«El fútbol argentino es caótico y se anuncian tiempos peores»
Los audios filtrados en las últimas semanas, que exponen la impunidad con la que manejan el fútbol los dirigentes de los clubes y de AFA, lograron la indignación de algo que todos, tristemente, damos por normal. Pero a la luz, las cosas horrorizan más que en las sobras. En el ciclo «Tirando paredes con Ángel Cappa», el periodista Gabriel Casas mantiene una fluida correspondencia con el ex DT de Huracán y River (entre otros) y en su tercera entrega para Marcha, fue ineludible este asunto.
Siempre es bueno escuchar a Cappa. Recientemente él y su hija publicaron «También nos roban el fútbol», donde ambos se preguntan por la corrupción que gobierna al mundo de la pelota. Pesimista pero realista, Cappa señala que el fútbol argentino «vive bajo sospecha», afirma que es un caos y augura tiempos peores.
Hola Ángel, ¿cómo sigue todo por Madrid?
Acá, en la Argentina, hubo un revuelo importante por las escuchas a Angelici con Luis Segura -cuando era presidente de la AFA- y con Mitjans, el encargado del tribunal de disciplina-, donde el presidente de Boca les pedía evitar la cantidad de fechas que les correspondían a dos jugadores por sus expulsiones en un amistoso de verano y tenerlos a disposición para un partido con Vélez que daba el cupo para entrar a la Copa Libertadores. En el ambiente del fútbol siempre fue vox populi que pasaba eso, en especial con los dirigentes de los clubes grandes o importantes. Pero escucharlo en un audio de manera real, hizo que explotara en los medios deportivos y mucha gente se indignara. Igual, no me quiero quedar en eso. Hace un mes o más, el periodista que dio a conocer este audio, había puesto también en la televisión, otro de Rafael Di Zeo (el capo de «La 12»), donde se escuchaba algo así como: «yo arreglo todo con Angelici». La repercusión de ese audio, murió ese mismo día. Angelici no tuvo, como ahora, que extender una conferencia de prensa para responder a las acusaciones que le llovieron de todas partes. Me preocupa cómo se naturalizó la relación entre los barrabravas y los dirigentes de peso en cualquier club. Estos tipos matan por ser jefes de una hinchada. No me creo mucho eso de que el fútbol es un reflejo de nuestra sociedad. La veo parcial esa mirada. Como si fuera esa estupenda película satírica de Woody Allen: «La mirada de los otros» (en España se titula: Un final made in Hollywood), lo que nos pasa.
En España, están los ultras. El otro día iba a escribir una nota sobre los hinchas del Rayo Vallecano y su reclamo que hizo que el futbolista ucraniano, acusado de simpatizante del nazismo, se tuviera que ir del club sin siquiera jugar. A mí me seduce mucho la historia del Rayo. La de Vallecas, su barrio obrero y su ideología de izquierda, en general. Sin embargo, en un chat con amigos argentinos que viven en Madrid y Barcelona, se amó el debate. ¿Hasta dónde se puede simpatizar con los Bukaneros, los hinchas más radicales del Rayo? ¿Son violentos o no, con su causa? ¿Y dónde están los Boixos Noi y los Ultras sur del Barcelona y el Real Madrid? Parece que los títulos y festejos hicieron que los barrieran debajo de la alfombra y casi ni se los ve en el Camp Nou. Aunque siguen firmes en su lugar en el Santiago Bernabeu. Esconden algo su racismo, pero cada tanto aparecen noticias de ellos. No los estoy comparando con nuestros tristes y célebres barrabravas argentinos y que se jactan de ser de exportación, pero algo los une aunque no sean por negocio. Una vez, Di Zeo dijo a un periodista que los acompañó filmando el trayecto y la entrada a la cancha en un River-Boca, que un tipo bastante gordo que estaba ahí con la camiseta del Real Madrid, era un ultra que quería saber y vivir la logística de «la Doce». Sus buenos euros le debe haber costado ir en el colectivo con la plana mayor. Los ingleses se jactan de haber sacado a los hooligans de sus estadios. Pero esos hinchas eran violentos por su naturaleza y hacían aflorarla en cualquier lugar adónde iban, no sólo en los estadios. Recuerdo en el Mundial 90 como los deportaban de Italia. Acá, son asociaciones ilícitas relacionadas en su negocio con los dirigentes políticos y de los clubes, y con la policía. Es un entramado que a nadie le interesa eliminar. Es una olla que no quieren destapar porque puede salpicar a cualquiera. Sea la presidenta anterior o el actual del país. ¿Vos como lo vivís esto en el fútbol? Me interesa mucho saber tu mirada al respecto.
