La cuenca de Alta Gracia en proceso de desertificación
Prácticamente seca, la cuenca que abastece a la ciudad muestra síntomas de desertificación, pero, en la zona del country Potrerillos de Larreta particularmente, la tendencia es altamente negativa, camino a la degradación. Desmonte, sequías recurrentes, grandes cambios de uso del suelo, negocios y desidia estatal en un combo preocupante para la comunidad de la zona.
La población de Alta Gracia usa el agua del dique La Toma, ubicado a 800 msnm en la cuenca Anisacate superior, a partir de la represa ubicada a 10 km río arriba de La Paisanita.
Una cuenca es el área geográfica por donde transita el agua hacia una corriente principal y está delimitada por la divisoria de aguas de sierras o montañas. “Nuestra cuenca está prácticamente seca y no es por la falta de lluvias, sino por la desidia (o por la falta de escrúpulos) de los sucesivos gobiernos de la ciudad. Siguen autorizando desarrollos inmobiliarios y concediendo entusiastas excepciones al Programa de Revisión y Actualización de Plan de Ordenamiento Urbano (POUT)”, afirman desde la Mesa por el Agua y el Ambiente de Alta Gracia (MAyA), que integra el Consejo Ambiental Cuenca del Anisacate, junto a otros actores del valle.
El Country Potrerillo de Larreta, ubicado en la cuenca alta, hace uso de cuatro pozos y perforaciones que se ubican a orillas del arroyo Los Paredones. Según información de la Secretaría de Recursos Hídricos de la provincia, el Country consume aproximadamente cien (100) millones de litros por año: tres litros de agua por segundo, de los cuales el 87% es usado únicamente para regar la cancha de golf.
En abril, la Mesa -con el acompañamiento de Fundeps- presentó un pedido de información al Municipio sobre el estado de la zona de bosque nativo bajo protección legal y el informe de especialistas inherente a la cuenca hídrica de la ciudad.
Específicamente, se solicitó información sobre el desmonte que se está realizando en las tierras colindantes con el country Potrerillo de Larreta, una zona que debe ser protegida debido a la existencia de bosque nativo, según Ley provincial de Ordenamiento Territorial n.° 9.814. “Tal como ocurrió hace algunos meses, cuando descubrimos que se estaba extendiendo un acueducto para llevar agua cruda al mismo barrio privado, vecinos han advertido que ya se están abriendo caminos”, enfatiza, en diálogo con La tinta, Fabiana Marbian, integrante del colectivo Todos por Nuestros Arroyos, organización que forma parte de la MAyA. La semana pasada y sin resultados concretos, “una reunión con la Municipalidad no tuvo más que respuestas con lugares comunes (el Niño, la Niña, etc.) y sin una sola idea para atacar los problemas de raíz o, por lo menos, frenar los daños provocados hasta ahora”, expresaron desde la organización quienes presentarán otro pedido de información debido a la apertura de un camino lateral al predio del barrio cerrado que deja adentro otra parte del arroyo.
La desertificación es un proceso de degradación de la capacidad productiva de la cuenca. “La tendencia del índice verde estandarizado (NDVI estandarizado) de la vegetación de la cuenca es negativo (promedio 2000-2015). Es decir, las sequías recurrentes y los grandes cambios de uso del suelo están llevando a mostrar síntomas de tendencia a la desertificación, al igual que la mayor parte de las Sierras Chicas. Pero particularmente, en la zona de Potrerillos de Larreta, la tendencia es altamente negativa, es decir, camino a la degradación”, explica el informe de febrero de 2024, elaborado por la doctora Alicia Barchuk. Como escribe la investigadora, “existe una intrincada red de relaciones entre las condiciones ambientales, las actividades productivas y sus efectos sobre los recursos bióticos, edáficos e hidrológicos”.
“En la cabecera del departamento Santa María, queda solo un 22% de cobertura de bosque nativo, cuando se requiere al menos un 40% para asegurar el ciclo del agua y la vida del arroyo. La evaluación que surge del trabajo es que, al expandirse hacia zonas con pendientes superiores al 5%, se está afectando gravemente a los bosques nativos, recarga de acuíferos y el flujo de agua en los arroyos, potenciando el escurrimiento superficial y la ocurrencia de inundaciones”, se indica en el informe.
Los conflictos socioambientales por el agua en la zona son varios y preocupantes: el consumo excesivo, los problemas con el acceso a la misma, la escasez en épocas de crisis hídrica y las inundaciones. A esto, se suma el deterioro de los arroyos (con un primer paredón jesuítico que hoy es un charco de agua estancada) y la apropiación de los espacios naturales en torno a los mismos.
A la espera de respuestas e información del municipio, la mesa propuso acciones para el ordenamiento territorial del bosque nativo de la cuenca del arroyo Alta Gracia o Chicamtoltina: regular las urbanizaciones y el consumo de agua en toda la cuenca; especialmente, proteger las zonas con pendientes de más de 5% con vegetación nativa; promover la expansión del bosque nativo para alcanzar el umbral mínimo de 40% de cobertura en la cuenca, mediante la potenciación de la sucesión ecológica y revisar el impacto de la actividad minera en la cuenca alta.
*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada: Diario Tortuga.