Una contra-cumbre por la anulación de las deudas con el FMI y el Banco Mundial
Por Denise Bilsky para La tinta
La bronca y la esperanza de los movimientos sociales del mundo se reunieron en Marruecos. La semana pasada, en la ciudad de Marrakech, se llevaron adelante dos eventos clave para el futuro económico y político del mundo. Por un lado, desde el 9 hasta el 15 de octubre, se celebraron las reuniones anuales del FMI y del Banco Mundial, en las que participaron figuras del mundo de las finanzas como ministros de finanzas, presidentes de bancos centrales y gerentes de las principales empresas del planeta. Por otro lado, como contrapunto, también durante esa semana, se realizó la Contracumbre de los Movimientos Sociales, en repudio de estos dos organismos y sus políticas basadas en el endeudamiento, en la que participaron delegadxs de cientos de organizaciones sociales de África, Asia, América Latina y Europa.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario internacional, instituciones fundadas en Estados Unidos en el año 1944, realizan cada tres años este tipo de reuniones para revisar cuestiones ligadas a la “cooperación financiera”. Según la actual directora de FMI, la búlgara Kristalina Georgieva, la agenda global 2023 busca “identificar los desafíos políticos que enfrentan nuestros países miembros y cómo el FMI puede ayudar”.
Por su parte, los movimientos sociales de África, Asia, la región árabe y en menor medida América Latina, desde el mes de enero de este año, venían organizando la Contracumbre de los Movimientos Sociales. Fueron varias organizaciones internaciones las que le dieron forma y participaron de esta Contracumbre, entre las principales: CADTM (Comité por la abolición de las deudas ilegítimas), ATTAC (Asociación para la Fiscalidad de las Transacciones Financieras y para la Acción Ciudadana), Avaaz, Debt for Climate (Deuda por el clima).
La fecha de comienzo del evento se fijó el 12 de octubre, por conmemorarse el Día de la Resistencia Indígena, y como fecha de cierre se eligió el 15 de octubre, fecha en que se conmemora el asesinato de Thomas Sankara, presidente de Burkina Faso desde 1983, asesinado en 1987 por haberse opuesto al pago de la deuda con el FMI y por promover la unión de los países africanos, en el marco de un golpe de Estado apoyado por Francia y Libia.
Más de cien delegadas y delegados de 70 organizaciones de diversos países compartieron cuatro jornadas intensas de plenarios, conferencias, talleres participativos y debates en torno a las problemáticas económicas, políticas y socioambientales que genera el sistema de dominación a través de las deudas que ejercen el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional desde su creación.
La Contracumbre comenzó por la mañana con una concentración en la que se expresaron dirigentes sociales de los diferentes países, principalmente Burkina Faso, Malí, Sudáfrica, Palestina, Jordania, Filipinas. Las pancartas, banderas palestinas y banderas de organizaciones inundaron la plaza de mensajes de rebelión. Entre las consignas enarboladas, en francés, inglés y árabe, se podía leer: “Solidaridad con los pueblos de todo el mundo”, “Solidaridad con Palestina”, “Palestina libre”, “Dignidad, no deuda”, “Cancelación de todas las deudas ilegítimas”, “Cambio de sistema, no cambio climático”, “Fin del financiamiento fosil”, “Hagamos a los contaminadores pagar”, “No a la deuda que succiona la sangre de nuestras mujeres”, “Detengamos las políticas de empobrecimiento de las mujeres africanas y sus comunidades”, entre otras.
La presencia de Argentina se manifestó a través de dos personajes diametralmente opuestos. Por un lado, la imagen de Ernesto “Che” Guevara en remeras y banderas, quien es ampliamente reconocido popularmente y admirado en Túnez. Por el otro, una intervención de la organización internacional Avaaz dedicada al candidato a presidente Javier Milei, en la cual llevaban una pancarta donde figuraba un billete emulando al dólar con inscripciones como “the dólar boy”, “gatito del año”, “el negacionista de la diversidad, el clima y la historia”.
Luego comenzó la manifestación de alrededor de 500 personas desde la plaza Bab Doukkala, que continuó por las principales arterias de Marrakech cortando media calzada hasta terminar casi al frente de la mezquita Kutubía, la más grande de la ciudad.
Vale destacar que las manifestaciones públicas no son algo corriente en este país, por lo que el acto significó todo un acontecimiento en el territorio y la policía nacional de Marruecos estuvo continuamente fiscalizando el evento.
Por la tarde, se realizó la Conferencia Inaugural, donde disertaron Eric Toussaint, investigador del Banco mundial y del FMI, fundador de la CADTM, ampliamente reconocido internacionalmente por su trayectoria militante a favor de la liberación de los países de sus deudas externas; Aminata Taoré, dirigente social de Malí; el sociólogo, profesor y periodista, Gilbert Achcar; y la brasileña Fernanda Melchionna, diputada nacional y militante socialista.
