El fútbol como derecho: a 10 años de «El Che»
El Club Social y Deportivo Che Guevara festejó una década promoviendo el deporte. Desde Jesús María comenzó a sumar voluntades de toda la comunidad de la zona, para lograr sostener comunitariamente un club que no cobra cuota ni posee sponsor y que este año ya tuvo sus primeros dos campeonatos en inferiores.
Mónica Nielsen llevaba varios años difundiendo el ideario guevarista por la zona. Siempre buscaba el espacio para acercarle a algún joven una lectura sobre la vida y el pensamiento de ‘El Che’. Pero fue en diciembre de 2006, entre charla y charla con compañeras de trabajo, que ese impulso de transformación tomó forma de acción concreta. Una propuesta con Claudio Ibarra en torno a poner al fútbol como actividad gratuita para tantos jóvenes que no podían participar de la liga local, por falta de recursos económicos, se cristalizó en ‘El Club Social y Deportivo Che Guevara’.
Pasaron diez años de esa idea que rompía estructuras, y la institución creció con patas fuertes, y no detiene su marcha de conquistas. “Logramos mucho más de lo que esperaba; tenía expectativas más modestas”, comparte Mónica, presidenta del club.
Impacto en la comunidad
Concretamente, fue este 14 de diciembre que se cumplió una década de vida del club ‘Che’. En los inicios, Mónica había observado cómo la realidad social y económica en Jesús María era bien distinta, con contrapuntos fuertes, entre diversas zonas. Principalmente, le había impactado la situación de Sierras y Parques, “una zona al margen del ejido”, define. En términos de datos fríos, pero que llevan historias cargadas de sentido, es el barrio de la ciudad con mayores necesidades básicas insatisfechas, según informes del propio municipio. Fueron justamente jóvenes de ese barrio los que se sumaron a las filas del ‘Che’ para dar cuerpo a los primeros equipos. “Y unos traían amigos, primos y fuimos armando la primera y la quinta”, recuerda. Pero el Che no quiso quedarse justamente con la fractura, que la cartografía social marcaba, y sumó chicos de otros barrios. “Como idea se priorizó hacer un trabajo colectivo para poder cubrir todos los gastos de un club, sin cobrar cuota, pero siendo un espacio abierto a todos, y así fueron viniendo de muchos lados, hasta de Deán Funes».
En todos estos años, el club no ha logrado contar con un predio propio, un reclamo histórico. Ha tenido que trabajar arreglando instalaciones de otros clubes para poder entrenarse, le han cedido espacios, le han alquilado a cifras módicas, pero el predio propio aún es un anhelo. Pese al trabajo social colectivo de notable impacto en los barrios que realizan, con más de 150 niñas, niños, adolescentes y adultos, ningún organismo del Estado prestó atención a esta demanda. Contar con un espacio propio, cambiaría sustancialmente los proyectos de la institución. “Con un lugar físico, podríamos pensar en desarrollar, además del fútbol, espacios de artes, de ciencia, estimularlos darle a los chicos otras opciones a las que hoy no acceden”, comparte Mónica en sus constantes intentos por recrear el espíritu del club.
Deporte de calidad
Desde esos inicios hasta ahora, el club ha dado un gran salto cuali-cuantitativo: de tener dos categorías de jóvenes, pasó a completar todas las inferiores, infantiles, y sumar además el equipo femenino. Toda una muestra que un importante sector de la comunidad local (Jesús María-Colonia Caroya) quería ser parte de las competencias futbolísticas y no podía sostener el pago de una cuota, y otros gastos, que demandan los clubes tradicionales. En esta lógica, además de no cobrar cuotas, el Che dejó de lado sponsors. La tarea de financiamiento implicó redoblar esfuerzos. Venta de locros, empanadas, sorteos, y trabajo comunitario se volvieron acciones cotidianas. En esta línea, también se realizaron eventos, como peñas solidarias que tuvieron la presencia de León Gieco y Raly Barrionuevo, entre otros, demostrando la reputación que este proyecto social logró en base a su hacer diario.
Como si todo eso no alcanzara, este año ‘El Che’ conquistó dos torneos de inferiores, el de la quinta (2001/2002) y de la sexta (2003/ 2004). La primera vez en su historia que alcanza estos logros. Una muestra de que un trabajo a conciencia, no sólo forma personas sino que también puede dar lugar a un buen rendimiento deportivo.
Esta caja enorme de emotivos recuerdos, llenan el pecho de este grupo de familias que llevan adelante un club por fuera de los cánones tradicionales. Mónica ya piensa en más y más proyectos para que ‘El Che’ siga expandiendo su misión. “Vamos a gestionar más recursos para darle una mejor posibilidad deportiva a los chicos. Queremos que vean que en este club, con esta ideología, donde entendemos al fútbol como un derecho, también se puede practicar deporte de la mejor manera”, remata en su incansable lucha por construir nuevos mundos posibles.
Autor: Leonardo Rossi para Semanario Primer Día.