Full Players, la primera competencia de freestyle inclusiva del underground cordobés
Hoy, martes 17, regresa al Parque Las Heras-Elisa la Full Players, un espacio que nació en el 2023 y apuesta por la inclusión de pibas y disidencias al ambiente del freestyle de competencia. Charlamos con sus organizadores sobre esta novedosa propuesta que se distingue entre el paisaje urbano de las plazas.
Por Gaspar Carratú para La tinta*
¿Quién dijo que hacer freestyle es sinónimo de hostilidad y agresión? ¿Qué otros recursos se pueden utilizar para ganar una batalla? ¿Se puede competir hablando de unión, solidaridad o empatía? Existe un lugar donde confluyen otras formas de experimentar el género y el freestyle de competencia. Uno donde aparece una diversidad de estilos y discursos que no se encuentran en otra parte. Cualquier persona que haya estado te lo puede decir: es una compe distinta… es otra cosa.
La primera edición de Full Players llegó en abril del 2023, junto con la reapertura del Parque Las Heras-Elisa, y se instaló como un ritual de todos los domingos. Esta ceremonia comienza a la siesta con un micrófono abierto, donde cualquiera puede pasar a compartir sus escritos o temas, y se arman cyphers (rondas de improvisación libre), que son el entretenimiento de los grupos de amigues y familias que pasean por ahí. Cerca del atardecer, llega el horario de cierre del parque y sus asistentes se trasladan debajo del puente Centenario, donde empieza la verdadera competencia. Modalidades de las más variadas, un torneo femenino-disidente y un taller de rap para infancias (con mini-competencia incluida) son algunas de las propuestas que se realizaron el año pasado.
Es el último viernes de agosto del 2024 y les organizadores de la Full me abren la puerta de su hogar para conversar. Elles son Teu y Nuria, una pareja de raperes y freestylers que vinieron desde Buenos Aires en busca de oportunidades y aires de cambio. Me reciben al salto dos perros grandes y sociables con ganas de jugar. En los alrededores, hay arte pintado y la gente entra y sale con soltura. En la casa, se encuentra reunido parte del nuevo staff de la compe, que le dará vida en este segundo año de existencia. Charlamos sobre el origen y particularidades de esta propuesta, además de sus proyecciones como espacio.
«Cuando nos vinimos acá, empezamos a organizar con un grupito porque queríamos hacer una compe distinta. Solo distinta, en la que se valoren otras cosas. Le decíamos una compe más real, más transparente… Esa fue la primera idea de la Full Players. Teníamos muchas ganas de hacer un espacio seguro, para sentirnos seguros nosotris y para que las pibas se sientan seguras. Dijimos: «Bueno, vamos a hacer una compe femenina». Y después nos dimos cuenta de que era femenina, disidente y no exclusiva, como que se fue construyendo de a poco, pero ya le dimos desde esa iniciativa», explica Teu.
La Full Players surge en respuesta a una necesidad concreta: la de generar un espacio al interior de la cultura hip-hop, en el que las pibas y disidencias de género y sexuales puedan expresar su arte con comodidad, sentirse escuchades y valorades. Si bien es una compe mixta ―no excluye varones cisgénero―, apunta a priorizar esas otras identidades en el espacio. Es por eso que hay fechas en las que se implementa una política de cupos que implica sumar a una piba o disidencia al equipo como requisito para competir.
«Esta es una compe para mujeres y disidencias. ¿Eso significa que no pueden anotarse varones? No, pero…», aclara el título de la publicación fijada a modo de manifiesto en su perfil de Instagram. Y continúa: «No somos excluyentes, nuestra meta es que el ambiente de las competencias de freestyle deje de ser hostil para la diversidad, por eso, queremos priorizar darle el espacio a mujeres y disidentes, creando espacios donde todes podamos estar cómodes, pero, sobre todo, quienes generalmente no lo están. En la mayor parte de compes, les participantes son al menos un 90 % de varones cis, lo cual no está mal, pero quizás eso no incentiva a participar a quienes no lo son. Así que: si nunca fuiste a una compe, si te cuesta animarte, si dejaste de ir a causa del ambiente o de alguna mala experiencia personal, o si pensás que tu arte no sería valorado en una compe convencional… BIENVENIDE. Te invitamos a Full Players, vinimos para quedarnos».
