A la intemperie: gran aumento de personas en situación de calle
En esta primera mitad del año, se registra un fuerte incremento de personas que viven en la calle en la ciudad de Córdoba, en situaciones de extrema vulnerabilidad. “Ninguna persona está exenta de quedar en situación de calle, es una utopía pensar que no existan más”, afirman desde la Municipalidad.
Para quien anda por el centro de la ciudad de Córdoba, las plazas y la costanera, es evidente el aumento considerable de gente viviendo en la calle. Personas que pernoctan a la intemperie, en condiciones extremadamente precarias, sin resguardo, improvisando camas y abrigos, desplegando estrategias de supervivencia.
El universo de quienes están en situación de calle, que crece en las grandes urbes capitalistas y que pegó un salto en pandemia, es complejo y combina aspectos estructurales con factores emergentes. La carencia habitacional va de la mano con la profundización de la pobreza que, según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, en el primer trimestre de 2024, afectó al 55% de la población argentina, mientras que el 18% está bajo la línea de la indigencia. El aumento desmedido en el precio de alquileres se conjuga con la ruptura de lazos comunitarios y familiares, el aumento de situaciones de violencia, la inseguridad social, cuestiones de salud, salud mental y de consumo problemático de sustancias.
A la vulnerabilidad de estas situaciones, se suma el rechazo social generalizado y los discursos de odio que desprecian a lxs más empobrecidxs. Según el Registro Unificado de Violencias, impulsado por organizaciones sociales y equipos de investigación de la UBA, los hechos de violencia hacia personas en situación de calle se incrementaron un 89% en todo el país, entre el 2022 y el 2023. Además, hubo un aumento del 108% en fallecimientos de personas en situación de calle con respecto al año anterior. Entre las causas principales, señalan el aumento de la violencia como lenguaje común, una mayor intolerancia a las diferencias, la violencia como forma de resolución de conflictos, la legitimación de estas escenas desde los medios masivos de comunicación y el punitivismo como respuesta.
—¿Hace mucho que duerme en la plaza?
—Unos cuantos días, sí. Antes estaba en el Cabildo, pero me sacaron.
—¿No va a los hogares municipales o de organizaciones?
-No, hija, no me gusta. Mejor acá, aunque haga frío.
Según el informe anual de la Defensoría del Pueblo de Córdoba, en el año 2023, 139 personas vivían y dormían en la calle, mientras que 474 personas eran asistidas por el Estado municipal y organizaciones de la sociedad civil, en hogares, albergues u otros dispositivos. “Para el 2022, fueron registradas 582 personas en total, lo que representa una diferencia de más del 5% del total de la población”, detallan. Sin embargo, el aumento de personas en la vía pública fue del 48% en un año.
Hoy, la problemática creció. En conversación con La tinta, la subsecretaria de Emergencia e Intervención Social (de la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano) de la Municipalidad de Córdoba, Mariana del Campo, detalló que, desde inicios de enero hasta mayo, relevaron 1.397 personas bajo el programa municipal para personas en situación de calle: “Comparado con la gestión anterior, que en cuatro años asistieron a unas cuatro mil, evidentemente tenemos un gran aumento (…). Es un fenómeno de todas las urbes, ninguna persona está exenta de quedar en situación de calle, es una utopía pensar que no existan más”.
—¿Dónde vivía antes?
—En mi casa, con la familia. Veo de vez en cuando a una hija, pero no puedo volver ahí. Yo no me fui, a mi me echaron, fue un lío.
En 2023, según los datos de la Defensoría del Pueblo, los conflictos familiares fueron las primeras causas que llevaron a las personas a estar en situación de calle, principalmente para las mujeres. “En segundo lugar, aparecen los problemas de tipo laboral o económico (…), y, en menor medida, problemas de salud u otros factores”. Y agrega: “Suele haber problemas de salud, como el consumo de sustancias o el alcoholismo, que derivan en problemas económicos y/o familiares”.
