El voto universal, sólo para varones
El 13 de febrero de 1912 fue promulgada la Ley Sáenz Peña. Establecía el voto universal secreto y obligatorio para los ciudadanos argentinos varones, nativos o naturalizados, mayores de 18 años de edad, habitantes de la nación y que estuvieran inscriptos en el padrón electoral. Las mujeres tuvieron que luchar 35 años más para obtener el derecho a votar.
Una de las prácticas en esa lucha eran los simulacros electorales. Mujeres como Julieta Lanteri se constituían en candidatas, o asistían a los centros de votación con la intención de sufragar. En 1920 una de esas acciones fue fotografiada mientras se efectuaban las elecciones municipales en Buenos Aires. En la puesta en escena organizada por la Unión Feminista Nacional -fundada por Alicia Moreau de Justo dos años antes- las mujeres posaron para el fotógrafo asumiendo los derechos y deberes que la ley no les permitía desempeñar.
Muchas veces, esa imagen es utilizada para ilustrar artículos sobre el voto femenino, omitiendo que se trata de una protesta y ocultando su verdadero sentido, como se hizo y se hace con la lucha feminista, subestimando la pelea que encarnan las mujeres por la igualdad y la libertad.