Cuando le pregunto a Nuria cómo fue su primera experiencia en compes, mira a sus compañeres y se empiezan a reír: «No, no, tremendo… Me acuerdo que había un loco que iba directo, que era así como muy bardero, en el sentido de ‘te ataco por este lado porque sé que con esto te voy a matar’. Y el criterio que utilizaba era ‘sos mujer y te importa la banana’, o algo así, ¿viste? Y me acuerdo que, en ese momento, había salido un tema de Nathy Peluso que decía: ‘Lo que menos me importa es tu banana, acercate que te meto katana’. Bueno, respondí con eso y fue como ‘woooh’, una ovación. Pero yo estaba re en esa, no es que yo me dije ‘voy a responder en contra de’, sino como ‘listo, ¿estás usando esto? Te doy con lo mismo’. Pero sí… Por lo general, cuando empecé a batallar, siempre eran temas más que nada de esa índole, ataques por el lado del género y relacionados con lo sexual. Y después, bueno, se fue transformando un poco más la cuestión, por suerte. Y uno también la transforma obviamente. Yo, como competidora, la transformé también».
Mystika es su aka o nombre artístico, ella es música, freestyler y organizadora de la Yeka Freestyle. Su primera experiencia como competidora fue en la Full y, desde ahí, se volvió una habitual de la compe y de las plazas. Ahora también contribuirá a su regreso desde la organización.
«Acá se rapea lo que a mí me gusta, porque cada uno sabe cuál es la forma de rapear que tiene, vos te encontrás en eso, es algo que te gusta y te conocés. Yo siento que, con el freestyle, pude realmente terminar de conocerme, pasear por cada rincón de mi persona y decir: ‘Yo puedo hacer esto, soy capaz'», menciona.
«La primera vez que vi el flyer de la Full, dije: ‘¡¿Una compe de mujeres?! No, ¡tengo que ir!’. O sea, al toque. Y fui con mi hermana porque ella también estaba tirando freestyle y me dijo que nos anotemos». Me cuenta que, aquella vez, la timidez no la dejó competir, pero que ver a otras pibas participando sirvió como ejemplo para animarse después. «Yo decía: ‘No puede ser que voy a otras compes y veo solo una chica en una ronda’. Es re loco ponerse a pensar en eso. Hay muy pocas mujeres que rapean, chomazo verlo así… En algún punto, uno se pone a pensar en que todos tienen que tener un espacio en donde se puedan sentir cómodos, porque yo, en esos lugares, no me sentía cómoda realmente. Sentía que no era mi lugar. Te hacían sentir que tenías que ganártelo o pagar el derecho de piso, y yo no lo veía así. En cambio, en la Full, es totalmente distinto».
Otro de los eventos que se vivió en la Full fue la presentación del libro ¿A dónde están las chicas?, un trabajo escrito en su totalidad por mujeres investigadoras que recopila las diversas experiencias y habitares que vivencian las pibas en el ambiente del freestyle. En uno de sus capítulos, la antropóloga y comunicadora, Lucía Vittorelli, recupera algunas de esas primeras experiencias y concluye que la categoría de «comodidad» es central en las competidoras a la hora de permanecer o abandonar estos espacios. Algunas eligen quedarse a disputarlos pese al malestar, desarrollando estrategias de permanencia, mientras que otras directamente no regresan. En el caso de la Full, crearon un juego con sus propias reglas.
