El Día de la Bestia, una película para abarajar antes de cagar fuego
Una vieja idea de los mismos de siempre, con más menos dientes a la vista según las coyunturas, pregona que para estar bien primero hay que estar mal. Aquí una obra maestra del cine como correlato perfecto de los tiempos que corren.
Tantas veces la vi, tantas veces la compartimos, tantas veces escribí sobre “El Día de la Bestia” que es imposible dejarla de lado. Es la gran obra maestra navideña, la que si no se abaraja antes de cagar fuego, cagaremos.
Alex de la Iglesia ya no necesita presentación. El Día de la Bestia tampoco. Así que allá vamos con un poco de conciencia colectiva. Para navidades y para todo el año. Hay un complot entre la ignorancia y la fe, diríamos que van de la mano y no tendríamos margen de error. ¿Qué es lo que ves cuando ves el film más armónico e hijoputa de la historia del cine? Ves que un cura ingenuo, temeroso y con veleidades de héroe de mazapán cree ser elegido para salvar a la humanidad ante la inminente llegada del Oscuro, acontecimiento que ocurrirá en “Madriz”, en la nochebuena de 1995.
El curata necesita confesarse y partir en busca de una alianza que le permita engañar al Demonio. Considera que la mejor forma de lograr su cometido es pecar, pecar mucho… ¡Y así lo hace! Busca la música más pesada, fuma, se droga, roba, asesina, se complota con otros tan orates como él mismo.
Cada secuencia es prolijamente ensuciada y cada diálogo una crónica de lo que vendrá. Muchos eligen a “Jesús de Nazareth”, para las navidades, o “Mi Pobre Angelito”, o “El Grinch”… Pocos elegimos “El Día de la Bestia”.
Violenta, suculenta, incómoda, referencial, polémica, actual, plagiaria… Hace 21 años, en las calles de la capital española, bajo la consigna de “Limpia Madrid”, una banda de neonazis asesinaba a los que vivían en la calle y a los sudacas que no hallaban consuelo. Alex de la Iglesia supuso que esos eran los adoradores de Lucifer y los incluyó en la película. Satánica, errática, propinadora de escarceos pecaminosos, lujuriosos, con actores que tenían al diablo impreso en sus gestos.
Abarajar antes de cagar fuego a “El Día de la Bestia” es una cuestión de justicia Divina. El portador de la buena nueva es Alex y su séquito de alegres destructores de la moral.
Qué placer… Si solamente tres personas atienden la sugerencia, el mandato 666 estará más que justificado.
*Por Juan Fragueiro para Redacción 351.