No grites: ponete la remera
Nacieron como taller de serigrafía en una de las zonas más castigadas de Córdoba y se volvieron cooperativa de remeras. Pero no hacen cualquier remera: todas tienen algo para decir.
Fuente: Revista Matices
Müller, Maldonado, la bajada San José, en los márgenes de San Vicente, es territorio olvidado. Con postales de abandono que hacen que Córdoba pueda ser escenario de una película apocalíptica, hay algunos y algunas que no se rinden tan fácil al despojo que promueve el poder. Campo de la Rivera, ex campo de concentración, hoy Espacio de la Memoria, y el cura Mariano Oberlin, son una prueba de ello. En ese contexto, Omar Ambrosino junto a organizaciones sociales y políticas que trabajan en la zona comenzó con un taller de serigrafía para los pibes y pibas de la barriada en el mismo lugar donde antes se mataba gente.
Con el objetivo de que pudieran aprender el oficio de estampar remeras, aquel inicio fue volviéndose lo que es hoy Alternativa Marginal: una cooperativa de trabajo, integrada por una decena de jóvenes que no sólo conoce lo que es estampar remeras a través de la técnica de la serigrafía o el sublimado, sino que a eso le sumó un modo de organización no convencional: trabajar de modo cooperativo, lo que supone no sólo una concepción distinta de entender el trabajo, sino la vida misma.
Esa decisión política –la de la cooperativa-, no sólo se traduce en la horizontalidad de cada día. También se expresa en las remeras que diseñan y venden. Diseños exclusivos para las marchas del Ni una menos y De la gorra, contra la violencia policial. “Disculpe las molestias, estamos trabajando sin patrón” fue la prenda autoreferencial que diseñaron para reconstruir el techo del taller que tenían en Campo de la Rivera. «Marginal me llaman», con una caricatura de la Mona, es uno de los tantos diseños donados para ser estampados. Como el de Monsanto, obra de un artista mexicano, que reproduce el maíz cargado de muerte.
De las leyendas sociales como «Ningún pibe nace chorro» a las ambientales como «Bici, combustible infinito» a las postales de género: «Las mujeres buenas van al cielo. Las rebeldes, a dónde quieren». También hay lugar para la educación, con Paulo Freire junto al maestro Fuentealba. Son algunas de las frases y personajes de la historia y la política que se cruzan en cada remera estampada, por donde también se cuela la leyenda «No hay Marx que por bien no venga», o la imagen eterna de Agustín Tosco, de la poesía de Neruda hasta un San Martín convencido que dice: «Angustia las pelotas». Todo cabe en ellas.
Y todo cabe porque también se realizan diseños personales individuales a través de otras técnicas y a pedido, de una a la cantidad necesaria, como las cientos que acaban de realizar para el Encuentro Nacional de graduados en Cuba, por citar sólo un caso de los trabajos que les encargan.
Bien lo dicen los de Alternativa Marginal en el sticker que acompaña a cada prenda: “No es solo vestir, también es decir”. Para eso, ponete la remera.
Fuente: Revista Matices