San Javier se movilizó para pedir la renuncia definitiva del intendente
La posibilidad de que el intendente Alejandro Bustos vuelva a la municipalidad de San Javier luego de la licencia que tuvo que pedir en octubre para no afrontar un juicio político, ha puesto a la población de este pequeño pueblo de Traslasierra en pie de guerra.
Por Tomás Astelarra
Unos 200 vecinos de San Javier realizaron el pasado domingo una asamblea en la plaza y marcharon a la casa del intendente Alejandro Bustos (en licencia desde octubre luego del pedido de juicio político) y el diputado Oscar González (presidente de la unicameral y principal operador político de la zona). Ambos de Unión por Córdoba.
González fue el encargado de operar para que el consejo deliberante de San Javier rechazara en octubre el pedido de juicio político presentado por el concejal Eduardo Ceballos, donde se acusaba a Bustos de malversación de fondos en obras de la escuela, el polideportivo, la red de agua y otros items. Esa misma mañana, Bustos pidió licencia para asumir como Jefe de Municipios y Comunas de la provincia de Córdoba. El cargo finalmente no le fue asignado gracias a la cobertura mediática que tuvo la manifestación de más de 100 vecinos de la localidad, que expresaron su rechazo a la jugada de González y el consejo deliberante.
A cargo de la municipalidad quedó el cuarto en la lista de sucesión, el concejal Roberto Altamirano, también de Unión por Córdoba. Con apenas tres meses de gestión, el intendente interino ha despertado ciertas esperanzas en la población de San Javier, demostrando con mínimas obras y controles sobre el gasto público la inoperancia y corrupción de Bustos. El martes pasado, en el boliche bailable de El Pueblito (poblado perteneciente al egido municipal) se presentó un informe de gestión, que reunió mas de 200 vecinos causando la sorpresa del nuevo equipo de trabajo en la municipalidad. Además de Altamirano y su gabinete de gobierno (conformado por jóvenes profesionales de la localidad sin experiencia previa en la administración pública), se hallaban el presidente del Consejo Deliberante Adán Dávila (también de Unión por Córdoba), Federico Iribarren, jefe de bancada de Nuevo Encuentro, y Rodrigo Murúa, su par de Cambiemos.
“Soy un hijo acá del pueblo. Por suerte pude recibirme de arquitecto y pude volver para colaborar con mi pueblo. Estamos aprendiendo como se maneja la Municipalidad. Del grupo muy pocos teníamos experiencia en la gestión pública, pero con buena fe, con trabajo y con uso lógico de los recursos, se puede llegar a una buena gestión en un pueblo de estas dimensiones. Encontramos en el municipio un gran déficit no sólo económico, sino administrativo. Muchos retrasos, no sólo en el pago de proveedores sino, lo más lamentable, en el pago de los sueldos. Encontramos en un municipio como es este, rural, que no teníamos herramientas básicas como un machete, un hacha, motosierra, una escalera…Es vergonzante. Nos faltan un montón de cosas, pero logramos generar los controles. Simplemente controlando que no se use el combustible para otros usos que no sean los de la municipalidad logramos un ahorro de 20.000 pesos por mes”, explicó el nuevo secretario de Gobierno, Esteban Becerra.
El estado de decadencia en todas la áreas fue detallado por el resto de integrantes del gabinete, como Martín García, nuevo secretario de Acción Social (dependencia donde se atrincheró la esposa de Bustos, Roxana Yelamo). Explicó que el 40% de los materiales destinados a los planes de “vivienda rancho” habían sido utilizados para la campaña, por lo que hubo que recurrir a la provincia para reinstaurar esa línea de crédito, como así también la provisión de medicamentos y pasajes para emergencias y hasta las dotaciones de leche de programas provinciales que hacía cuatro meses no se recibían.
En tres meses de gestión, con algo de buena fe, trabajo y uso lógico de los recursos, se pudieron llevar adelante, varias acciones, como recuperar el balneario público, realizar una campaña de información turística con pasantías de los alumnos de la secundaria (con orientación en el rubro), una escuela de verano que dio desayuno y almuerzo a 102 niños, convocar obras de teatro, grupos musicales y una feria del libro y ahorrar parte del dinero para un nuevo tractor (la provincia se comprometió a donar el resto).
“La verdad que no sabemos mucho, pero lo que es evidente dentro de la municipalidad es el grado de desidia y corrupción que había acá adentro”, aclaró el secretario de Turismo Leo Rodríguez (el único no nacido en San Javier del grupo de trabajo que designó Altamirano).
Pasado el informe, los vecinos mostraron su preocupación por los rumores sobre la vuelta de Bustos, apoyado por González. Le aclararon a Altamirano que no olvidaban que él había sido jefe de Gobierno de Bustos y votado en contra del juicio político. “Si usted también va a ser empleado de González, no nos sirve”, aclaró la abogada y vecina Laura Chatas. Luego se debatieron las posibilidades para evitar el regreso de Bustos. Se desestimó la presentación de otro juicio político por lo engorroso del trámite y la acefalía en que dejaría la municipalidad y se optó por una movilización popular que pidiera su renuncia y el llamado a elecciones.
En paralelo, los vecinos decidieron iniciar un juicio penal y marchar a los tribunales de Villa Dolores para exigir que la justicia esta vez se haga cargo de la denuncia. Al otro día se creaba el grupo de Whatsap “Pueblada”, que convocó a la manifestación que se realizó el domingo bajo la consigna “renuncia y elección”.
Si bien muchos vecinos y empleados municipales no se acercaron por miedo a las represalias de Bustos y González, que hace años dominan el territorio como auténticos patrones de estancia, la manifestación reunió unas 200 personas, que convocaron a una nueva asamblea el próximo domingo.
“Yo nací y crecí en este pueblo y siempre vivimos bajo la influencia de gobiernos corruptos. Y la verdad que la gente siempre fue muy temerosa de salir a la calle. Esto es un paso importantísimo”, opinó Basilio Cheli, joven herrero de la zona y organizador de la marcha.
“Yo creo que llego el tiempo de decir basta, que la gente tiene que tomar compromiso. Si el pueblo no hace presión, si el pueblo se queda callado, todo sigue funcionando igual. Ojalá este sea un efecto dominó porque estamos muchos como ustedes. Ustedes hicieron la punta, han puesto un puñetazo en el corazón del departamento”, aseguró la concejal de Las Tapias Luján Miriam.
*Por Tomás Astelarra para La Tinta. Foto: Daniel Murúa.