Mystika agrega: «Desde mi vivencia con el freestyle, pasé por muchísimas cosas y fue como generar esa confianza en mí misma, en los demás, en lo que estaba haciendo. Que era algo sincero y no tenía por qué tener inseguridad con eso, porque tenía valor. Y también era una ayuda para los otros, para que nadie sienta que tiene que limitarse o que el rap puede tener un límite, porque no lo hay. Y hay que saber usar esa libertad. No solo para decir, qué sé yo, que sos una puta. Porque me ha pasado que me han dicho una banda de cosas, me han dicho cada cosa… Pero yo creo que es mucho más extenso y, para mí, vale mucho más que alguien me venga a hablar sobre música o hasta sobre juegos. O sea, yo he visto muchos chabones que leen y saben una banda, y rapean cosas que te dejan pensando… Y, para mí, eso es mucho mejor que alguien que me haga reír por un berretín. Prefiero a alguien que me deje pensando, que realmente me llene. Porque te llena escuchar que alguien es distinto y que va a llevar otro punto de vista a las compes, no el mismo de siempre, que es básicamente competir».
Pero, ¿de qué forma se logra generar esa comodidad o crear un espacio seguro?
«Creo que aclarando desde un principio por dónde va la compe», responde Nuria. «Nosotros tenemos esta impronta de decir: ‘Bueno, acá va a pasar esto’. Que, si bien sigue siendo una compe, hay un par de cosas y puntitos a tener en cuenta. Vamos a ir con el respeto. Eso también fue aclarado desde el principio. Como un espacio donde, si fuiste violentado o violentade, no va a aparecer esa persona o acá no queremos ni permitimos que eso suceda, porque ya sucede en demasiadas compes como para que pase lo mismo. Creo que ahí también la seguridad se siente y se siente de verdad. O sea, los pibes que se veían comprometidos con ciertas situaciones, por ahí, no caían a la compe nuestra, mientras que las pibas con las que les había sucedido, sí. Entonces, como que ahí hay una seguridad real, física y psicológica que un espacio te está brindando. Que, sin querer, se va dando de esa forma porque uno ya plantea esos puntos».
El podcast «Plaza tomada», una producción cordobesa muy buena que sigue la escena del freestyle argentino, dedicó uno de sus capítulos a la Full Players y utilizaron el término «semillero de raperas» para referirse al evento. Y es que los esfuerzos por incluir dieron sus frutos: a partir de su instalación, se empezaron a ver muchas más pibas compitiendo e, incluso, clasificando en otras competencias del circuito.
El horizonte de la Full está puesto en convertirse en una liga nacional de freestyle femenino-disidente en la que se disputen cupos para viajar a otras compes del país, brindando así oportunidades artísticas y laborales para sus competidoras y competidores. Cabe mencionar que proyectos como este se sostienen gracias a las colaboraciones de personas y emprendimientos que hacen de sponsor y aportan premios para les ganadores de cada fecha. Si te interesa aportar, comunicate al Instagram de Full Players.
El fenómeno de las competencias inclusivas viene pisando fuerte en el país: actualmente, existen en San Juan (Hip-Boss), Mendoza (Unity), San Luis (Suena el bajo edición FEM) y Buenos Aires (Triple F y Fem freestyle). Estas propuestas apuntan a construir ambientes más abiertos e inclusivos, que incentiven a compartir y expresarse celebrando la pluralidad de voces. Es también la apuesta de la Full en Córdoba, una plaza que levanta las banderas de la unión, el respeto y la diversidad. Una compe que te invita a sacar lo propio, ese player que tenés adentro. Ahí reside su espíritu. Un juego pensado para todes les jugadores. O, al menos, para les que se venían quedando afuera.
*Por Gaspar Carratú para La tinta / Imagen de portada: Juan Mascia.
*Este artículo fue realizado en el marco del taller de escritura «Ciencia en todos lados», brindado por el medio La tinta, en articulación con el Centro de Investigaciones María Saleme de Burnichon (CIFFyH), la Secretaría de Extensión de FFyH (UNC) y el Instituto de Humanidades (IDH).