Hoy, según los datos de la Subsecretaría de Emergencia e Intervención Social de la Municipalidad de nuestra ciudad, “la mayor cantidad tiene que ver con el consumo problemático y con las adicciones, principalmente, al alcohol, que también llevan a problemas de salud mental. Cuando entrevistamos, la mayoría de las personas entre 25 y 40 años perdieron tanto que ya no pueden convivir, y buscan en el espacio de la calle no tener límites. Acá, la vulnerabilidad es extrema”.
—Usted no es de acá, ¿verdad?
—No, soy del norte, me vine hace unos meses.
—¿Por qué se vino?
—Por trabajo, pero después se cortó y no conseguí más nada y acá estoy…
La calle es un espacio mayoritariamente masculino, pero, indican desde la Defensoría, “si bien las mujeres constituyen una proporción significativamente menor de la población en situación de calle, la mayoría lleva un tiempo de mayor permanencia en comparación con los varones”.
“Hay más mujeres hoy en situación de calle por problemas propios de género y hay varones que llegan a la calle por verse excluidos de sus casas por situaciones de violencia” ―refiere Del Campo―. Para el abordaje municipal, explican, las mujeres e infancias son la primera prioridad, y para esta población como para las diversidades, hay abordajes específicos. Actualmente, unas 15 familias están alojadas en los dispositivos.
—Yo vengo acá, a la Terminal, porque es más seguro, nos juntamos con otros, hace menos frío, ponele… Yo tengo cáncer de pulmón y problemas de riñones.
A diferencia de otros años, desde 2023, aumentó la cantidad de personas que duermen en la Terminal de Ómnibus, principalmente, para protegerse del frío y por seguridad. Ante esto, en mayo pasado, colocaron apoyabrazos en los bancos para evitar que pernocten ahí, como una forma de “recuperación turística del espacio”. En los puentes céntricos, otros de los lugares elegidos para dormir, se realizaron desalojos como forma de evitar que se instalan ahí las personas. Consultada por estas medidas, Del Campo explica que, en esos lugares, está el “núcleo duro” de quienes no quieren ingresar al programa municipal para las personas en situación de calle, “porque no pueden cumplir o no han cumplido pautas de convivencias mínimas que tienen que respetar. Pero ahora, en situación de frío, les damos la opción de, al menos, dormir en un lugar sin estar bajo el programa, que les implica muchas otras cosas que no están en condiciones o están eligiendo no cumplir”.
El Programa para Personas en Situación de Calle es una política municipal “que brinda alojamiento, contención y acompañamiento”, explica la funcionaria, con equipos interdisciplinarios de la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano que recorren la ciudad relevando sectores e identificando a personas sin asilo. Y agrega: “Los procedimientos se articulan con dependencias de salud mental, adicciones y salud, tanto de la Municipalidad como la de la Provincia, y con 12 organizaciones del tercer sector que vienen trabajando hace muchos años en la problemática ―sigue Del Campo―. Para nosotros, esas personas son sujetos de derecho, entonces, se busca todo el tiempo revincularlas con la sociedad”.
“Las intervenciones son cada vez más complejas y no tienen que ver con una respuesta habitacional o alimentaria, sino con revincularlos con su lugar de origen. Hay personas que, por situaciones de violencia, se ven excluidas de sus hogares; hay personas que han perdido toda posibilidad de convivencia por el consumo problemático o las adicciones; hay personas que han llegado probando suerte a Córdoba y no se les dio, y quedan en la calle. Son situaciones extremas”, refiere Del Campo. Las personas llegan al Programa por demanda espontánea, por la intervención de otras instituciones o de Fiscalía, o por un número de WhatsApp donde vecinxs pueden informar de situaciones para abordar. Cualquier ciudadanx puede comunicarse con el Programa para Personas en Situación de Calle por mensaje de WhatsApp al número 351-5950589, detallando información para que los profesionales puedan ocuparse.
*Por Anabella Antonelli para La tinta / Imagen de portada: La tinta.