Abrazos para vos y tu hija María.
Gabriel.
Hola Gabriel:
La conversación que trascendió ahora entre dirigentes del fútbol argentino (de Boca y la AFA), revela por primera vez, creo, lo que todos sospechamos de buena fuente, como dicen los periodistas, que ocurre desde siempre. Me parece que nunca se investigó nada y siempre se conocieron extraoficialmente arreglos, corrupciones y trampas en el fútbol argentino.
Lo que me llama la atención es el desparpajo de algunos dirigentes para considerar estas cosas como normales.
No solo ocurren estas cosas en el fútbol argentino. También en Italia y España, por ejemplo, pero en caso italiano se suelen investigar y sancionar. La Juve, por ejemplo, después de ganar dos campeonatos seguidos, fue descubierta en innumerables arreglos de partidos, y la quitaron esos puntos conseguidos ilegalmente. Tantos partidos habían arreglado, según las investigaciones, que descendió de categoría.
¿Conocés algo igual o parecido en el fútbol argentino? Yo no.
En España los dirigentes admitieron irregularidades en muchos partidos, especialmente en segunda división, aunque hasta ahora no hubo consecuencias. Al menos reconocieron los hechos. ¿Sabés de algo parecido en Argentina? Yo no.
Por eso el fútbol argentino vive permanentemente bajo sospecha. Y eso es gravísimo, porque no hay ningún error que sea tomado como tal. Como algo involuntario. En el fondo todos creemos que detrás de ese error hay algo raro.
Lo peor, creo yo, es que no hay ninguna esperanza de que eso mejore. Si los dirigentes se convocan para elegir presidente de la AFA, se reúnen 75 con ese propósito y la votación, como sabemos, terminó 38 a 38, ¿qué se puede esperar?
Y lo más triste es que se trata de una corrupción berreta, a la vista de todo el mundo, sin que a ninguno de ellos se le mueva un pelo por semejante mamarrachada.
El fútbol argentino es caótico y se anuncian tiempos peores.
La élite dominante no satisfecha con ir arrebatándole a la gente muchos de sus derechos fundamentales, como la sanidad y educación públicas, pretende extender ahora su afán privatizador a los clubes de fútbol. El capitalismo es insaciable en su deseo de acumular beneficios a costa de las mayorías.
En cuanto a las barras bravas es un problema que no tiene solución porque no hay ni nunca hubo decisión política para hacerlo.
En realidad se trata de un gran negocio, donde no solo están implicados los integrantes de las barras, sino también dirigentes, políticos (no todos por supuesto) y hasta policías corruptos.
Es un tema ya enquistado, de muchos años, y mientras no exista voluntad política para terminarlo, continuará existiendo.
Claro que si lo metemos en el contexto general del país, lo entenderemos mejor.
Me hablás de los bukaneros de acá de Madrid. Es un grupo de hinchas de izquierda, y provienen de un barrio, Vallecas, donde hay una abundante militancia izquierdista.
Por ese motivo, creo yo, son permanentemente acosados y cuestionados por los medios hegemónicos de mayor difusión.
Los ultras tanto en el Barcelona como en el Madrid, fueron erradicados o domesticados si me permitís el término.
Aún hay en algunos clubes con acciones violentas, como el asesinato de uno de ellos del Deportivo de la Coruña, por barras del Atlético de Madrid, pero son perseguidos permanentemente y les aplican las leyes correspondientes.
Ahora mismo están ocurriendo algunos hechos de peleas entre hinchadas y acciones de violencia, que no eran habituales hace un tiempo. Pero, insisto, no son toleradas ni por la gente ni por la policía.
Bueno, Gabriel, te mando un abrazo y hasta la próxima.
Ángel.
*Nota realizada para el ciclo Tirando paredes con Ángel Cappa, de Gabriel Casas, para Marcha Noticias.