Causa Cecilia Basaldúa: qué aporta la inspección judicial realizada en Capilla del Monte
El miércoles 21 de agosto, se llevó a cabo una inspección judicial en Capilla del Monte, como parte de la nueva investigación iniciada por la Fiscalía de Cruz del Eje ante el femicidio de Cecilia Basaldúa, ocurrido en abril del año 2020. Después de cuatro años, el fiscal Lingua volvió a empezar por lo fundamental: los lugares donde Cecilia pudo haber estado hasta el hallazgo de su cuerpo sin vida.
Por María Eugenia Marengo para CDM Noticias
Eran las ocho de la mañana del día miércoles 21 de agosto, cuando el fiscal de Cruz del Eje, Nelson Lingua, recorrió junto con el ayudante del fiscal, el prosecretario de la Fiscalía, la abogada Daniela Pavón, el abogado Gerardo Battistón, personal de la Dirección de Investigación Operativa (DIO) del Ministerio Público Fiscal y personal del Departamento de Unidades de Alto Riesgo (DUAR) de la Dirección de Bomberos las zonas por donde pudo haber estado Cecilia Basaldúa hace cuatro años atrás.
El grupo partió por el camping de Los Mogotes y continuó el camino de piedras y río, que en su momento había planteado la fiscal de Cosquín, Paula Kelm ―quien nunca recorrió el lugar― para llegar a donde se halló el cuerpo sin vida de Cecilia: «Es imposible y de muy difícil acceso caminar por ahí», dice la abogada Daniela Pavón y explica que, por los lugares que atravesaron, hubiese sido muy complicado caminar y acampar. Todo se hizo con el seguimiento de un dron que fue grabando cada paso que dieron los investigadores.
«El fiscal está trabajando y comenzando de cero por la mala actuación de la fiscal de Instrucción que, en su momento, ni siquiera vino al lugar donde dejaron el cuerpo», agrega la abogada Pavón. «Me parece que fue algo que el fiscal necesitaba hacer, porque es nuevo en la causa, para no cometer los mismos errores que se cometieron en la anterior», dice Gerardo Battistón.
El personal de la DIO ya vino, al menos, cuatro veces a Capilla del Monte y caminó los senderos alternativos que conducen de un lado a otro de la ruta, hasta donde Cecilia fue encontrada. Sin embargo, el fiscal de la causa se hizo presente para atravesar por su propia experiencia los circuitos posibles que trazan las hipótesis de lo que pudo haber ocurrido en abril del año 2020. «Nos había dicho que quería ir él mismo, para asignarle más o menos credibilidad a los testimonios», dice el abogado Battistón.
El recorrido
La mañana comenzó por el camping de Los Mogotes, ese lugar de rocas antiguas y quebradas surcadas por el río Dolores, al que cruzaron unas diez veces con el agua hasta las rodillas. A medida que avanzaban, el paisaje revelaba un río encajonado entre piedras, por el que continuaron hasta subir al campo que alquilaba Walter Luna, donde apareció el cuerpo sin vida de Cecilia, hallado por su hijastro, León González.
En el testimonio de Luna, durante la primera semana del juicio llevado a cabo contra Lucas Bustos, entre mayo y julio del año 2022, declaró estar “cien por ciento seguro” de que, el miércoles anterior al sábado 25 de abril ―cuando se encontró el cuerpo―, en ese mismo lugar, no había nada.
En el juicio, las médicas forenses, Elina Moretta y Victoria Kabadin Yonson, también habían explicado que el cuerpo de Cecilia no tenía ningún rastro de mordeduras o ataques de alimañas de la zona, y tampoco pudieron determinar si fue trasladado hasta allí. En este sentido, Walter Luna había sido contundente al referirse que “con tres días que un animal esté muerto, te lo comen entero los pájaros negros. Te lo agarra una tanda de pájaros y te dejan los huesos”.
Reconocer el terreno, para los y las investigadoras, se torna clave. Durante el juicio, muchas de las inconsistencias fueron parte de los testimonios que se pusieron en contradicción con la única hipótesis que planteó la fiscal Kelm para imputar a Bustos y sostener que el cuerpo de Cecilia estuvo todo el tiempo en el lugar donde fue hallado, a 1.500 metros del basural de Capilla del Monte.
La forma más sencilla de llegar al lugar donde apareció, según ambos abogados, es por el río desde Los Mogotes o por el campo que alquilaba Luna, en el que también se realizó un allanamiento en la casa que allí se encuentra. De ahí, continuaron el recorrido por debajo del puente que está sobre la ruta 38 y fueron hasta la zona donde se encuentran las viviendas de la familia Bustos.
