Télam: historias que se dejarán de contar
Por Daniela López* para La tinta
Se notifica que todo el personal de Télam se encuentra dispensado de prestar su débito laboral por el plazo de siete (7) días.
Setecientos setenta trabajadores y trabajadoras de prensa de la agencia Télam recibieron este mensaje vía mail a la una y media de la madrugada del lunes 4 de marzo. Está firmado por Diego Chaher, el interventor de medios públicos.
«Entendemos que esto es un intento de vaciamiento, quieren avanzar en el cierre de la Agencia. Durante la madrugada, también bajaron el sitio telam.com.ar y la cablera, con lo cual están intentando destruir los medios públicos», señaló a La tinta Tomás Eliaschev, periodista y delegado de Télam.
Además, también durante la madrugada, efectivos de la Policía Federal vallaron los dos edificios de la agencia —ubicados en Capital Federal— para impedir el ingreso de los y las trabajadoras. La información en Wikipedia fue modificada y es posible leer que Télam ya no está en funcionamiento, aunque retiraron la fecha de disolución que estuvo publicada en el sitio por más de 12 horas.
Eliaschev habla de la «cablera» y se refiere a un sistema de envío de información a través de un portal donde los suscriptores pueden ingresar y obtener allí noticias para ser replicadas. Actualmente, hay más de 800 medios que toman las notas de la agencia.
La mayor parte de los usuarios son trabajadores de medios de comunicación de todas las provincias del país, de ahí que la agenda de Télam necesariamente responde a coberturas de temas con alcance nacional.
Por eso, a la oposición al cierre de la Agencia anunciada por el presidente Javier Milei durante la apertura legislativa no la dan nada más sus trabajadores y trabajadoras —quienes también defienden su fuente de trabajo—, sino que también otros medios de comunicación y sectores de derechos humanos, académicos y educativos, y bancas políticas, opositoras al oficialismo, han repudiado la decisión.
«La agencia trabaja con mucho rigor periodístico, seriedad y mucho profesionalismo, y lamentablemente, para este gobierno, la información sólo es mercancía», asegura Eliaschev.
Quienes trabajan en Télam sostienen que la pluralidad de voces y temas es una distinción que tiene el medio. Allí se cubren noticias que no tienen lugar en otros proyectos mediáticos, como, por ejemplo, la ciencia, dice el periodista.
«Es necesario que se informe el trabajo de las y los científicos de Argentina, que tanto aporte hacen al conocimiento y que muchas veces no encuentran eco en los medios de comunicación comerciales».
El portal de ciencia de la agencia
Desde 2022, Télam tiene el portal Confiar, un espacio de noticias de ciencia que cubre temas de ambiente, salud y tecnología, y donde colaboran periodistas especializados en ciencia de todo el país.
Este proyecto es una continuidad de la plataforma que, durante la pandemia fungió como espacio para que profesionales de la salud y otras disciplinas académicas puedan dar a conocer avances sobre el tema y hacer frente al contexto de fake news y desinformación.
La decisión amplió la mirada sobre el impacto científico en el territorio nacional y convocó a diferentes profesionales de la comunicación, muchos de ellos miembros de la Red Argentina de Periodistas de Ciencia (RADPC).
«El espíritu de Confiar es dar cuenta justamente del sentido más federal del desarrollo científico y tecnológico. Quienes escribimos ahí ponemos el foco en buscar información que se desarrolla en diversas investigaciones en distintos puntos del país», comenta a La tinta Natalia Concina, editora de Télam-Confiar.
Temas como cáncer, agroquímicos, nanopartículas, transición energética fueron algunas de las historias que se publicaron en el sitio que hoy está caído y aparece con el mensaje en letras rojas de «Página en reconstrucción«.
«Todas las figuras científicas más reconocidas del país pasaron por Confiar. Por nombrar algunas: Juliana Casataro, Andrea Gamarnik, Sandra Díaz, Gabriel Rabinovich y otras tantas», comenta Concina, quien además es integrante de la RADPC.
Confiar, hasta la semana pasada, cubrió historias donde el desarrollo científico estaba presente en lugares remotos de Argentina, como el caso de la localidad de Jocabasi, en Río Negro, donde se desarrolla un proyecto de gestión integral del agua en la Cuenca Huahuel Niyeo y en el que participan sectores académicos y pobladores locales para hacer diagnósticos de los problemas y buscar las soluciones en forma colectiva.
Hoy, ese trabajo sólo puede leerse en los medios que han tomado al portal como fuente de información y han replicado la noticia. La falta de acceso a la plataforma es también la pérdida de un archivo que reunía diversas coberturas periodísticas realizadas durante estos años.
«Creo que el acceso a la información de calidad profesional se va a ver afectada en todos los medios que acceden al servicio de Télam. También en las imágenes, hay diarios que se hacen enteros con imágenes de Télam», sentencia Concina.
Medida de fuerza
Una de las primeras medidas que tomaron este lunes los y las trabajadoras de Télam es efectivizar un acampe en la sede Bolívar 531, en la Ciudad de Buenos Aires, para resguardar el archivo que se encuentra en el interior del edificio e impedir el vaciamiento de la Agencia.
Con el acompañamiento de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa y del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, planifican tomar diversas acciones a través de asambleas para hacer frente a la situación.
«Queremos que se escuche nuestra voz, nuestro reclamo en defensa de los puestos de trabajo y también en la defensa del derecho a la información, de la soberanía informativa», concluye Eliaschev.
*Por Daniela López** para La tinta / Imagen de portada: CTA-T.
**Periodista de ciencia independiente.