Las diferentes personalidades que expusieron dejaron en claro, a través de información basada en sus investigaciones y en su trayectoria, el carácter neocolonial que tanto el Banco Mundial como el FMI ejercen sobre los países del denominado “Sur Global” y de sus pueblos, favoreciendo a los países más desarrollados, pero sobre todo a Estados Unidos, país creador de los mismos. Manteniendo de esta manera el alto nivel de vida del que disfruta el “Norte Global” a costa de sostener un modelo extractivista y productivista basado en la explotación de las personas y los recursos naturales de los países sometidos, sobre todo en África, Latinoamérica y Asia. En las disertaciones hicieron responsables a estos organismos de la contaminación, del calentamiento global, como así también de la miseria que padece la amplia mayoría de la población mundial, sistema que no podría sostenerse sin la complicidad y el aval de los referentes políticos internos de cada país. “Tenemos un problema de referentes”, subrayó Fernanda Melchionna.
Los días 13 y 14, las jornadas comenzaron por la mañana con 48 talleres participativos que se iban dando en simultáneo en diferentes espacios del Centro Cultural “Les étoiles de Jmma El Fna”. Los talleres, en los cuales se compartían experiencias de los diferentes territorios, trataban sobre temáticas ligadas a los problemas socioambientales, la crisis del modelo capitalista, el extractivismo; en general, sobre cómo el modelo sostenido por estos dos organismos financieros afectan al planeta y a la humanidad.
Además, el día 13 por la tarde, disfrutamos de una conferencia titulada: “Crisis de la ‘civilización’ capitalista”, en la cual se siguieron desarrollando en profundidad estos temas. Como representante de Argentina, disertó Mercedes D’Alessandro, economista, activista de la lucha feminista, escritora y funcionaria de Estado, exponiendo la situación de nuestro país con respecto a la deuda.
Cabe destacar que Argentina tiene un papel tristemente importante en el mapa del mundo financiero, ya que es el país más endeudado con el FMI de la Tierra. El préstamo de más de 47 mil millones otorgado durante la gestión de Mauricio Macri, el más grande en la historia de este organismo, representa casi el 30 por ciento del total de su capital. Esto significa que si nuestro país decide encaminar (como legítimamente corresponde) una cesación de pagos y una revisión de la deuda, esta acción resultaría en la crisis y probable colapso del FMI.
Ese día, disertó también Sahad Mohamed Khaled Hamed, activista de Palestina, quien relató sobre cómo se vive el conflicto con Israel en ese territorio, destacando la opresión y la falta de derechos que sufre el pueblo palestino.
La cumbre finalizó el 15, haciendo un homenaje a Thomas Sankara y estableciendo esa fecha como el “Día de la cancelación de la deuda”. Se cerró tan esperado encuentro con un plenario donde se expusieron las problemáticas tratadas en los talleres de los días precedentes y se concluyó con una puesta en común sobre los planes de acción.
Si algo quedó en limpio de esta Contracumbre es la imposibilidad de seguir soportando este modelo neocolonial impulsado por Estados Unidos y sus organismos, a riesgo de desaparecer como especie. También la necesidad imperiosa de generar un modelo de financiamiento internacional, pero poniendo el foco principalmente en el desarrollo humano. Como propone Eric Toussant, a la eliminación del FMI, del Banco Mundial y de la OMC (Organización Mundial del Comercio) deben acompañarles la construcción de una nueva arquitectura internacional. Estos nuevos organismos deberían fomentar realmente el desarrollo de las comunidades dentro de los países, atendiendo al respeto de los derechos humanos, con bancos regionalizados que otorguen préstamos con tipos de interés muy bajos o nulos, y donaciones otorgadas, con la condición de ser utilizados en el respeto riguroso de las normas sociales y ambientales. Según Toussant: “El nuevo banco que el mundo necesita no buscaría representar los intereses de los acreedores e imponer a los deudores un comportamiento de sumisión al ‘mercado rey’, tendría por misión prioritaria defender los intereses de los pueblos que reciben préstamos y donaciones”1.
Me quedo con una frase del activista sudafricano de la organización «Debt for Climate”, Sunny Morgan: “Entrar en default es la solución”. En este momento de la historia, en las manos de Argentina está la posibilidad de que este -ahora- sueño se vuelva realidad. Suspensión de pagos, revisión de la deuda ilegítima, colapso del FMI y creación de otro sistema de financiamiento internacional.
1Thoussaint Eric, “Banco Mundial. Una historia crítica” (Ed. El Viejo Topo, 2023) pág. 530.
*Por Denise Bilsky para La tinta / Imagen de portada: A/D.