Del otro lado de la ruta, se acercaron a la casa de Mario Mainardi, la última persona que alojó a Cecilia hasta el 5 de abril del 2020. Mario Mainardi es el único testigo que se refirió al “brote psicótico” de Cecilia, razón por la cual la habría echado de su casa. Durante el juicio, declaró que, a las 14 horas del día domingo 5 de abril, se había ido de su casa y que, antes, había esperado quince o veinte minutos para ver si Cecilia se había ido. “Cecilia se tuvo que haber ido 13:40 y el mensaje que le envía a su primo, Adrián Aldecoa: «Primo vendrán por mí», es a las 14:39 h. Entonces, ¿quién mandó ese mensaje?, se preguntaron las abogadas, Daniela Pavón y Giselle Videla, en aquel entonces.
El primo respondió unas horas más tarde y declaró haber entendido que Cecilia quería que la vayan a buscar. Mientras que, en el testimonio de José Mesa, quien estuvo el sábado 4 de abril con ella en la casa de Mainardi, dijo: “Yo la vi bárbaro, re bien”, y aseguró que estaba igual cuando Mesa se fue de la casa.
Hoy, la vivienda se encuentra cerrada y deshabitada, y aún queda pendiente analizar algunas de las muestras de sangre detectadas con el luminol hace cuatro años.
El camino continuó por el Hotel Principado, luego hacia la bajada que conduce al rancho de Wenceslao Falcón, conocido como Negro Niga. Allí, Cecilia paró unos cuatro días, después de estar en el camping municipal de Capilla del Monte, donde fue desalojada por el decreto del Covid. Sin tener más referencias para alojarse, en la Plaza San Martín conoció a Viviana Juárez y le indicó cómo llegar al rancho que estaba vacío.
El recorrido de los investigadores siguió por la zona de los Tres Puentes, donde se localizó ―en aquel entonces― la mochila. Finalizaron la jornada a las 17 horas y pudieron observar con detenimiento cada sitio que también fue nombrado en la primera investigación: «Muchas cosas que estaban plasmadas ahí, llevadas a cabo por la policía, no coincidían con lo que era cada lugar», concluye Daniela.
No repetir los errores del pasado. De eso se trata, en principio, la coherencia del fiscal Lingua. Sabe que aquel 1 de julio del año 2022 fue el final de un juicio que tuvo una investigación penal preparatoria deficiente.
Lucas Bustos, quien estuvo dos años preso en Cruz del Eje por el femicidio de Cecilia, terminó absuelto, luego de dos meses y 78 testigos que confirmaron lo anunciado desde el principio: no había restos de ADN de Bustos ni restos de la flora que tenía la ropa de Cecilia en las prendas personales del imputado. La causa había sido elevada a juicio por la fiscal Kelm el 5 de marzo de 2021, sin haber sido comprobado que haya existido una vinculación entre la víctima, el victimario y el lugar del hecho.
«Hay descripción, pericias, pero no hay elementos que comprueben la vinculación entre ambos. Uno podría vincular a Bustos como a cualquier otra persona”, dijo la licenciada en Criminalística, Silvia Bufalini, durante el juicio, al analizar la reconstrucción virtual del hecho.
«Hay un montón de gente que miente», dice el abogado Battistón. La buena predisposición del fiscal para conocer el territorio es algo fundamental en la investigación, contribuye en varios aspectos, entre los cuales están las alternativas de egresos e ingresos del lugar donde apareció el cuerpo.
Durante el juicio, las contradicciones en los testimonios fueron muchas. Algunos decían que el tiempo del recorrido desde el campo que alquilaba Luna hasta el sitio del hallazgo era uno muy diferente a lo que decían otros. Por eso, remarca Battistón, que el fiscal esté ahí es clave para medir los testimonios. “Porque se habla del lugar del hallazgo del cuerpo, pero hasta que no fuimos y no hicimos la inspección ocular ―durante el juicio del año 2022― no sabíamos quién mentía y quién no, eran tantas las formas de llegar que ir al lugar nos aclaró un montón de cosas”, asegura el abogado y confirma que, luego del aumento de la recompensa, recibieron llamados brindando información que se puso a disposición de la Fiscalía.
*Por María Eugenia Marengo para CDM Noticias / Imagen de portada: CDM Noticias.