal. No solo en el caso de Messio, sino en la mayoría de los desarrollistas inmobiliarios”.